La inspiradora historia del cuatrista Roney Silva
Roney Silva es un compositor, arreglista, director y concertista de cuatro y guitarra, nacido en Ciudad Bolívar, que desde los 15 años se inició en el mundo de la música de la mano del maestro Osmin Rojas y de manera autodidacta aprendió todo lo necesario para convertirse en el gran músico que es hoy.
Con unos 30 años de carrera este artista, ganador del Festival La Siembra del Cuatro 2005, puede realizar composiciones complejas hasta con los ojos cerrados, haciéndolo lucir fácil.
Cuenta con dos producciones discográficas y continúa innovando en sus composiciones.
En esta oportunidad, conversando con PRIMICIA, Silva da a conocer un poco de su historia, su inspiración y todo lo relacionado a su carrera musical.
-¿Cómo fueron sus inicios en la música? ¿Cuándo nace su pasión por el cuatro?
– Soy concertista de cuatro y guitarra, he sido docente durante 25 o 30 años aproximadamente. Empecé muy joven, esto me ha permitido trabajar en diferentes instituciones tanto aquí en el estado Bolívar como en Caracas donde estuve trabajando directamente con el maestro Abreu y en la Simón Bolívar, en la Real Academia del Cuatro. El objetivo de esto era que los cuatristas tuvieran sus títulos universitarios para poder ejercer. Pues ese tipo de instrumentos, como otros instrumentos folclóricos carecen de rango académico.
-Tengo un tío, él ya falleció, se llamaba Osmin Rojas, era arreglista y compositor, un gran músico a nivel nacional que acompañó mucho al maestro Aldemaro Romero, María Teresa Chacín, Simón Díaz, entre otros. Era un músico de alta performance, lo de él era la Onda Nueva, uno de los ritmos de innovación del maestro Aldemaro, y que de alguna u otra manera estuvo allí en ese movimiento, fue jazzista, tocaba música brasileña, un músico muy completo. Sin embargo, yo no veía la música como una terapia, porque yo lo que quería ser era ingeniero eléctrico, yo veía siempre a los músicos como unos vagos.
-Estudié en La Salle, y era bueno en matemáticas y esas cosas, pero los muchachos tocaban cuatro y se reían de mí porque yo no sabía, no le prestaba atención a eso.
-Un día agarré un cuatro y me quedé viendo los trastes y divisiones, y le dije a un compañero, “¿cuántas combinaciones te sabes en el diapasón?”, él me dice, “yo me sé Re, Sol y La”. Y fue cuando les dije, “esto tiene catorce espacios, y si tiene catorce espacios y cuatro cuerdas, eso serían, entre dos mil y tres mil combinaciones, según la teoría combinatoria. O sea que ustedes no saben ni 0,01 %, ustedes no saben tocar”.
-Luego hablé con mi tío, yo no sabía lo famoso que era él, le pregunté si me podía enseñar “Fiesta en Elorza”, porque escuchaba a Hernán Gamboa, que era “el cuatro de Venezuela”. Cuando llegaron las vacaciones me aprendí la canción como la tocaba Hernán, “El Gavilán”, otro tema emblemático y otros temitas más, yo nunca había agarrado un cuatro y eso me pareció tan fácil.
-Cuando llego otra vez a La Salle de vacaciones estaban los muchachos tocando los mismos temas con los mismos tres toques, y les dije que me permitieran el cuatro, dudaron de mí, y se los demostré, luego de eso se quedaron callados.
-Me fui para la estudiantina de la institución, y hablé con el profesor Tony Yoris para aquel entonces, le toqué los temas y él se quedó maravillado, y me dijo si podía hacer un concierto el viernes, yo le pregunté “¿Cómo voy a hacer un concierto el viernes si tengo apenas 3 meses tocando?”. Al final accedí, cuadramos y le dije a los muchachos que fueran a mi concierto el viernes, eso estuvo repleto de gente, incluso me sacaron cargado del teatro. En ese momento pensaba que esto era muy fácil.
-Y así empezó la carrera, no vi muchas clases con mi tío porque él vivía ocupado, viajando. Él me consiguió conciertos y comencé a rodar desde los 15 años, ya son unos 30 años de carrera. Luego comencé a dar clases, lo que me ayudó mucho en la parte pedagógica, y ahorita estoy desarrollando una técnica que se llama Mecánica y Ejecución, que va más allá de los estándares de ejecución que se están trabajando hoy en día, y es lo que va a cambiar ahora el norte de esto.
