¿Y si cambio?: Claves para manejar las expectativas con efectividad
Las expectativas nacen de la anticipación de los resultados sobre las personas, las situaciones y las circunstancias. Muchas veces hacemos las cosas esperando que lo que suceda sea aquello que nos agradaría que sucediera. El punto es que, en la generalidad de los casos, nos creamos expectativas que sobrepasan la realidad y esto nos causa un muy elevado nivel de frustración. ¿Qué podemos hacer? ¿Es posible vivir la vida sin expectativas?
Esta es una respuesta que sólo tú puedes dar.
Las expectativas se vislumbran en el tiempo futuro. Es lo que se espera que suceda. De alguna manera, los resultados que esperamos nos inspiran, nos motivan a alcanzarlos. Y realmente se convierten en un motor, un impulso y nos mantienen en movimiento. Desde ese punto de vista, consciente, las expectativas tienen un lado muy positivo e inspirador.
Ahora bien, cuando contrastamos la realidad con lo que esperábamos que sucediera y ésta es diferente, generalmente, se genera un choque interno que despierta en nosotros un estado emocional interno caracterizado por la frustración, la desilusión, la tristeza y la impotencia. Desde ese punto de vista, las expectativas tienen un lado negativo, que limita y frena la evolución personal, emocional y mental; y por ende frena el crecimiento profesional y personal.
Si, además, revisáramos las expectativas que nos creamos con respecto al comportamiento de las demás personas, el conflicto se agudiza, ya que esperamos que los otros se comporten como creemos que “debería” ser, olvidándonos que cada uno de nosotros tiene un mapa muy particular y éste define nuestra forma de comportarnos. Proviene de la crianza que hemos tenido, los patrones que hemos creado a raíz de lo que aprendimos y del entorno en el que nos desarrollamos. Así como nosotros, los demás también tienen su propio mapa y éste define su comportamiento también.
Claves para neutralizar el lado negativo de las expectativas
Si pudiéramos comprender la dinámica de las expectativas, podríamos darnos cuenta que éstas van a estar presente en nuestras vidas, porque de una u otra manera siempre esperamos que algo suceda, por ejemplo: tener los ingresos suficientes para cubrir nuestras necesidades y disfrutar; que desaparezca este gobierno o la oposición; que se concrete la venta que está a punto de cerrarse; que los precios bajen; que el familiar enfermo sane; que vuelva la pareja que se fue; que el país cambie; que regresen los familiares que se emigraron; y así un sinfín de deseos que al contrastarlos con la realidad, chocan. no son verdad…no suceden.
Las claves que ahora quiero compartir con ustedes son para gestionar las emociones que se nos despiertan cuando lo que anhelamos es diferente a lo que en realidad sucede:
– Vivir el momento presente. Cada instante es valioso. Tiene su propia energía y su propio aprendizaje. La próxima vez que sientas esa ansiedad por el futuro, la incertidumbre por lo que sucederá, tu recordarás que el único tiempo que existe es este momento. De nada te sirve apresurarte, anticiparte porque no tienes el control ni de las personas ni de las circunstancias.
– Practica Mindfulness. Una técnica que te enseña a vivir en la conciencia plena del momento presente. Cuando comienzas a disfrutar de estas técnicas aprendes que preocuparte por el pasado no tiene sentido, lo único que hace es llenarte de resentimientos. Que anticiparte al futuro te llena de ansiedad y que viviendo el momento presente te permitirá mantener un estado de serenidad, a través del cual podrá decidir con más conciencia los próximos pasos que haz de dar.
– Cultiva tu fe en Dios. Nútrete espiritualmente. Sea la corriente o filosofía que sigas, conéctate con esa fuente divina de inspiración diaria, bien sea orando, meditando, caminando, cantando…como quieras y hazlo desde el corazón.
-Conócete a ti mismo. ¿Qué es lo que realmente aspiras alcanzar? ¿Cuáles son tus recursos internos para lograrlo? ¿Cuáles creencias te impulsan y cuáles te limitan? ¿Cuáles son tus emociones cuando se genera el conflicto interno entre la realidad y las expectativas y qué las despierta? Estos datos de ti mismo (a) son una brújula para transitar un camino más claro para alcanzar lo que deseas.
– Soltar la necesidad de controlar el comportamiento de los demás y de las circunstancias. Creo que es una de las tareas pendientes que tenemos. Porque nos centramos demasiado en cómo los demás” deberían” vivir su vida o cómo “deberían” ser las cosas. Estos contrastes traen demasiado conflicto interno. Puedes soltar el control aceptando las cosas y a las personas como son, eso te lleva a la calma y a la serenidad, porque sus cambios no dependen de ti.
– Enfócate en tus propias metas y diferencia qué es aquello que depende de ti y que no. Qué está en tus manos gestionar y que no. Esto te ayudará a definir claramente lo que puedes o no hacer frente a lo que sucede. Además, te ayudará a mantenerte en movimiento constante y consiente.
– Sé Flexible. Las expectativas son eso, nada más que eso. Puede que se cumplan o puede que no se cumplan. Tanto si se cumplen, como si no, saca las máximas enseñanzas de todo lo que hiciste en el proceso.
-Aprende de cada experiencia. Ningún hecho en nuestra vida ocurre por casualidad, todos tienen un propósito, si abres tu mente y tu corazón a los aprendizajes, todo lo que suceda cobrará sentido para ti. Nada de lo que vivas será en vano.
– Mantén tu actitud positiva. Tu vida no puede depender de lo que hagan o dejen de hacer los demás, así como tampoco puede depender de lo que suceda en el país.
– Levántate todos los días agradeciendo a Dios por lo que vives, con ganas de aprender, conocer, gestionar y lograr tus sueños.
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