¿Y si Cambio? Acompañar amorosamente a los padres en su vejez
La vejez es parte de la vida. Una etapa más que, en muchas ocasiones implica deterioro cognitivo, físico, mental y emocional, lo cual conduce a enfermedades que exigen cuidados, insumos y otros requerimientos para proteger, cuidar la salud y mantener la calidad de vida del adulto mayor.
En otros casos, éste goza de mejor salud y favorables condiciones físicas, económicas, emocionales, mentales y sociales, lo que se conoce como Adulto Mayor Sano, lo cual aporta mejores condiciones para disfrutar esta nueva etapa. En ambos escenarios, los padres o adultos mayores merecen vivir una vida llena de más calidad, no solo en lo físico, económico, social o sanitario, sino en lo afectivo y emocional.
Para proveer de más salud mental y emocional al adulto mayor, es necesario comprender su dinámica familiar y personal. Sus hijos, son los primeros llamados a atender estas necesidades, además de contar con mayor seguridad social por parte del Estado, especialmente en materia de atención sanitaria, que sería lo deseable.
Entendiendo el camino que se transita
Los adultos mayores, en su mayoría, son padres que dedicaron parte de su tiempo a la crianza y cuidado de sus hijos, para quienes fueron los héroes que todo lo solucionaban. Sin embargo, hoy ven cómo progresiva y lentamente se deteriora su salud, se hacen dependientes y repetitivos, lo cual no es fácil de comprender y manejar.
Para entender el camino que viene, es importante que los hijos y/o cuidadores cuenten con el conocimiento y la conciencia del cambio que el adulto mayor podría experimentar, especialmente en lo psicológico y emocional, donde algunas de las situaciones tienen que ver con:
· La disminución progresiva de su capacidad para producir su propio sustento, lo cual implica una pérdida significativa de sus ingresos o recursos económicos, que lo lleva a la frustración, impotencia, enojo y tristeza por no poder autosustentarse como lo hacían antes.
· La pérdida de su independencia física y no poder valerse por sí mismos, dependiendo de otros para su aseo personal, alimentarse o caminar.
· El deterioro cognitivo que en muchos casos afecta su capacidad mental, su respuesta lógica, percepción y memoria, por lo tanto, cuentan la misma historia o hacen las mismas preguntas repetidas veces.
· Las emociones como el miedo, la vergüenza, impotencia y tristeza por no poder controlar situaciones que antes eran más fáciles de atender y no querer convertirse en una carga para sus hijos ni para nadie.
· El maltrato psicoemocional que reciben por parte de sus hijos o cuidadores, quienes al perder la paciencia les gritan, ofenden o insultan.
· El duelo por la migración de sus hijos o nietos, sumergiéndolos en soledad, tristeza y desolación.
· El abandono y olvido de sus seres queridos, quienes no les visitan ni les llaman.
· El rechazo de los hijos que pudieran sentirse afectados por el trato que recibieron en su infancia y hoy no quieren sentir la obligación de cuidar a quien “no lo merece”.
· Depresión, tristeza y soledad que deterioran aún más sus condiciones de vida.
· Los continuos traslados o mudanzas, que los hacen sentir desorientados y una sensación de pérdida de su intimidad y arraigo a su hogar o propiedad.
Estas son solo algunas de las situaciones psicoemocionales que atraviesan los padres o adultos mayores en la actualidad y que necesitan ser concientizadas, comprendidas y gestionadas por hijos y cuidadores.
No es que son “necios”, “manipuladores” o “locos”, es que su deterioro cognitivo, físico y mental les lleva a conductas que no pueden controlar.
Acompañarlos con amor, compasión y empatía
Ver a nuestros padres deteriorarse y dedicarnos a su cuidado no es una situación fácil de llevar, pero sí es posible hacerlo, preparándonos, psicoeducándonos y conscientemente transformarnos para alcanzar un mayor equilibrio personal y atender amorosamente al padre/madre en su vejez. Para ello es determinante:
· Buscar ayuda psicológica profesional que permita contar con la orientación y las herramientas necesarias para ofrecer un mejor cuidado al adulto mayor, autocuidado del cuidador y la orientación necesaria para la reorganización de la familia, adaptación y manejo del cambio.
· Atender sin culpas ni obligación, ya que ambos estados emocionales son limitadores para un proceso que requiere tanto amor, paciencia, compromiso y dedicación.
· Evitar juzgarlos y sanar cualquier resentimiento, lo cual hará más fácil el cuidado y atención. Ayuda recordar las palabras de Jesús: Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
· Documentarse, leer y estudiar cómo actuar en estos procesos. Conocer sobre la enfermedad, los cuidados, el autocuidado, la alimentación y la participación familiar.
· Fomentar el diálogo y la comunicación asertiva entre la familia. Se necesitan acuerdos y no dejar la responsabilidad sólo a una persona.
· Evitar cualquier tipo de maltrato psicoemocional (gritos, insultos, humillaciones, vejaciones) y físico (golpes, empujones o descuido en su aseo personal).
Proteger la dignidad de nuestros padres y acompañarlos con amor en este proceso, llenará de plenitud nuestra vida. ¡Se los aseguro!
Yamiilet Pinto
Psicologa
FPV 16.092
@yamiletpinto
yamipinto@gmail.com
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