Opinión

¿Tienen ahí algo de comer?

Si nos concentramos en el estado Bolívar, el noventa y tres por ciento de los hogares se encuentra signado por la inseguridad alimentaria.
jueves, 15 abril 2021

Si la pregunta se nos hiciera a nosotros, la respuesta sería inmediata: ¡No! Las razones que apoyan esta reacción inmediata hay que buscarlas en lo empecatado de la realidad mundial y regional, en nuestro caso.

El mes pasado, la Organización de Naciones Unidas lanzó la alarma al ser veinte los países que corren el riesgo de cerrar 2021 padeciendo de hambre aguda. Con otras palabras: serían treinta y cuatro millones de personas que se hallan a un paso de morir por inanición, de hambruna; Venezuela está incluido en esta lamentable y dolorosa lista. Para profundizar en esta noticia, puede verse www.news.un.org

Si nos concentramos en el estado Bolívar, el noventa y tres por ciento de los hogares se encuentra signado por la inseguridad alimentaria. Para ahondar en este dato concreto, véase www.insoencovi.ucab.edu.ve/salud-y-alimentacion/
Según la estimación de los entendidos, este año se cierra para nosotros con seis mil quinientos por ciento de inflación; la mejor forma de asimilar estas pocas cifras es concentrar la atención en la propia situación: ¿Nuestro salario —si tenemos un empleo, o ingresos fijos— cubren la canasta alimentaria? ¿Qué hay para comer hoy en casa? Tú, ¿tienes ahí algo que comer?

Un poco de pescado asado
Esta cruda pregunta está en boca de Jesús Resucitado. El Señor se aparece al grupo de discípulos reunidos en un lugar impreciso, dando prueba con su presencia de que está vivo, de que venció a la muerte.

Es un hecho reiterado de que las personas, antes de vivir la experiencia de ver al Viviente, escuchan hablar de su Resurrección; “los discípulos de Emaús” se encontraron con Él mientras huían de Jerusalén, decepcionados por los eventos que ocasionaron la muerte de su Señor. Una vez que constatan que Jesús está vivo, llevan la buena noticia al resto de los seguidores.

Éstos se hallan agazapados, escondidos, por miedo a las autoridades judías, temerosos de correr la misma suerte del Maestro. Pero permanecen unidos; y esto no es poco.

Jesús se coloca en medio de estos deprimidos incrédulos. Y así como la semana pasada abordamos la cuestión planteada por Tomás, de quien cree solo si ve, acá el punto es que ellos lo ven, pero no lo reconocen. El punto de fuga está representado en los esfuerzos de Jesús por hacerles entender de que es el Crucificado y Resucitado: Él está vivo; es el mismo Jesús, pero ahora es portador de una novedad: es el Viviente.

El Resucitado comparte con los suyos lo poco que éstos le ofrecen. Ahora bien, ese poquito de comida es una prueba de que los discípulos están ante el Señor, y no en presencia de un fantasma.

Hay resurrección donde hay compartir, por muy poco que éste sea, materialmente hablando.

Por lo que a nosotros respecta, es probable que tengamos menos que “poco”. He ahí el reto, que al menos mi hermana menor supera sobremanera: “donde comen dos,…”. La luz y la paz del Resucitado para todos nosotros.

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