Vacunas: Despertar una respuesta inmune
Para la prevención de las enfermedades transmisibles es fundamental romper la cadena epidemiológica en cualquiera de sus eslabones: fuente de infección, mecanismos de transmisión e individuo sano susceptible. Sobre este último se puede incidir mediante la quimioprofilaxis, la inmunización pasiva (inmunoglobulina o seroprofilaxis) y la inmunización activa (vacunación).
Louis Pasteur introdujo los términos de vacuna y vacunación, que provienen de la palabra latina “vacca” en el año 1885. Mediante la elección de dicho término rinde homenaje a Edward Jenner, su ilustre predecesor, quien había sido pionero en esta práctica al inocular el virus de la viruela de la vaca. Con el tiempo, la palabra vacunación se refiere al proceso de inducción y producción de inmunización activa en un huésped susceptible, así como al acto físico de la administración de la vacuna.
Las vacunas son productos inmunobiológicos (microorganismos vivos atenuados o inactivados, o sus fracciones inmunógenas), que tiene por objeto la inducción y producción de respuestas inmunitarias especificas protectoras (anticuerpos y/o inmunidad mediada por linfocitos T) por parte de un individuo sano susceptible, como consecuencia de su administración. La función primordial del sistema inmune es la defensa contra agentes agresores que provengan del ambiente o que sean producidos endógenamente, para lo cual discrimina lo propio de aquello extraño o no propio.
Lo que hacen las vacunas es promover una creencia que no es cierta (engañar) al organismo y concretamente al sistema inmunológico, haciéndole pensar que está siendo atacado por un agente infeccioso y obligándole a defenderse. El microorganismo inoculado con la vacuna está muerto o muy debilitado (atenuado), por lo que no reviste peligro, pero es suficiente para que el sistema inmune despierte, reaccione generando anticuerpos y con ello adquiere una memoria inmunitaria que protege a dicho individuo en el futuro contra él agente infeccioso frente al que se vacuna.
En la actualidad existen vacunas combinadas, que permiten inmunizar simultáneamente para varias enfermedades, y todo ello sin riesgos apreciables, ya que los efectos adversos de las vacunas son muy leves (enrojecimiento y dolor leve en el lugar de la inyección, fiebre o dolores musculares) y muy raramente graves. Se administran por vía intramuscular, subcutánea, intradérmica y vía oral. Si su aplicación es correcta y se consigue la suficiente cobertura vacunal, se produce pronto una reducción en la incidencia de la enfermedad y, con un esfuerzo continuado, es posible su eliminación de una zona o un país e incluso su erradicación mundial.
Desde su descubrimiento, las vacunas han sido una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha producido y sigue produciendo a la humanidad; previenen enfermedades que antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas. Ningún avance de la medicina ha logrado salvar tantas vidas como las vacunas y gracias a ellas las enfermedades que se percibían como amenazas dejan de existir o bien disminuyen considerablemente.
En la actualidad se están realizando grandes esfuerzos para conseguir una vacuna eficaz contra la pandemia del Covid-19, solución que será posible gracias al esfuerzo y conocimiento científico de investigadores y a la participación de muchas empresas; conjuntamente con la aplicación de las nuevas tecnologías de producción de vacunas y especialmente con los métodos de recombinación genética.
Dra. Fanny Quevedo
Medico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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