Estos jugos ayudan a combatir los ataques de hambre
A veces el hambre no responde a una necesidad real de alimento, sino que se genera en el cerebro, normalmente por nervios. Y en casos de ataques de hambre incontrolados conviene tener a mano estrategias que los apacigüen.
Los jugos que aquí se proponen son una buena solución porque sacian y ayudan a controlar el apetito.
También si se toman 1/2 hora antes de comer, pueden lograr que no ingieras más calorías de las que necesitas.
Un punto importante antes de continuar: hay que tener presente que parte de la fibra se pierde al prepararlos, así que no debe dejar de tomarse piezas de fruta enteras.
Jugo de granada
Es uno de los alimentos, preparado en zumo, que más puede ayudar a rebajar un apetito desmesurado.
Lo ha vuelto a demostrar un estudio de la Universidad Queen Margaret de Edimburgo (Escocia), que ha comprobado que bastan 120 ml (la mitad de un vaso) para apaciguar el hambre.
Aún se tienen que hacer más estudios, pero los investigadores anticipan que ese poderoso efecto antihambre se debe seguramente a los polifenoles que contiene y a los que debe su peculiar e intenso sabor.
Hacer un jugo con ella es tan sencillo como partir una por la mitad y exprimirla como si fuera una naranja. Si te gusta su sabor, puedes añadir una pizca de cúrcuma; eso hará que su efecto saciante aumente aún más y además te beneficiarás del poder antiinflamatorio de esta especia.
Otros estudios sobre la granada hacen referencia a su capacidad para estabilizar la glucosa en sangre.
Por eso, puede ir especialmente bien tomarlo tras haber ingerido muchos carbohidratos “blancos” (por ejemplo, pan no integral), ya que tras esa ingesta es muy posible que se produzca un pico de glucosa y luego una bajada brusca que daría lugar a un apetito repentino.
Jugo de remolacha
Esta raíz grande y carnosa guarda en su interior una enzima digestiva muy beneficiosa para la salud, el clorhidrato de betaína. Numerosos estudios han comprobado que ayuda a suprimir el apetito.
Pero esa no es su única utilidad: también contribuye a aumentar las bacterias beneficiosas que forman nuestro microbioma intestinal.
Esto tiene más importancia sobre el peso de lo que muchos creen porque, además de que se absorben mejor los nutrientes, que esa flora esté equilibrada puede hacer que se queme grasa de manera más eficaz cuando se hace ejercicio o se reducen las calorías.
La remolacha también favorece la oxigenación de los tejidos y los músculos, lo que resulta especialmente interesante si se hace deporte.
Para reducir su sabor “terroso” puedes mezclarla con apio y perejil (o manzana si lo prefieres). Así le agregas nutrientes que además tienen efecto diurético.
Jugo de espinacas
Las espinacas son uno de los mejores aliados para no comer de más porque contienen tilacoides, sustancia que reduce el hambre y el antojo de alimentos muy sabrosos o muy dulces, sobre todo en mujeres con sobrepeso, según ha demostrado la Ciencia. Cuando tomamos esta verdura aumenta una hormona saciante que se genera normalmente tras comer, la colecistoquinina (CCK).
El pepino, por su parte, es hidratante y aporta valiosos nutrientes. Junto con la espinaca forma una combinación especialmente saciante. Su piel no suele sentar mal porque contiene pepsina, pero si no es orgánico, mejor pélalo para eliminar pesticidas.
Jugo de zanahoria y manzana
Tanto una como la otra son saciantes si las tomamos enteras porque nos obligan a masticar más tiempo, pero hacer con ellas un zumo también te aporta beneficios antiapetito.
También el jugo de zanahoria reduce la tendencia a acumular grasa, sobre todo si la alimentación es demasiado alta en fructosa. Como en el resto de jugos, lo idóneo es no añadirle azúcar, que le sumaría calorías innecesarias.
Jugo de lechosa
Este jugo, y los dos que verás a continuación, lo puedes preparar en un minuto y te aporta vitamina C, un micronutriente muy ligado a la pérdida de peso y al control del apetito.
Si bien es cierto que parte de la fibra de la papaya y la piña, que tiene efecto saciante, se pierde al prepararlas en zumo, beberlas puede ser más agradable para muchas personas que comerlas a bocados: hay quien no es muy amantes de la textura de la papaya ni del picor de la piña.Un vaso, que puedes tomar en cualquier momento del día o antes de las comidas, supone solo 83 kcal.
También contienen enzimas digestivas que nos ayudan a deshincharnos.
Jugo de naranja y mango
De todos es conocido el aporte vitamínico de las naranjas, pero del mango no se sabe tanto. Vale la pena mezclarlos porque este último, además de la C, también aporta vitaminas A y E, además de magnesio y potasio, y ácidos depurativos.
La manera más práctica de hacerlos en verterlos, troceados, en un vaso de licuadora y licuarlos hasta obtener el zumo sin pulpa. Procura que el mango esté bien maduro, así no necesitarás añadir nada de azúcar.
Jugo de limón y jengibre
Este jugo, solo apto para los amantes de los sabores ácidos y fuertes, contribuye a no tener picos de glucosa y a reducir los ataques de hambre. Para no dañar el esmalte dental, es mejor que lo tomes con cañita y no a sorbos. Y si sueles tener cólicos renales, no lo consumas en ayunas.
El limón y el jengibre son excelentes alimentos que favorecen la producción de ácido clorhídrico en el estómago y nos ayudan a “trocear” mucho mejor los alimentos.
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