-¿Quienes han influenciado su formación como artista?
– Mi tío Chucho que siempre me decía que hay que darle duro al cuatro, él era tradicional “Sácale sonido a ese cuatro, eso es tuyo”, me decía. Él es músico también, pero no se dedicó a eso. Escuchaba bastante a los Indios Tabajaras, Toquinho, Paco de Lucía, me gustaba mucho la música de Richard Clayderman. Lo que me daban para ir al liceo, para la comida, lo guardaba y con eso me iba y compraba la música de ellos, porque yo quería ser como ellos. Incluso toqué muchos temas como “Amor se escribe con A”; mientras muchos cuatristas estaban tocando joropo y eso, yo tocaba “Para Elisa”, temas muy clásicos. Y me contrataban, porque lo veían como algo exclusivo, un cuatro tocando música de Richard Clayderman.
-Me gusta la música árabe también, “Egipto” es una de las composiciones más emblemáticas, con la que la gente me reconoce como cuatrista aquí en Venezuela, porque ese es un tema árabe y me permitió obtener el primer lugar en La Siembra del Cuatro. De hecho, cuando fui a competir, vino la delegación del Líbano que estaba en ese momento en Caracas y me felicitó porque ellos dijeron que se sintieron como en su casa. Y a todas las personas a las que les toco ese tema, si son árabes o tienen descendencia, les gusta o tiene para ellos un significado.
-¿Cuál ha sido su formación académica?
– Yo nunca estudié en una escuela de música, si no era porque no tenía para pagarla, me habían rechazado muchas veces, pero era porque yo sabía lo que estaba buscando.
-En una escuela tú te sometes a unas reglas, una formación y unas normas, y es muy difícil que avances e innoves. Es bueno tener los conocimientos, pero lo que puedes pasar estudiando 5 años, te los puedes aprender en 6 meses, ya que cuando todo es muy metódico, dogmático, tú no puedes hacer esto o aquello, no fluyes. Entonces ¿qué han hecho las personas innovadoras? No siguen estándares, rompen los estándares.
-Incluso donde yo iba, quería dar clases, quería estudiar, no sé para qué; recuerdo que una vez yo quería tocar un vals de Lauro y no sabía leer música, entonces me compré mis libros, y como eso son matemáticas, comencé a buscar las notas y a anotarlas. Me lo aprendí en un mes, le toqué al profesor “Natalia, Vals No. 3”, porque quería dar clases de guitarra para llevar más dinero a la casa, y me preguntó si había estudiado en Caracas, y yo no, nunca tuve la oportunidad de estudiar en una escuela de música.
-Y bueno, Jacobo Cuvillán, mejor conocido como “el Diablo de la Guitarra” que fue un maestro que me dio clases de guitarra flamenco, que era muy místico para dar clases. Él me dijo “yo no te voy a enseñar, yo te voy a enseñar a recordar lo que ya tú sabes, porque eres un alma vieja”, y yo le decía “¿cómo es eso, si tú eres mayor que yo?”.
-Él nunca me dejó copiar una clase, me dio clases durante cinco años, y yo no tengo copias de las clases. Fue un guitarrista reconocido, le decían “el Diablo de la Guitarra” porque tú no sabías con qué te iba a salir, siempre inventaba algo en la guitarra, él solo era un espectáculo, no necesitaba nada, ahí se escuchaban tambores, armonía, desafinaba el instrumento mientras lo estaba tocando, era una loquera, eso yo no lo había visto nunca. Falleció joven, es uno de los grandes maestros que he tenido en la guitarra y en la parte conceptual de lo que es el espíritu y el alma, que tienes que tocar con los ojos cerrados, yo decía, yo no puedo tocar con los ojos cerrados, me voy a equivocar. No, porque eso es una ventana, y las ventanas, distraen, así que cierra los ojos.
-En la pieza de “Egipto”, en La Siembra del Cuatro yo toco con los ojos cerrados, y el sonido del instrumento es otra cosa. Es él espíritu, no es la mente que “vas a poner el dedo en el traste tal y va a causar este efecto”, porque cuando se lo dejas a la mente no te da la capacidad para desarrollar algo tan trascendental y tan espiritual como lo es la música; la música es espíritu, no viene de la mente. Si tú eres un músico mental, has fracasado, porque te conviertes en una máquina, sin vida.
