Semana en domingo
Aquel Guri
Mediados los años 80, hace casi 40 años, Guri era más que un campamento de construcción. Era una pequeña ciudad con gente llegada desde todos los rincones del país, así como de por lo menos una veintena de naciones. En algún momento tuvo los mejores expertos del mundo en centrales hidroeléctricas, cada uno en su especialidad: obra civil, tanto en concreto como en refuerzo de acero, presas de tierra y roca, tuberías forzadas de acero con soldaduras especiales, montaje electromecánico y un aparte especial para varias empresas japonesas que son los líderes mundiales en construcción y montaje de unidades generadoras. Aquello parecía una babel moderna, con canadienses, japoneses, pakistaníes, indios, norteamericanos, coreanos, argentinos, chilenos, brasileños, italianos, colombianos, suecos, franceses, y otras nacionalidades que escapan a mi memoria. Pero lo mejor de todo es que cada uno de ellos le ponía a su trabajo lo mejor de su conocimiento y esfuerzo, tal como si la obra la estuvieran construyendo en y para su país. Allí no había fin de semana, o feriado, porque el personal técnico estaba siempre al alcance de una llamada por radio. Hubo una mística de trabajo que dudo mucho que haya existido en alguna otra obra de envergadura en el país, aunque algunos la comparan con la que motivó a quienes trabajaron en el Metro de Caracas. Solo así fue posible terminar esa gran obra en el tiempo previsto, a pesar del contratiempo que significó que CAP haya decido quitarle el contrato a Brasven, muy demorado y a medio camino, para que Edelca asumiera la dirección y ejecución de los trabajos. Esta empresa, que hasta ese momento no tenía experiencia en construcción sino en operación de centrales hidroeléctricas, lo pudo hacer a cabalidad dividiendo el proyecto en 4 obras: presa de concreto, presa de tierra derecha, presa de tierra izquierda, y suministro de piedra, concreto y sus agregados. Edelca se trajo a los mejores técnicos del mundo para garantizar una obra de primera calidad. Fue una escuela de gerencia, bajo la dirección de dos de los mejores gerentes del país, que vuelvo a citar: Efraín Carrera y Gerardo Chavarri. En lo personal me siento orgulloso de haber trabajado bajo sus órdenes, en una obra que fue ejemplo para la ingeniería mundial. Hoy veo con tristeza unas fotos del estado actual de sus casas de máquinas, en profundo contraste con lo que eran hace unos años atrás. Una lástima que quienes le pusieron el corazón a esa obra maravillosa no puedan encargase hoy de devolverle su plena operatividad y brillo. Eso es lo que debería hacerse, apartando ideologías o posiciones políticas porque se trata de una obra de alto interés nacional. Guri y el petróleo deberían ser objeto de un gran pacto nacional, para sacarlos de cualquier influencia del debate politiquero y garantizar que le sirvan al país sin interrupción alguna y sin estar expuestos a los vaivenes o caprichos de quienes ocupen el poder.
Una salida
La situación actual en el país se hace cada vez más insoportable para todos los estratos de la población, desde los más humildes hasta la clase media alta, y la posibilidad de un cambio de gobierno sigue siendo complicada, incluso con la presión internacional que hay contra Maduro en estos dos últimos meses desde que Guaidó asumió como presidente interino hasta la realización de nuevas elecciones presidenciales. Esa presión internacional, al principio dio la impresión de que sería suficiente para forzar la salida de Maduro, pero a medida que han ido pasando las semanas hay la impresión de que ha perdido fuerza, sobre todo por la declaración del Grupo de Lima y la Unión Europea de que no van a apoyar ninguna intervención militar en Venezuela y que la salida de este gobierno tiene que ser mediante un acuerdo. Muchos analistas dicen que Maduro solo abandona el poder por la fuerza, lo que cerraría cualquier salida de esa naturaleza visto como está que cuenta con el apoyo de la Fuerza Armada Nacional y no hay posibilidad de una intervención internacional. Descartada una salida de fuerza, el único factor que sigue presionando para un cambio de gobierno son las sanciones económicas contra Maduro, que muy lamentablemente terminan agravando la ya difícil situación de la población. Porque la escasez y el altísimo costo de la vida no perjudica a los altos jerarcas del gobierno, que tienen todo lo que necesitan sin los sacrificios que tiene que haber cada familia para poder cubrir sus gastos, incluso los mínimos indispensables. Tal como están las cosas en este momento, cuando Trump anuncia que va a arreciar las sanciones contra el gobierno, me imagino que habrá analizado cuáles son las medidas que afectan únicamente al gobierno y cuáles afectan a la población, porque por el camino que vamos llegará un momento en el que no habrá dinero para importar comida y ya se sabe que el 70 por ciento de lo que comemos los venezolanos, viene del exterior. Entre el gobierno y la dirigencia de la oposición hay una guerra de desgaste, para ver quien abandona primero, pero en ese enfrentamiento la primera víctima es buena parte de la población, que ya no soporta más esta situación.
Cuatro
Uno
Hace rato que el gobierno debería haber aumentado los salarios, porque 18.000 bolívares escasamente alcanzan para que una familia de 5 personas compre los alimentos para un día, justo para sobrevivir. Y se aleja mucho más la posibilidad de que el sector empleador pueda pagar los nuevos salarios y el gobierno tendrá que seguir asumiendo ese costo, como lo hace desde agosto. También se aleja una dolarización de la economía, que los expertos consideran la única manera de parar el exponencial crecimiento de los precios.
Dos
Una amiga guayanesa me llama indignada porque a su hija le querían cobrar una vacuna de 50 dólares para venderle, a su costo en bolívares, un boleto de avión desde Caracas hasta Puerto Ordaz. La jovencita finalmente logró comprar el pasaje sin pagar nada extra, pero mi amiga se pregunta cuántas personas lo habrán pagado porque tenían necesidad imperiosa de viajar. Me dice que hay toda una red de bachaqueros de los boletos de avión.
Tres
Como nunca antes, hoy las redes sociales están saturadas de mensajes religiosos, pidiéndole a Dios que nos ayude a encontrar una salida a esta crisis. Es que el ser humano, cuando no encuentra salida a alguna situación que le amenaza su vida, se aferra a su religión para sumar fuerza y seguir adelante. Hoy lo religioso es un asidero que ayuda a sobrellevar la tragedia nacional.
Cuatro
Quedar dependiendo de Rusia como último comprador del petróleo venezolano es como abrazarse a un caimán para no morir ahogado en medio de un caño. Ahora tienen ventaja para establecer las condiciones que deseen, porque además les debemos y si ya Citgo no es garantía nos pueden cambiar las condiciones de ese préstamo, que son casi 2.000 millones de dólares. Por lo pronto quieren que paguemos el flete hasta allá y ni siquiera podemos entregarle a algún cliente de Rusia que quede más cerca porque lo impiden las sanciones de Estados Unidos. Hay que llevar el crudo hasta el Mar Negro, entregarlo allá y que sean entonces los rusos los que lo puedan vender a alguno de sus clientes. Y eso hasta que les terminemos de pagar todo lo que les debemos. Después nadie sabe qué haremos con nuestro petróleo si Estados Unidos mantiene las sanciones.
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