Opinión

¿Y si cambio? La renovación del vínculo en la etapa del amor maduro

Cada etapa tiene sus propias crisis y gran parte de ellas surgen de pensamientos y expectativas rígidas que ya no se ajustan a la realidad de la vida madura.
Yamilet Pinto
jueves, 06 noviembre 2025

¿15, 20, 25, 35 o más años de relación? ¿Ya se fueron los hijos? ¿Te jubilaste? ¿Tienes un proyecto de vida? ¿Tienen un proyecto común?

Cuando ha pasado más de una década de matrimonio, la relación de pareja ha transitado por diversos aprendizajes. Lo que comenzó como una experiencia llena de pasión, ha evolucionado hacia una vivencia más profunda, con tormentas ocasionales, y con la riqueza de una vida bien vivida. Esta etapa, lejos de ser un final, es una oportunidad de profunda redefinición y crecimiento mutuo.

Las tres grandes crisis de esta etapa

Cada etapa tiene sus propias crisis y gran parte de ellas surgen de pensamientos y expectativas rígidas que ya no se ajustan a la realidad de la vida madura. Enfrentar el “nido vacío”, la jubilación, la infidelidad o el sentimiento de “ya no nos queremos como antes” requiere de una revisión consciente de los esquemas mentales y conductuales que sostienen la relación:

  1. Nido vacío y el cese de la vida laboral, típicamente ocurre entre los 45 y 65 años de edad y representa un profundo cambio de roles e identidad. La pareja, posiblemente se había centrado en ser sólo padres, enfocados en la crianza de los hijos y en su carrera profesional y de repente se encuentran “a solas”, sin los proyectos externos que actuaban como estructura y sin los hijos a su lado. Se dan cuenta que las conversaciones se reducían a los hijos y al desaparecer el tema, desaparece la conversación.

La jubilación por su parte, si no se ha planificado, elimina la estructura que el trabajo proporcionaba y la identidad que la profesión otorgaba. Aumenta el “tiempo juntos”, lo cual en algunos casos genera irritabilidad. Se afecta la autoestima y sentido de utilidad. Y se exacerban los patrones de comunicación negativos, como la crítica, la queja o rechazo sexual.

La alternativa es buscar ayuda profesional y proponer un Recontrato Matrimonial. Si no se hace de manera consciente, la Infidelidad Crónica y el Maltrato Emocional emergen como síntomas de un matrimonio que, al perder su estructura externa (hijos, trabajo), revela que nunca desarrolló una base emocional individual sólida.

  1. La Sombra de la Infidelidad (Física o Emocional), es el segundo gran reto. La infidelidad en esta etapa suele ser el síntoma de una desconexión profunda y prolongada, no la causa principal. Cuando se mantiene en el tiempo, acompañada de indiferencia, rechazo sexual y trato irritable, surge la pérdida de confianza, dolor profundo y una pérdida del sentido de ser pareja. En este contexto, la preocupación central no es cómo la pareja puede “recuperar la chispa”, sino cómo la mujer puede recuperar su salud mental, su autoestima y su autonomía, y romper el ciclo de la victimización.

Para ello, establece límites y toma la decisión desde la claridad, no desde la desesperación. Fortalece tu base individual con terapia psicológica y define tus No Negociables. Si decides darle una última oportunidad (lo cual es tu derecho), establece un ultimátum claro, conciso con su respectiva consecuencia real e inmediata si se incumple. Y si el patrón no cambia, es importante prepararse mental, emocional y logísticamente para ejecutar la consecuencia (irse o pedir que se vaya). El bienestar de sus próximos 20 años depende de esta acción.

  1. Y finalmente el “Ya No Sentimos lo Mismo” (La Falta de Chispa): el enamoramiento inicial, da paso al amor conyugal maduro, que es más sereno y basado en el compromiso, la amistad y la historia compartida. La pasión no desaparece, sino que se transforma y se profundiza. Esta crisis, a menudo se relaciona con la disminución de la frecuencia sexual. El error está en confundir la reducción de la libido impulsiva con la pérdida del deseo erótico y la conexión íntima. La Realidad del Amor Maduro es que no será como “antes”, ya que la pasión se convierte en una elección consciente de intimidad y placer compartido. Ahora la sexualidad se basa en la Conexión Profunda. La pareja decide encender la llama porque sabe el valor y el placer que reside en su intimidad compartida.

¿Qué hacer? Buscar ayuda psicológica profesional, encontrando un nuevo sentido de la pasión, la intimidad y el compromiso.

Yamilet Pinto

Psicóloga

FPV. 16.092

@Yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

 

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