¿Y si Cambio?: Atrévete a ser tú misma y triunfa desde tu esencia de ser mujer (1)
Ser mujer es una bendición divina. Es una señal de lo que estamos llamadas a ser. Por el simple hecho de ser mujer, nuestra misión de vida es muy especial y tiene que ver con la forma cómo la llevamos a cabo. Esa misión coincide con la del hombre, en que ambos géneros vinimos a ser felices, y se diferencian en la forma que ha de llevarse a cabo.
Una mujer consciente de su esencia y su naturaleza, busca su espacio y lugar valorando sus propias características, reconociendo sus potencialidades y defendiendo sus derechos sin que tenga que pasar por encima de un ser humano similar a ella. Es cierto que la historia, desde sus inicios, nos ha enfrentado a la guerra para ser reconocidas y aceptadas en diversos espacios y lugares y también es cierto que muchas mujeres dejaron sus vidas para que fueran reivindicados sus derechos, de manera que hoy el gran desafío es entrar en el autoconocimiento, autovaloración y autoaceptación.
Los arquetipos femeninos y nuestra personalidad
La mujer, arquetípicamente hablando, cuenta con patrones de conductas internos que están muy arraigados en su subconsciente, muchas veces desconoce de dónde provienen comportamientos, conductas, sentimientos o emociones y a lo largo de su vida, como en un carrusel, sube y baja sin detenerse en su camino y frustrándose por no lograr combinar y armonizar todo el potencial que cada arquetipo le ofrece.
El primero en hablar de arquetipos en psicología fue C.G.Jung, quien lo definía como patrones de existencia o esquemas básicos de conducta internos-innatos y latentes-, que se hallan arraigados en el inconsciente colectivo. Por tanto, los arquetipos se presentan como fuerzas poderosas que modelan la conducta e influyen en las más fuertes emociones del hombre y la mujer y éstos a su vez, impactan en la forma de relacionarse.
La mujer con espíritu femenino independiente, entusiasta, que busca lograr metas por su propia cuenta, sin querer recibir el apoyo de las demás mujeres u hombres que la rodean, representa a la audaz Artemisa. Este arquetipo de mujer se siente poderosa y autosuficiente, por lo que, en sus relaciones amorosas, prácticamente dice no necesitar a un hombre a su lado para ser feliz. Convirtiéndose muchas veces en una mujer solitaria. Realización y competencia son dos características que la identifican. Sólo que, si no logra armonizar este arquetipo con las potencialidades que le ofrecen los demás, podría ser exitosa como empresaria, política, deportista o pionera en cualquier campo empresarial, gremial o profesional, pero también podría quedarse sola disfrutando de ese éxito, desconectándose de sus sentimientos y emociones más internas. Por ello, es necesario que reconozca que puede aprender de la sensibilidad, sensualidad, ternura y seguridad que le ofrece los demás arquetipos de ser mujer y alcanzar el equilibrio que necesita para su máxima felicidad.
La mujer inteligente, sabia guerrera, pragmática al resolver conflictos representa a la intuitiva Atenea. Esta mujer es muy exitosa en el campo de los negocios, ejecutiva por excelencia, estratega y diplomática. A diferencia de Artemisa, se lleva muy bien con el hombre, ya que, al trabajar con alianzas, lo considera como un recurso que le puede llevar a lograr sus objetivos, por lo que todo lo que el hombre le pueda aportar, sin que esto implique que se vincule emocionalmente con él. Es una excelente administradora del hogar y todo lo que signifique panificación, organización y control, tanto dentro de la empresa como de la casa. Es una excelente consejera, profesora, mano derecha del jefe o directora de empresas. Se pone una coraza para esconder sus sentimientos y seguir como la guerrera y sabia del lugar, lo que la hace poco romántica, y muy precisa, concisa y concreta. De no hacer equilibrio, se mantendrá desconectada de sus sentimientos, emociones y de su niña interior.
La mujer conectada con su espiritualidad, en búsqueda de la paz interior, focalizada en sí misma y con la experiencia subjetiva de su mundo interior, es la representación del arquetipo Hestia. Caracterizada por la conexión con su mundo interno, su sabiduría e intuición, disfruta de la soledad para su meditación y encentro consigo misma, llegando a ser muy mística. Son excelente mujeres sanadoras, religiosas, meditadoras y todo lo que tenga que ver con el mundo místico y holístico. Si no llega a aprovechar las potencialidades que le ofrecen los otros arquetipos, podría mantenerse desconectada del mundo exterior, encontrándose con dificultades para manejar aspectos relacionados con el dinero, por ejemplo. Situaciones como la economía inestable del país, la hiperinflación, manejo de los cambios de precios y demás cotidianidades del mundo de afuera le serán muy difícil de manejar, porque ha permanecido por largo tiempo conectada sólo con su mundo interior.
La mujer dadora de vida, nutricia, que ofrece protección, amor, generosidad, sustento espiritual y alimento como toda una madre y dedicada al cuidado de sus hijos representa al arquetipo femenino de Demeter. Es la mujer que cuida, aconseja, escucha y antepone a sus hijos a todo. Llega a ser excelente enfermera, maestra, sanadora y pediatra. Todo lo que tenga que ver con el cuidado de los más pequeños. En algunos casos, esta mujer llega a ser tan cuidadora que toca la sobreprotección e impide el crecimiento y desarrollo de sus hijos. Si no equilibra sus potencialidades, podría llegar a olvidarse de sí misma, descuidarse y no brindarse atenciones y sufrir mucho, hasta llegar a depresiones, por el hecho de crecer e irse sus hijos.
Este conocimiento ancestral te permitirá seguir conociéndote y llegar a hacer cambios más conscientes en tu vida. En la próxima entrega te daremos más claves para saber cómo atreverte a ser tu misma y lograr el éxito desde tu esencia de ser mujer.@yamiletpinto
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