Vitamina D: Luz solar, fuentes e importancia
La vitamina D que amerita nuestro organismo procede de la síntesis en la piel en presencia de luz solar y de la ingesta de los alimentos que la contienen, representada por dos compuestos liposolubles: vitamina D3 (colecalciferol) y la vitamina D2 (ergocalciferol).
En la especie humana se estima que el 95 % de los depósitos corporales de vitamina D provienen de la síntesis cutánea.
La vitamina D3 es en realidad una prohormona, producida a partir de un derivado del colesterol, cuando por acción de los rayos ultravioletas de la luz solar entran en contacto con la piel.
La vitamina D2 se produce en las plantas, en los hongos y en las levaduras por la irradiación solar a partir del ergosterol.
Ambos compuestos de vitamina D son inactivos biológicamente, por lo que al ser absorbidos sufren transformaciones para activarse, la primera en el hígado formando calcidiol y la segunda a partir de la forma circulante, la cual se sintetiza en el riñón formando calcitriol.
La vitamina D tiene múltiples funciones, tales como la regulación de los niveles de calcio y fosfato a nivel renal, además de favorecer la remodelación del hueso y su mineralización, lo que contribuye a la formación ósea, siendo esencial para el desarrollo del esqueleto.
Por ello si la vitamina D falta, los huesos tienden a desmineralizarse, debilitarse y curvarse, produciéndose malformaciones irreversibles: raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos.
De igual forma actúa como modulador en el sistema inmune, por este motivo se ha observado ciertos efectos benéficos del consumo de vitamina D, para la prevención o atenuación de algunas enfermedades como artritis reumatoidea, esclerosis múltiple, diabetes, enfermedades inflamatorias de la piel, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades cardiovasculares y en ciertos tipos de cáncer.
Se ha demostrado que la vitamina D tiene un papel importante y participa en la función endocrina del páncreas, en la función muscular, la reproducción, en el desarrollo cerebral, integridad de los dientes y junto con la hormona paratiroidea, moviliza el calcio desde los huesos e incrementa su reabsorción renal.
La vitamina D está involucrada en la síntesis de serotonina y dopamina en el cerebro. Se ha evidenciado que los bajos niveles en pacientes que padecían de depresión, por lo general tenían bajos niveles de vitamina D.
En diversos estudios se ha reportado que la vitamina D podría reducir complicaciones en pacientes hospitalizados con Covid-19, y en última instancia aquellos con suficientes niveles reflejan que tienen un 51,5 % menos de probabilidades de morir a causa de la infección en comparación con los pacientes que eran deficientes o insuficientes en vitamina D.
Entre los alimentos que de forma natural contienen cantidades importantes de vitamina D se encuentran el aceite de hígado de bacalao y los pescados azules como el atún, salmón y sardina.
Cantidades menores aportan el hígado de ternera y la yema de huevo. Los hongos o setas contienen cantidades apreciables de vitamina D2.
En diversos países, alimentos como la leche, yogur, margarina, derivados grasos, cereales de desayuno y pan, son fortificados con vitamina D para minimizar el riesgo de deficiencia.
La vitamina D es notablemente estable y no se deteriora cuando se calientan los alimentos o se almacenan por periodos largos.
La hipervitaminosis D causa cambios patológicos cuando se toma en exceso en preparados farmacológicos a dosis erróneas y por periodos de tiempo prolongado, siendo frecuente la presencia de dolor de cabeza, nauseas, debilidad, constipación y aquellos como consecuencia de la hipercalcemia y en tejidos blandos como los cálculos renales, pulmones así como en la membrana timpánica.
Debido a las múltiples funciones importantes para la salud y al bajo consumo de alimentos ricos en vitamina D, además al estado de cuarentena en los domicilios a causa de la pandemia Covid-19, se recomienda especialmente a las personas mayores, el suministro adecuado en la dieta, suplemento concentrado y/o la exposición cuidadosa o prudente a la luz solar de acuerdo al tiempo y lugar (por los riesgos o daños que ocasiona la sobreexposición al sol).
Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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