Opinión

Semana en domingo

Los epidemiólogos están convencidos de que este aumento de contagios en Brasil es una consecuencia directa de las fiestas de carnaval.
domingo, 07 marzo 2021

Más cepas y menos cuarentena
No hace falta ser epidemiólogo, o algo que se le parezca, para concluir que hay un contrasentido entre la aparición de nuevas cepas del coronavirus, más contagiosas y letales, y la flexibilización de la cuarentena en muchos países, incluyendo el nuestro.

Tampoco es que las vacunaciones masivas hayan avanzado mucho, por lo que muchos expertos señalan que deberían mantenerse las medidas de protección personal y colectivas, por lo menos por seis meses más, siempre que crezca de manera importante el porcentaje de población vacunada, hasta que sea más que los sin vacuna.

Los epidemiólogos están convencidos de que este aumento de contagios en Brasil es una consecuencia directa de las fiestas de carnaval. Lo mismo están diciendo del rebrote del estado Bolívar, tras las fiestas del carnaval, sobre todo en El Callao, y la flexibilización en la frontera, que permitió que miles de personas fueran y regresaran de Brasil en esos días.

En muchos países están autorizando la reapertura de establecimientos que atienden mucho público, como restaurantes, bares y hoteles, mientras al mismo tiempo crece el número de contagiados, incluso con las nuevas cepas más agresivas, como la de Gran Bretaña, Australia y Brasil, que se han propagado por todo el mundo.

Mucha gente está convencida que el virus ya no es una amenaza como hace un año, y descuida el cumplimiento de las medidas de protección personal. Uno visita algunos centros comerciales y la gente anda tranquila, con la mascarilla tapando solo la boca, o colgada en el cuello, sin guardar la distancia entre unos y otros, o amontonada haciendo cola en una caja.

Los autobuses y microbuses se llenan, como los vagones del Metro en Caracas, como si hubiera desaparecido la amenaza de contagio del Covid 19. Con el paso de los meses en cuarentena, ahora son frecuentes las reuniones familiares, o entre amigos, como si no hubiera peligro de contagio.

La realidad es que nadie sabe si un familiar porta el virus, pero es asintomático y va a contagiar a su propia familia sin saberlo. Los expertos aseguran que mucho más del 50 por ciento de los contagios se producen en el seno familiar o en reuniones de amigos.

Las playas de toda Venezuela estuvieran repletas de gente durante los días de carnaval, y en algunas ciudades costeras se produjo el consecuente aumento de los contagios.

Muchos gobiernos están cediendo frente a la presión de los empresarios, que reclaman la flexibilización de la cuarentena y otras medidas restrictivas, para reactivar la economía. Es un claro dilema entre proteger la vida o mejorar la economía. Lamentablemente, como en Gran Bretaña, Estados Unidos, México y Brasil, los gobiernos eligieron la economía y están pagando, las consecuencias. El llamado es a no bajar la guardia, porque este virus mata, y cada persona enferma lo propaga, sobre todo antes de saber que lo tiene, pero incluso después.

La “brecha social”
En todos los países existen unos que tienen más que otros, o si lo prefieren, algunos que tienen menos que los demás. Eso es inevitable en la manera que están organizados los seres humanos, porque unos producen más que otros, o están mejor preparados, o por la razón que sea logran un mejor estándar de vida.

La izquierda mundial, utiliza eso como una herramienta para captar seguidores, llamándolo “brecha social”, y en ese fin, responsabiliza de ello a quienes tienen más. En otras palabras: si yo tengo menos, es porque tú tienes más. Uno de los planteamientos de Chávez para captar a las masas, fue la promesa de acabar con esa brecha social, pero a más de 20 años de revolución, hoy esa brecha lo que ha hecho es ensancharse.

Con el dólar en casi dos millones de bolívares, hoy, para la mayoría de la población que no maneja dólares, hay productos que son inaccesibles. Hay una brecha gigantesca entre quienes manejan dólares y los que solo tienen un ingreso mensual en bolívares.

Los pobres de antes son más pobres ahora, y quienes tenían algún poder adquisitivo, hoy tienen más. Algunos sociólogos y economistas plantean que se acabó la clase media, que en su gran mayoría pasó a cierto nivel de pobreza, o de bajos ingresos, pero eso significa precisamente que ese espacio ahora es parte de la gran brecha existente.

