El estreñimiento no es algo que se debe tomar a la ligera. En efecto, puede volverse crónico si no se trata, y conllevar graves consecuencias para la salud. Una manera muy sencilla de combatirlo es comenzar el día con un régimen alimenticio que favorezca el tránsito intestinal.
Incluir un zumo de tomate en el desayuno es una excelente forma de combatir el estreñimiento. En efecto, el tomate es rico en fibras y actúa como un laxante suave que, consumido a diario, ayuda a resolver este problema tan frecuente, concretamente en las mujeres.
3. Virtudes cardiovasculares
Es importante tener en cuenta que el tomate es un gran aliado de la salud cardíaca. Gracias a sus enzimas y a sus minerales podemos reducir la tasa del colesterol malo, favoreciendo la circulación sanguínea e impidiendo la formación de trombos en el cuerpo.
Conviene recordar que el zumo de tomate es también un alimento con virtudes excepcionales para las personas diabéticas, puesto que permite controlar de manera eficaz la tasa de glicemia en la sangre.
4. Refuerza el sistema inmunitario
A la hora de comenzar la jornada, siempre se tiene la posibilidad de consumir un vaso de agua templada con limón. Sin embargo, si deseas cambiar un poco este clásico remedio, no dudes en reemplazarlo de vez en cuando por un buen vaso de zumo de tomate.
El zumo de tomate ayuda a reforzar el sistema inmunitario, fortalecer las defensas para prevenir y evitar todo tipo de infecciones, gripes, resfriados, etc. El tomate es rico en vitaminas C, A, B, D y K, así como en antioxidantes, en potasio, calcio, fósforo, hierro, sodio y arginina.
Como preparar el jugo
La receta, compartida por El País, es fácil y podrás hacerlo cada mañana.
Ingredientes:
- Tomates maduros.
- Sal y pimienta al gusto (opcional).
- Otros condimentos o especias según preferencia.
Preparación
- Lavar los tomates bajo agua corriente para eliminar cualquier suciedad o residuos.
- Cortar los tomates en trozos grandes y retirar el tallo.
- Colocar los trozos de tomate en una licuadora o procesadora de alimentos y licuar hasta obtener una consistencia suave. Si prefiere un jugo más espeso, se pueden dejar algunos trozos más grandes.
- Colocar un colador de malla fina o una gasa sobre un recipiente y verter el jugo de tomate para separar la pulpa y las semillas del líquido. Presionar suavemente con una cuchara para extraer todo el jugo.
- Si desea, se puede agregar sal, pimienta u otros condimentos y especias al jugo de tomate, según la preferencia de cada persona.
- Verter el jugo de tomate en un vaso o jarra y servir fresco. Se puede refrigerar durante un tiempo antes de consumirlo o agregar hielo si se prefiere una bebida más fría.