Descubren una molécula “anti-hambre” que se produce después de realizar ejercicio físico
Un equipo científico ha identificado una molécula en la sangre que se produce durante la práctica deportiva y que puede reducir eficazmente la ingesta de alimentos y la obesidad, según un estudio publicado por la revista Nature.
Los procesos fisiológicos que subyacen a la interacción entre ejercicio y hambre aún no se conocen bien. Para cambiar esto, el equipo de investigadores se concentró en entender cómo funciona el ejercicio a nivel molecular para poder captar algunos de sus beneficios.
“Se ha demostrado que el ejercicio regular ayuda a perder peso, regula el apetito y mejora el perfil metabólico, especialmente en personas con sobrepeso y obesidad. Si podemos entender el mecanismo por el que el ejercicio desencadena estos beneficios, entonces estaremos más cerca de ayudar a muchas personas a mejorar su salud”, dijo Yong Xu, coautor del estudio y profesor del Baylor College of Medicine.
“Las personas mayores o frágiles que no pueden hacer suficiente ejercicio, podrían beneficiarse algún día de la toma de un medicamento que puede ayudar a frenar la osteoporosis, las enfermedades cardíacas u otras afecciones”, agregó el coautor Jonathan Long, de la Universidad de Stanford.
Los efectos de la molécula Lac-Phe en ratones
Para llegar a sus conclusiones, los científicos llevaron a cabo un exhaustivo análisis de los compuestos del plasma sanguíneo de unos ratones tras una intensa carrera en la cinta rodante.
La principal molécula inducida fue un aminoácido modificado llamado Lac-Phe, sintetizada a partir del lactato (un subproducto del ejercicio extenuante que es responsable de la sensación de quemazón en los músculos) y la fenilalanina (un aminoácido que es uno de los componentes básicos de las proteínas).
En ratones con obesidad inducida por la dieta (alimentados con una dieta alta en grasas), una dosis alta de Lac-Phe suprimió la ingesta de alimentos en aproximadamente un 50 % de estos durante un período de 12 horas, sin afectar su movimiento o gasto energético.
Cuando se administró a los ratones durante 10 días, el Lac-Phe redujo la ingesta acumulada de alimentos y el peso corporal (debido a la pérdida de grasa corporal) y mejoró la tolerancia a la glucosa.
Pruebas en caballos y humanos
Para seguir con su investigación, los científicos también estudiaron las fuertes elevaciones en los niveles de Lac-Phe en el plasma tras la actividad física en caballos de carreras y en humanos.
Los datos registrados de la ejercitación humana mostraron que el esprint, por ejemplo, indujo el aumento más fuerte de Lac-Phe en el plasma, seguido por el entrenamiento de resistencia.
“Esto sugiere que el Lac-Phe es un sistema antiguo y conservado que regula la alimentación y está asociado a la actividad física en muchas especies animales”, subrayó Long.
Los próximos pasos del equipo incluyen la búsqueda de más detalles sobre cómo esta molécula regula sus efectos en el cuerpo, incluyendo el cerebro: “Nuestro objetivo es aprender a modular esta vía del ejercicio para realizar intervenciones terapéuticas”, concluyó Xu.
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