Ruptura con Morfeo

En la mitología griega Morfeo es el Dios de los sueños; se encargaba de inducir los sueños de quienes dormían y de adoptar una apariencia humana para aparecer en ellos, especialmente la de los seres queridos. De su nombre procede la expresión “estar en los brazos de Morfeo”, que significa soñar y por extensión “dormir” o viceversa.

El ser humano requiere dormir, es una condición primaria y sucederá de forma natural, aunque la persona no quiera. Sin embargo, no todos dormimos de la misma manera ni necesitamos la misma cantidad, por cuanto existen variaciones individuales a la hora de dormir.

Lo esencial es un número suficiente de horas y que el sueño sea reparador para permitir al organismo afrontar la posterior etapa de vigilia.

En términos generales, el período de sueño nocturno tiene una duración de 8 +/- 1 hora; lo que no significa que no haya personas que con 5 – 6 horas se encuentren totalmente alerta al día siguiente, mientras que otras necesiten 10 horas de sueño.

Lamentablemente para algunas personas dormir bien no es tarea fácil. Existen muchos trastornos del sueño tales como: insomnio, hipersomnia, narcolepsia, ronquido y apneas del sueño, parasomnias y otros como síndrome de piernas inquietas, terrores nocturnos, pesadillas y sonambulismo.

El insomnio o la agripnia, es un trastorno que consiste en la incapacidad para conciliar el sueño o para mantenerlo. Este trastorno afecta de forma muy significativa la calidad de vida y dentro de sus consecuencias más inmediatas figuran la somnolencia diurna, la baja concentración, irritabilidad, cansancio, debilidad, dificultad y lentitud para procesar información e incapacidad para mantener una vida activa. A largo plazo, puede favorecer el desarrollo de diversas enfermedades.

Representa uno de los trastornos del sueño más habituales, donde cerca del 90 por ciento de la población admite haber sufrido un episodio de insomnio de corto plazo, que puede ser el resultado del estrés, la dieta, el desfase horario o jet lag también conocido como síndrome del cambio rápido de zona horaria o síndrome transoceánico, entre otros factores. Este trastorno aumenta con la edad y afecta aproximadamente el 30 % de los hombres y el 40 % de las mujeres en algún momento.

Los síntomas de insomnio son fáciles de detectar, pues el propio paciente nota las dificultades para conciliar el sueño o bien se despierta de forma precoz. El correcto tratamiento de este trastorno sólo es posible si se determina de manera precisa su origen.

Para el diagnóstico y posterior tratamiento del insomnio, el médico mediante exploración física y examen psicológico determinará la existencia de cualquier patología que pueda causar el insomnio. En ocasiones puede ser producto de un problema de estrés, ansiedad o depresión.

Debe evaluarse aspectos y costumbres de la higiene del sueño, como la ingestión de bebidas alcohólicas o con cafeína durante la noche, los fármacos que toma para otras patologías, drogas, los ambientes ruidosos, mal oxigenados o con temperaturas extremas, y hábitos como el de ver la televisión en la cama.

Mantener una buena higiene del sueño ayudará a prevenir el insomnio y problemas relacionados con la falta de descanso. Dentro de algunas prácticas y consejos para conciliar el sueño se mencionan:

1) Evitar utilizar el dormitorio como lugar de trabajo

2) Acondicionar temperatura del dormitorio antes de dormir

3) Regular la intensidad de la luz y evitar los ruidos

4) Apagar de ser posible los móviles y dispositivos electrónicos

5) Tener el hábito de acostarse siempre a la misma hora

6) Evitar ejercicio físico intenso antes de dormir

7) Evitar cenas copiosas

8) Limitar la ingesta de grandes cantidades de líquidos para no interrumpir el sueño ante la necesidad de orinar.

Tener un buen descanso es fundamental para el bienestar mental, físico y emocional, al igual que mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente.

Una noche de sueño reparador mejora nuestro sistema de defensa, además permite cumplir de mejor forma con las exigencias diarias, ayuda a controlar el estrés y mantener un estado de ánimo equilibrado.

Se recomienda, en cuanto se detecten los primeros síntomas de trastornos del sueño, consultar con su médico de confianza, quien podrá remitirlo a un especialista de acuerdo a su evaluación, a objeto de guiar al paciente de forma correcta para conseguir una buena higiene del sueño.

Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com

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