Opinión

Si fracasa Barbados: ¿Qué?

Nadie puede explicarse cómo fue que llegamos a esta situación tan tormentosa y terrible.
martes, 30 julio 2019

Cuando observamos la odisea de cientos de miles de venezolanos que han salido de nuestra patria y pensamos en nosotros también, nos llenamos de rabia e impotencia viendo como lo que fue este gran país, se desmorona económica y socialmente y no es posible visualizar la detección del desastre, comenzamos a pensar en algo peor como sería la intervención bélica extranjera y eso es lógico, pero no es lo deseable. Estamos entrampados en circunstancias absurdas donde nadie se escapa a las penurias que caen sobre nosotros, con las excepciones correspondientes, pero sabemos que los casos particulares no hacen ley general.
Nadie puede explicarse cómo fue que llegamos a esta situación tan tormentosa y terrible, incluso quienes gobiernan y quienes los apoyan porque se beneficiaban con ese apoyo, comienzan a sentir el frío que produce el miedo en nuestro espíritu, es casi imposible salir ileso de parte y parte. Decimos miles de cosas, pero el problema es tan complejo que no existe una explicación exacta que nos haga comprender a fondo como fue destruido este país, creyendo que nos llevarían a la prosperidad y a convertirnos en una especie de isla de la fantasía sin trabajar y sin producir nada.
Lo único que podemos conocer perfectamente, es que quienes nos dominan creyeron construir un sistema social y político, donde gobernarían para siempre sin ninguna dificultad. Demoler a los partidos políticos que pudieran retarlos y a sus líderes acorralarlos, apresarlos, propiciando su salida del país, permitiendo una oposición golpeada y atacada por los mismos opositores, para justificar que estamos en democracia, parecía que pudiera funcionar, pero no pensaron jamás que destruyendo la economía del país lo destruían todo, incluso su permanencia en el poder.
El gobierno permite las elecciones que sabe perfectamente que puede ganar, luego de haber sido apabullado en el 2015, en las elecciones para elegir a los diputados que conformarían a la Asamblea Nacional. Fueron vencidos con el mismo diseño de reingeniería electoral que habían creado para doblegar a la oposición, pero que fue interpretado y comprendido por los opositores, cuando estaban en franca minoría y no se habían despertado las miserables ambiciones que lo destruyeron todo y ya hemos visto las consecuencias, aunque muchos no rectifican esperando que aparezcan las fuerzas de la ONU o los marines de EEUU y demuelan a quienes gobiernan, sin que nadie salga herido y mucho menos muerto.
Las negociaciones del gobierno con la oposición, no han sido sino una burla contra el pueblo de Venezuela, los opositores han sido manipulados y engañados y su reputación ha sido destruida. Solo quedaba huir del país buscando como sobrevivir en otros lugares o hacerse del Carnet de la Patria, presumiendo que era una especie de varita mágica que nos traería de todo, pero como no hay nada o muy poco, el carnet no funciona, sino solo para el círculo cerrado de activistas políticos que apoyan al gobierno, aunque ya no suple casi nada de los requerimientos normales de un ser humano y mucho menos de una familia.
Dentro de esta verdadera catástrofe de incredulidad y desengaño, por no aparecer los famosos marines vengadores, Juan Guaidó acepta una propuesta insólita, para los venezolanos, de realizar otra negociación política en Oslo. Realmente parecía una locura y una estupidez aceptar reunirse con el gobierno, lo cual permitiría amainar las presiones internas y externas y volver a respirar y operar de acuerdo a los intereses del gobierno. El rechazo fue casi total de parte de las fuerzas opositoras, con muy pocas excepciones. No obstante Juan Guaidó no retrocedió y se la está jugando completa.
Oslo queda lejos y reubican las reuniones en Barbados, cerca de Venezuela y comienzan a colarse pequeñas y cortas propuestas que engendran ciertas esperanzas, pero no en los sectores radicales de ambos bandos, que solo los satisface el exterminio del enemigo y nada más. Juan Guaidó no retrocede ni se amilana y comenzamos a creer que las potencias políticas que apoyan a la oposición y al gobierno, son las que tienen el dominio de las reuniones y obligan a un acuerdo de gran trascendencia, donde el gobierno se desmantele y compita en igualdad de condiciones.
Si estas negociaciones fracasan, Juan Guaidó queda destruido políticamente, pero de manera circunstancial, los del gobierno, según mi opinión, no tendrán tiempo de arrepentirse. ¡Buena suerte!
@dabega26

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