La manera que te comunicas con tus hijos, impacta en sus resultados
La relación con nuestros hijos es fundamental para la formación de su autoestima, seguridad y confianza en sí mismo. Esos elementos tienen su base en la forma en la que nos comunicamos con ellos y cómo le expresamos nuestro amor. Muchas veces, por la forma que hemos sido criados nosotros, no somos muy expresivos afectiva y emocionalmente.
En muchos casos hacemos de nuestro trabajo lo más importante, para que ellos tengan lo que nosotros no tuvimos, “nos sacrificamos” por ellos, sin darnos cuenta que, sean niños o adolescentes, lo que más anhelan es sentirse aceptados y amados por nosotros. El lenguaje del amor que ellos entienden no es el del trabajo y los buenos regalos, como celulares, tablets o computadoras, ropas o zapatos de marca, buenos colegios o buenas vacaciones. Lo que ellos, realmente, necesitan es sentirnos a su lado, que los respetemos y que cuando se equivocan, necesitan saber que seguimos amándolos y aceptándolos tal como son. Lo necesitan para sentirse más seguros y confiados en sí mismos.
En muchos otros casos, cuando ellos se equivocan, por ejemplo, nos mienten, salen escondidos u otras acciones, están buscando llamar nuestra atención y es por eso que necesitamos estar atentos a esas señales y reaccionar de manera asertiva, no agresiva ni violenta, para no profundizar su inseguridad, baja autoestima ni su falta de confianza en sí mismos.
El lenguaje es generador de nuevas realidades.
Sin duda, para poder ofrecerles a nuestros hijos una mejor calidad de vida emocional, mental y espiritual necesitamos enriquecer, alimentar, fortalecer y cuidar nuestro espíritu y con él nuestras competencias comunicativas. Desarrollar nuevas competencias conversacionales, como dice Rafael Echeverría, Sociólogo y doctor en Filosofía, es ir más allá del discurso y comprometerse en el desarrollo de prácticas concretas de cambio que permitan conectarnos con el poder de transformación que poseemos.
Como padres, necesitamos potenciar nuestra transformación personal para desarrollar nuevas competencias conversacionales, las cuales se fundamentan en tres ejes:
1. La conversación: ¿Qué palabras estamos utilizando cuando nos dirigimos a nuestros hijos? ¿Cómo se las decimos? ¿En cuál tono se las estamos expresando? El tono representa el 38% de la comunicación y si lo que le decimos, lo hacemos gritando o en tono agresivo, lo que digamos (el contenido) perderá credibilidad frente a ellos.
2. La conversación con nosotros mismos: ¿Cómo es, está llena de juicios intrapersonales? ¿Nos criticamos implacablemente cuando nos equivocamos? ¿Nos sentimos culpables por lo que hicimos o dejamos de hacer?
3. La conversación con Dios: ¿abrimos espacio para orar, meditar o hacer alguna actividad que nos conlleve a fortalecer esa comunicación espiritual?
Cómo desarrollar tus competencias conversacionales:
1. Conecta con nuestra espiritualidad. Allí está el centro de toda transformación y guía.
2. Escucharnos y escuchar a nuestros hijos, sin críticas ni juicios.
3. Sé impecables con tus palabras y cumple tus promesas. Esa es una muestra de valor, ética y fe.
4. Expande tus espacios emocionales, ellos amplían tus umbrales de resiliencia y atención.
5. Ser neuroflexible, eso te ayudará a adaptarte a los cambios y a los cambios que traen los cambios.
Así nos daremos impactaras positivamente en los resultados de tus hijos. @yamiletpinto
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