Opinión

¿Y si Cambio? Cómo construir un proyecto de vida: orientación para padres y adolescentes

Para encontrar ese "destino", es fundamental entender que éste se construye desde adentro.
Yamilet Pinto
jueves, 03 julio 2025

La adolescencia es una etapa fascinante, llena de cambios, descubrimientos y de incertidumbre. Es el momento en que se comienza a vislumbrar el camino hacia la vida adulta, y con ello, la necesidad de construir un proyecto de vida. No se trata de un destino fijo e inamovible, sino de un mapa dinámico que se construye y redefine constantemente.

Para encontrar ese “destino”, es fundamental entender que éste se construye desde adentro. Para los adolescentes, esto implica:

  • Autoconocimiento Profundo: cada joven necesita explorar sus intereses genuinos, sus habilidades, sus valores y lo que les apasiona. ¿Qué actividades los hacen sentir vivos? ¿Qué les indigna del mundo y querrían cambiar? Estas son pistas valiosas.
  • Exploración de Posibilidades: El mundo es muy amplio, por lo cual es crucial que los adolescentes se expongan a diferentes áreas del conocimiento, profesiones y estilos de vida.
  • Flexibilidad y Adaptabilidad: El proyecto de vida no es una línea recta. Habrá desvíos, cambios de planes y nuevas oportunidades. Enseñarles a ser flexibles y a no frustrarse ante los imprevistos es clave para su bienestar.

Para los padres, su rol es el de ser facilitadores y guías, no de diseñadores del proyecto de vida de sus hijos. Esto significa:

  • Escucha Activa y Empática: Brinden un espacio seguro para que sus hijos expresen sus ideas, miedos e inquietudes sin juicio.
  • Fomento de la Autonomía: Permítanles tomar decisiones, equivocarse y aprender de sus errores. El apoyo no es hacer las cosas por ellos, sino estar ahí cuando necesiten un empujón o un consejo.
  • Ofrecer Recursos y Oportunidades: Conecten a sus hijos con experiencias que les permitan explorar sus intereses: cursos, talleres, charlas o actividades extracurriculares.

¿Se puede encontrar el “destino” a los 17 años?

¡Absolutamente sí, y no! A los 17 años, un adolescente puede descubrir sus pasiones, identificar áreas de interés y empezar a trazar un camino. Sin embargo, es importante recalcar que el “destino” no es un punto final. El proyecto de vida es un proceso continuo de crecimiento y evolución.

Lo que se define a los 17 años es un punto de partida, una dirección inicial que con el tiempo se irá ajustando y enriqueciendo con nuevas experiencias y aprendizajes. La meta es disfrutar el viaje.

Algunas estrategias clave que los jóvenes pueden seguir para encontrar la Felicidad y la Satisfacción en lo que hacen son:

  • Definir metas pequeñas y alcanzables: El camino puede parecer abrumador. Dejen que sus hijos establezcan objetivos a corto y mediano plazo que les permitan sentir progreso y motivación.
  • Cultivar la resiliencia: que sepan que habrá obstáculos y que pueden levantarse después de una caída, aprender de los fracasos y perseverar ante las dificultades.
  • Cuidar el bienestar integral: El proyecto de vida no es solo lo académico o profesional. Incluye la salud física y mental, las relaciones significativas y el tiempo libre para el ocio y la reflexión.
  • Buscar propósito más allá de lo personal: Conectar sus intereses y talentos con la posibilidad de contribuir, ayudar a otros, resolver un problema social o ambiental.

La construcción del proyecto de vida es un viaje apasionante.

¡Padres, su rol es el de ser brújulas amorosas que indican caminos, sus hijos quienes deben caminar!

¡Jóvenes, atrévanse a soñar, a explorar y a construir la vida que desean!

¿Qué paso darán hoy para empezar a construir ese puente hacia el futuro?

Yamilet Pinto

Psicóloga

FPV. 16.092

@Yamiletpinto

yamipinto@gmail.com.

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