-Cuando cierras los ojos, tocas y sientes, le das la particularidad, le das la oportunidad al espíritu de salir, entonces ya no dependes de este plano, ya es lo que eres tú como ser humano. Nos han enseñado mucho, la misma ciencia, a depender de nuestro sentido, y cuando dependes de tu sentido no avanzas, porque cómo tú aprendes a desarrollar algo o salir de un problema si tú no haces silencio y no tienes calma, eso es lo primero que debes tener y realizarte a ti mismo preguntas. A veces estoy creando algo y me pregunto “¿y ahora cómo hago?, ¿cómo hago esto y lo otro?” y de repente en otro intento, sale.
-Ya que somos una antena de conocimiento, por eso es que ves gente y te preguntas cómo aprendió ciertas cosas si no estuvo en la ciudad con los libros, los mega libros. Todo eso está dentro de ti, y esa es una de las cosas que me enseñó mi maestro. Es importante, creer en nuestro instinto, en nuestro espíritu y no venir con dogmas o normas, porque esas cosas de alguna u otra forma lo que hacen es frenar ese crecimiento.
-¿Qué lugares ha logrado visitar gracias a su carrera?
-He estado en Europa, dando giras, representando a Venezuela, en España visité más de 15 ciudades, estuve alrededor de un mes, toqué en los castillos más emblemáticos, con una acústica increíble. Estuve en Brasil, en Trinidad y Tobago con “el Pollo” Brito y con Cheo Hurtado, en Colombia, que es uno de los países que más ha sembrado el cuatro, en la parte de Yopal, la zona llanera del país, ellos tienen una admiración muy grande hacia la música venezolana. Y en la zona de Venezuela, me he presentado en todos los estados, de hecho, para ganar La Siembra del Cuatro tienes que eliminarte con todos los estados, y al final, cuando eres el número uno en Venezuela, pasas a competir con Colombia, Trinidad, Aruba y Curazao, y yo gané ambos, el nacional y el internacional. Gracias a la música he podido viajar y conocer diferentes regiones importantes para mi desarrollo.
-¿Alguna anécdota que recuerde?
– Una vez me aprendí un tema del maestro Antonio Lauro, llamado Nelly, que era una contradanza, entonces me llamaron para tocar en Ciudad Bolívar, fui e interpreté ese tema, y resulta que entre el público se levantó Nelly. Es como si tocaras un tema de un disco de una persona que supuestamente ya no existe, porque es otra generación y se para esa persona, y no solo eso, la guitarra con la que estaba tocando en la fiesta era del maestro Lauro que se la regaló a Nelly. Qué bonito eso, de verdad. Y así muchas cosas, muchas anécdotas.
-¿Qué nos puede decir acerca de su discografía?
– Tengo dos producciones discográficas, la primera se llama “Por amor a María” y la segunda se llama “Egipto”. Este trabajo está basado en las diferentes culturas tanto nacional como latinoamericana, europea y americana, ya que cuenta con la pieza de “Chica de Ipanema”, que es una de las canciones más emblemáticas de Brasil, también cuenta con “Por amor a María” que es una composición dedicada al maestro Antonio Lauro, como un regalo, porque también trabajé directamente en la Casa Lauro la parte de guitarra. Soy guitarrista de flamenco también, estuve trabajando muchos años con El Gitanillo, que es uno de los pocos guitarristas de flamenco que quedan aquí en Venezuela.
-Mi estilo se basa en la música del mundo, yo no solo toco música venezolana, sino música internacional, que es lo que me permite a mí ver el mundo de manera más amplia.
-Siguiendo con la discografía, esta producción cuenta con un arreglo que se llama El Pajarillo, este cuenta una historia, porque tiene 4 o 5 etapas, donde entra con un blues, luego se va desarrollando con el rock, y termina en un pajarillo, manteniendo la armonía y cuidando que no sea un contraste demasiado fuerte al pasar de un género a otro, también hay un tema muy gracioso que se llama “Carmen, la que contaba 16 años”, un merengue caraqueño, yo lo puse como si Carmen hubiera llegado al Lejano Oeste, y en vez de conseguirse con un cuatro o una charrasca, que son instrumentos típicos, se hubiera conseguido con un banjo, entonces hice el arreglo natural que ejecuta Carmen pero lo pasé a Country, lo que le da otra perspectiva. Dependiendo de la cultura cada quien le da una variante.
