¿Y si Cambio?: Podemos transformar creencias
Trabajar en la transformación del ser humano para alcanzar sus objetivos, me ha conducido a una constante autoexploración personal que me ha permitido profundizar en el poder que tienen las creencias en la vida ¡y que poder!
Las creencias influyen y determinan nuestros resultados, nuestro estado de ánimo, nuestra motivación, superación, acciones y comportamientos. Cuando nos sumergimos en aquello que fervientemente creemos, inevitablemente eso ha de suceder, tanto si es algo que nos empodera como si es algo que nos frena y nos impide avanzar. Siempre vamos acertar en lo que hemos convertido en nuestra más grande creencia. Por ejemplo, si la creencia es sobre la relación de pareja, que consiste en que “todos los hombres son infieles” tienes razón, igual si crees que “es posible construir una relación de fidelidad” también tienes razón. Te pregunto, ¿con cuál de esas dos creencias te identificas? Te aseguro que lo que esté grabado determina tus resultados.
La computadora interna
Para comprender un poco el poder que tienen las creencias, vamos a revisar uno de los aportes de la psicología cognitiva, el cual consiste en la concepción metafórica de que la mente es como un computador, conformado por un software y un hardware.
El software representa los programas que tiene esa computadora. Esos programas están conformados por las creencias o patrones que se han instalado a lo largo de nuestro desarrollo humano; y el hardware es el equipo donde están archivados esos programas, la mente. Durante el desarrollo y crecimiento personal, a esa computadora le fueron instalando, poco a poco, diversos programas. Al pasar el tiempo, algunos de esos programas van quedando obsoletos y ya no funcionan con la misma calidad, rapidez y eficiencia que antes; posiblemente haya sido víctima de hackers o virus que afecta significativamente su desempeño, haciendo que la operatividad de los procesos internos sea más lenta o arroje resultados diferentes a los esperados. Cuando esto sucede, el equipo se “guinda”, deja de correr algunos programas y se contaminan los programas.
¿Qué hacer cuando el sistema tiene un virus?
Normalmente, acudimos a un especialista a que revise el computador. Por lo general, nos recomienda hacer un mantenimiento al sistema, para lo cual nos pide resguardar los archivos más importantes, proceso que muchas veces nos cuesta mucho hacer por diversas razones: falta de tiempo, resistencia al cambio y el apego a viejos archivos “por si acaso los necesitamos más adelante”. Muchas veces, resguardamos sin hacer la depuración correspondiente y sin darnos cuenta que lo que estamos haciendo es alargar la decisión de deshacernos de aquello que está ocupando un espacio importante de la memoria, impidiendo el manejo de nuevos programas. El especialista, previa conversación con nosotros y dependiendo de las consecuencias de las fallas, comienza a desinstalar viejos programas que afectan la operatividad del sistema, hace actualizaciones y nos sugiere instalar un antivirus para limpiar la basura del programa y evitar que entren virus que dañen los programas buenos o saturen al sistema al punto de llevarlo al colapso y a la paralización.
¿Reprograma o no reprogramas el sistema?
Definitivamente la reprogramación del sistema es una decisión. Una decisión que hemos de tomar de manera consciente, sobre todo porque cuando hacemos una retrospectiva, nos podemos dar cuenta que desde hace mucho tiempo que algunos programas o patrones ya no brindan los beneficios que antes ofrecían y por el contrario lo que se vive actualmente es una constante caída del sistema que genera pérdidas importantes y valiosas para nosotros. Algunas veces esto ocurre por haber tomado la decisión de conservar aquellos archivos o programas que generaban una verdadera amenaza a la operatividad del sistema y de la cual nos advertían los antivirus. Es una cuestión de decidir.
Si logramos desinstalar los viejos programas, tóxicos y limitantes, y al mismo tiempo nos comprometemos a actualizar el software, podremos cambiar los efectos que dejan esas creencias limitantes en nuestra salud, finanzas, prosperidad, resultados deportivos, relaciones de pareja, relaciones con los hijos, los niveles de energía, el lenguaje, en fin cambiamos radicalmente nuestros resultados y por ende nuestra vida.
Pasos para reprograma desde la inspiración a ser mejor
1. Pongamos atención a nuestras creencias, para identificarlas y darnos cuenta de cuanto nos colaboran en nuestro bienestar, logros y éxitos. Cree y lo verás hecho realidad.
2. Concienciemos que aunque los patrones pueden variar de persona a persona, todas las respuestas y acciones parten de lo mismo: nuestras creencias, autoestima y seguridad. Por lo tanto preguntémonos: ¿Quién estoy siendo? ¿Qué estoy haciendo? ¿Para qué estoy siendo o haciendo esto?
3. Experimentemos nuestro poder personal, ese que depende de nosotros mismos (a).
4. Deshagámonos de opiniones que nos dijeron hace tiempo, no importa quien las haya dicho, decidamos accionar liberándote del yugo del “qué dirán”.
5. Revisemos las estrategias y la toma de decisiones.
6. Activemos los arquetipos de personalidad.
7. Accionemos nuestro aquí y ahora.
8. Seamos congruente entre lo que piensas, lo que dices y lo que haces.
9. Cambiemos la voz limitante por una voz empoderante e inspiradora con las frases “Yo quiero”, “yo puedo” yo soy”.
10. Entreguemos con Fe esta nueva forma de vida, meditando, orando y honrando el camino recorrido.
En esto radica el poder nuestras las creencias y tú ¿Qué opinas?
@yamiletpinto
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