La clase media se movió hacia abajo, haciendo más pequeña la clase económica de arriba, pero que ahora tiene más. Eso, aparte de la nueva oligarquía integrada por quienes han hecho mucho dinero en estos últimos años.

El zigzagueo opositor
Algunos dirigentes de oposición, que se opusieron con uñas y dientes a que fuéramos a las elecciones parlamentarias, ahora plantean que hay que participar en las de gobernadores y alcaldes. Yo les pregunto: ¿Qué ha cambiado desde las parlamentarias de diciembre, como para dar ese viraje de 180 grados? Porque pueden tener la más absoluta seguridad que si esta nueva Asamblea designa nuevos rectores del CNE, no van a ser precisamente opositores. ¿Van a sustituir el sistema de votación que ya sabemos cómo y para qué sirve?

Los mismos argumentos que van a usar para participar en estas elecciones, si es que así lo deciden, pudieron haber servido para ir a las elecciones parlamentarias. Solo que la matriz de opinión que se montó para no ir a las elecciones de diciembre, convenció a muchos venezolanos de que el voto no sirva para nada. ¿y ahora les van a decir que el voto sí sirve?

Me cansé de escribir que debíamos participar en las parlamentarias porque el voto es la única arma que nos queda para restablecer la democracia en nuestro país, y hasta de alacrán me tildaron. Finalmente opté por acatar lo que planteaba la mayoría opositora, y no voté. Quiero que me digan qué ha cambiado y por qué me dijeron que no votara en diciembre, pero sí debo hacerlo ahora.

CUATRO
Uno. Los productores de maíz se están quejando otra vez del retardo en la entrega de créditos, semillas y fertilizantes para la cosecha de este año. Respecto de las semillas critican el bajo rendimiento que tuvieron el año pasado con las que trajo el gobierno desde México y esperan que las de este año sean mejores. Hacen un llamado al gobierno para que les dé recursos para aumentar la superficie de cultivo en todo el país. En Yaracuy por ejemplo, los dirigentes agrarios dicen que de un potencial de 14.000 hectáreas para maíz, este año sembrarán solo 2 mil. La zona de La Paragua, en años anteriores tuvo el rendimiento por hectárea más alto del país, con más de 8 mil kilos, y llegó a superar 80 millones de kilos en una cosecha. ¿Y este año?

Dos. Los nuevos billetes de híper alta denominación, en poco tiempo no van a servir de mucho, por la veloz e indetenible inflación en Venezuela que, aunque redujo un poco su velocidad de ascenso, sigue siendo una de las más altas del mundo, y de su historia económica. Para cambiar un billete de cien dólares, hacen falta 200 de los nuevos billetes de un millón de bolívares. Por los años 50, el billete de más alta denominación en Venezuela era el de 500, que era amarillo, equivalente a más de 250 dólares. Y además, sin que el bolívar fuera una divisa, los billetes venezolanos eran aceptados en muchas ciudades del exterior. El gobierno se sigue resistiendo a formalizar la dolarización de nuestra economía, pero esta se sigue imponiendo en la calle.

Tres. Los países deberían ponerse de acuerdo en cuanto a dónde deben hacerse la PCR los que viajan en avión. Porque algunas líneas aéreas, para permitir el abordaje, exigen que los pasajeros se hayan hecho la prueba para probar que no son portadores del Covid, pero algunos países exigen que quienes llegan a sus aeropuertos, procedentes del exterior, se hagan la prueba o cumplan encierro de por lo menos una semana. Eso implica pagar por una PCR en el sitio de embarque, y otra en el país de destino. Algunos expertos alegan que tiene sentido, porque una persona puede salir negativa un día, a los tres días aborda un avión, y puede salir positiva cuando le hacen la otra PCR a su llegada al país de destino. En otras palabras, según algunos especialistas, se puede haber contagiado al día siguiente de haber salido negativa, y lleva el virus al país al que viaja.

Cuatro. Sugiero aprovechar la cuarentena para leer, porque según me dicen, las medidas van a ser endurecidas por las nuevas cepas. Hay obras muy interesantes en estos días, y siempre están los clásicos de la literatura mundial, que en lo personal prefiero. En estos días he estado releyendo El Don Apacible, del escritor ruso Mijail Sholojov. Es una obra larga, de más de 400 páginas, pero es realmente espectacular. Los libros en papel están muy caros, pero hay sitios web de libre acceso, y los que se pagan son baratos. Vale la pena aprovechar estos días en casa, para leer y refrescar la cultura.

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