-Ahorita estoy realizando grabaciones y estoy volviendo a la parte de conciertos, me estoy abriendo camino otra vez.
-¿Cuáles son los premios que ha obtenido en su carrera?
– Gané el primer y segundo lugar de la afinación aguda en el Festival Internacional de la Siembra del Cuatro en el 2004 y 2005, donde el maestro Cheo Hurtado fue el dueño del proyecto, y de ahí salió una gira internacional con él, con “el Pollo” Brito he tocado con el maestro Huáscar Barradas, y un sin número de músicos más.
-Gané el premio de composición de Onda Nueva, dedicado al maestro Aldemaro Romero, participé con un tema llamado “Nery”, una gran amiga mía, eso fue en Caracas. Como soy amante de la Onda Nueva, quise participar en eso, ha sido uno de los grandes géneros musicales que más han llamado mi atención, así como la música brasileña, la salsa, ahorita estoy experimentando otras cosas que no son muy comunes.
-¿Qué es eso que diferencia al cuatro de otros instrumentos y lo hace tan especial?
-El cuatro es un instrumento percutivo, armónico y melódico, tú con el cuatro puedes puntear una melodía, puedes rasguaerlo, puedes rasguearlo a la vez que haces la melodía, puedes hacer la melodía, rasguearlo y hacer percusión, que es lo que estoy trabajando ahorita. Incluso parece imposible, porque tienes dos manos, eso no es un piano con el que puedes hacer una armonía y una melodía. Al cuatro hay que buscarle la vuelta, es un instrumento misterioso. Muchos de los que han conseguido algo con este instrumento es porque se han fajado muchos años, porque el cuatro no tiene un conservatorio.
-Y que el cuatro tiene diferentes afinaciones, la gente conoce es “La, Re, Fa, Si” a lo que le llaman “Cambur pintón”, no sé para qué le pusieron así, pero así la conocen popularmente. El maestro Fredy Reyna afinaba el cuatro aguitarrado; supuestamente una de las afinaciones que llegaron a Venezuela fue la aguitarrada. ¿Por qué le digo aguitarrada? Porque el cuatro no sonaba con ese grave abajo, si no como la guitarra, que va de grave a agudo, igual que el arpa. Por cuestiones de materiales, para aquel entonces las cuerdas estaban hechas de tripa de ganado, entonces las cuerdas más agudas se partían, y para evitar esto le colocaron una gruesa, y comenzaron a rasguear. Ya para 1936, casi a los 40, el maestro Fredy Reyna, cuando llega el nailon a Venezuela, le coloca la afinación original.
-Claro, y el cuatro venía con esa afinación tradicional, que es la llamada Cambur pintón, entonces hay una disputa ahí, entre los aguitarrados y los tradicionales, pero en sí el cuatro es lo mismo. Hernán desarrolló una técnica que es el punto de rasgueo, y de ahí siguieron otros. Y Fredy Reyna tiene otra gama que se divide en dos, y yo estoy en las dos.
-¿Qué le recomendaría a aquellos jóvenes que desean convertirse en cuatristas?
– Que estudien la música venezolana, el joropo, la gaita, el merengue, la música oriental, la música de la costa. Venezuela es uno de los países más ricos en música, nos enfrascamos en estudiar música de afuera cuando nosotros somos muy ricos aquí. Mi recomendación es que investiguen, hay una gran diversidad de merengues, valses, joropos. Incluso muchos de los intérpretes de Hugo Blanco para acá, al igual que Aldemaro, hicieron propuestas, por ejemplo, antes no existía en el caso de Hugo Blanco en el tema Moliendo Café eso que se llama el “Ritmo Orquídea”, así como los llaneros han agregado cada vez más temas, entonces son como 40, 60 golpes de música llanera, aprenderse todo, interpretarlos uno detrás de otro en una pieza, es algo muy bonito. Te puedes pasar hasta 20 años estudiando todo eso.
Pueden encontrar a Roney Silva en Instagram como @4roneysilva y en su canal de Youtube como 4Roney4.
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