Opinión

Un solo cuerpo

Sin embargo, el Señor Dios ha posado sus ojos en este chico, escogiéndolo precisamente como emisario suyo, portador de su Palabra en medio de un pueblo sufriente.
jueves, 14 enero 2021

Empiezo mi comentario de esta semana teniendo ante mis ojos la dolorosa noticia reportada por un diario nacional de que en materia educativa el 2021 arrancó con un cincuenta por ciento de deserción escolar, enumerando asimismo las causas que están detrás de semejante cifra.

Podría igualmente extenderme, reportando otros eventos que enturbian nuestro ambiente, que finalmente no entendemos cómo pueden darse, por su irracionalidad y por tanto sufrimiento que traen a nuestra querida pero empobrecida población.

Es en este ambiente y no otro, donde el Señor nos llama a escuchar su Palabra, de igual modo que lo hiciera con Samuel, a quien llama en reiteradas oportunidades, pero que, dada su juventud, Samuel aún no sabe reconocer.

Sin embargo, el Señor Dios ha posado sus ojos en este chico, escogiéndolo precisamente como emisario suyo, portador de su Palabra en medio de un pueblo sufriente.

Uno
Jesucristo inició el 2021 como modelo de la creación. De igual modo, todo cuanto existe y conocemos fue hecho pensando en Él. Para llevar adelante su misión, Jesús se hizo bautizar por Juan en el Jordán, para demostrar de qué manera desea llevar adelante su labor en esta creación. Es decir, el Reino divino se proclama y construye desde abajo, sin altanerías ni abusos, sin poder acumulado hasta su máxima expresión, pero inútil pues solo sirve a un cogollo, y no a la mayoría de la sociedad.

Pero no solo. El Reino de Dios no se hace en solitario; de ahí que Jesús, al igual que Dios Padre, se vale de compañeros para continuar su obra. El Reino de Dios no es hechura de uno solo sino de un grupo, de una comunidad, de una Iglesia, Pueblo de Dios.

Porque el trabajo es arduo, es menester contar con todos aquellos que deseen apuntarse a esta empresa. Lo de Jesús es sumar voluntades, delegar y comprometer, compartir el poder y la autoridad para el servicio y bienestar de la asamblea.

Dos
Somos un solo cuerpo. De cara al trabajo, somos un solo ser. En nuestro interior mora el Espíritu del Señor, a quien deberíamos prestar especial atención, como dignos continuadores de la obra de Jesús de Nazaret.
Es por ello que san Pablo insiste en no manchar este Espíritu con la fornicación.

La fornicación es el amor mancillado, prostituido, rebajado; fornicar acá tiene que ver con el uso desordenado de los sentimientos y de los genitales, pero también con la cosificación de las personas, abusando de ellas.
Nuestro Dios no quiere ni promueve el abuso de nadie por parte de sus semejantes.

Tres
Para que podamos sobrellevar lo prolongado de este calvario que se ensaña inmisericordemente contra nosotros, no podemos apoyarnos en nuestro voluntarismo, sino en el amor verdadero, genuino, personalizado con el Señor Jesús.

La liturgia dominical nos mostrará que Dios llama directamente a Samuel, que Jesús convive con sus primeros discípulos, y que esta experiencia marca de tal manera a estos hombres, que incluso recuerdan vívidamente la hora de este encuentro con Jesucristo.

Para continuar apostando por una Venezuela mejor, no es suficiente con apoyarse en una idea o en un líder determinado; es necesario hacer este camino de encuentro personal con Aquel que es garantía de nuestro crecimiento.

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