Opinión

Aldrín y Rebeca

Yo estoy convencido que Aldrín Torres antes las adversidades que hoy enfrentamos, estuviera en primera línea defendiendo este proyecto.
Horacio ALARCON BASABE
miércoles, 24 julio 2019

A casi un año, como han pasado cosas. Guaidó autoproclamado presidente, quedando no solo como espurio, sino como un mamotreto de la parapolítica, renovado el equipo estadal del Psuv, incluso Yaritza retorna como formadora, ella sabe lo suyo. La emisora Máxima salió y ya está pa´la calle, Mirlen sigue con su programa, aunque por alguna extraña razón, le quitaron su sueldo y ella cual guerrera y chavista siempre activa, ataques arteros al sistema eléctrico nacional, Ronald Bastardo le da un vuelco al hospitalito de Ciudad Bolívar, al tiempo que se luce con un programa de radio, el alcalde de Gran Sabana deja el pelero después de habernos ganado, Alfredo Castro arranca su nuevo programa de radio el cual fue galardonado con el premio García Ponce, la clase obrera echándole pichón, la guerrilla comunicacional Cheo Agreda como el ave fénix, pero pareciera que no conviene que levante vuelo, (vuelen) continua el dialogo que comenzó en Noruega y hoy está en Barbados, en fin, mucho ha ocurrido en lo político desde la desaparición y cruel asesinato de nuestros hermanos Aldrín y Rebeca .
Hago estos comentarios porque es imposible no recordar, a Rebeca Núñez cual profesional en materia de niños niñas y adolescentes y funcionaria pública intachable, con posturas propias y radicales, una mujer extraordinaria y embraguetada y a su compañero de vida quien era un dirigente político de nivel, ingeniero, certero y crítico en el debate, pero leal en la acción, dos compañeros que no merecían lo que les paso, con una vida por delante en lo social, en lo profesional, en lo político y los apagaron. Yo estoy convencido que Aldrín Torres antes las adversidades que hoy enfrentamos, estuviera en primera línea defendiendo este proyecto de país que nos presentó Hugo Chávez, en la trinchera que fuera, pero siempre presente y consecuente. No era monedita de oro, es cierto, pero de ahí a lo que le hicieron, es inadmisible. Hoy estuviera entre colinas y tepuyes abrazando nuestra revolución, estuviera recorriendo la troncal atendiendo desde Roscio, el Callao, Tumeremo y si tenía que llegar a Santa Elena, lo haría, aunque a veces, su presencia generaba prurito porque a muchos les faltaba la velocidad política del compa, poco le importaba, seguía avanzando, porque, aunque era anti milico, como se decía en los tiempos de los tirapiedras universitarios, estaba claro, que los comandos nunca mueren. Aunque a ellos los mataron vilmente.
Mucho que decir de ambos, cada quien hará lo propio al leer estas líneas, solo he querido nombrarlos públicamente, que donde quiera que estén, sepan que siempre serán recordados con virtudes y defectos, cuales seres humanos pues, recordarle a las autoridades que aún están en mora con este crimen, que sabemos han hecho un gran esfuerzo pero que falta más. Un año de aquella atrocidad inexplicable. Definitivamente, que inexorable son los caminos de la vida.
A LO INTERNO: Aldrín decía que el que no sabe monear, come lo que cae al suelo.

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