Semana en Domingo
Coronavirus y especie humana
Uno de los efectos de esta pandemia de coronavirus es que ha puesto en su sitio al ser humano, como solo un elemento más de la naturaleza, no su dueño, y nos enseña que toda nuestra ciencia e inteligencia sirven de muy poco frente a simples hechos naturales, por lo demás inevitables.
Por ejemplo, ¿De qué sirven todas las armas de destrucción masiva desarrolladas por la inteligencia humana, frente a un enemigo que es capaz de matar a millones de seres humanos, sin disparar un solo tiro? La raza humana ha puesto más empeño en desarrollar armas para matarse entre sí, que en protegerse de patógenos que amenazan la supervivencia de la especie en este planeta.
Ni siquiera hemos sido capaces de entender la necesidad de preservar el medio natural, amenazado de extinción desde hace décadas, mucho antes de la pandemia del coronavirus.
Igual podemos superar lo de esta pandemia, pero si no entendemos que hay que restaurar el daño que le hemos hecho a la naturaleza, tarde o temprano llegará el momento en que el ser humano no podrá seguir viviendo en este planeta.
Ojalá esta pandemia sirva para hacernos reflexionar acerca de la forma en la que estamos viviendo, priorizando lo banal, en lugar de centrarnos en una vida sana, tanto para cada ser humano, como para el entorno natural en el que todavía podemos existir.
Y lo otro es que el ser humano se ha salido tanto de sí mismo hacia afuera, que es incapaz de poderse mantener en su hogar durante unos días.
Ya no lee, que podría ser una manera de pasar estos días de encierro, porque sus hábitos cambiaron de tal manera que es incapaz de vivir consigo mismo y con su familia unos días.
Tengo amigos que me dicen que no soportan estar en su casa después de solo 5 días de cuarentena y que no encuentran qué hacer para distraerse.
¿Cómo puede alguien sentirse incómodo porque está obligado a estar unos días en su casa, solo con su familia? Lo primero, lo vital, tiene que ser la familia, y todo lo demás es secundario. Digo yo.
Petróleo con paracaídas
Los mercados petroleros internacionales muchas veces oscilan más por percepciones que por hechos concretos, y eso es lo que ha pasado en estos últimos días, cuando el precio del barril, que estaba en caída libre, ahora cae con paracaídas.
Porque la pandemia del coronavirus se sigue expandiendo y todas las economías del mundo están en retroceso.
Bank of América acaba de declarar que considera que la primera economía del mundo, la de Estados Unidos, entró técnicamente en recesión, lo que inevitablemente tendrá un profundo impacto negativo en toda la economía mundial, con su correspondiente descenso en el consumo de crudo.
Adicionalmente Arabia Saudita anunció que va a aumentar su producción en por lo menos dos millones de barriles diarios, hasta probablemente 12,5 millones de barriles, para competir a la baja con otros productores, especialmente con Rusia, que a su vez anunció que va a recuperar la producción que había recortado por el acuerdo con la Opep.
China está importando menos petróleo por el efecto del coronavirus sobre su economía, como igualmente bajó mucho el consumo en Europa y Estados Unidos, por la misma causa.
De manera que si el mundo está consumiendo menos crudo y Arabia Saudita y Rusia están produciendo más ¿Cuál elemento concreto puede hacer que los precios suban? Es obvio que si el desplome de los precios se detuvo, es porque los inversionistas tienen la percepción de que las economías se van a recuperar y algunos habrán decidido comprar barato ahora, y almacenar inventarios para vender en el futuro a mejor precio.
También puede estar ocurriendo que algunos países aprovechen los bajos precios para mejorar sus inventarios de reserva, en cuyo caso este respiro en el desplome de los precios sería transitorio.
Los expertos están diciendo que esto del coronavirus va para largo, lo que significa que muy probablemente el descenso en el consumo mundial de petróleo se mantenga por varios meses más y en consecuencia los precios podrían bajar más.
Guaidó y Maduro
Varios lectores me comentan que una crisis como la que está creando la pandemia del coronavirus, cuyo pico está por llegar inevitablemente, debería provocar que Guaidó y Maduro abran canales de comunicación entre ellos dos, de manera que el país pueda contar con un frente común, de cara al exterior, para canalizar la ayuda humanitaria que podamos necesitar, tanto técnica y de personal, como probablemente financiera.
En principio eso luce razonable desde el punto de vista humanitario, pero dudo que políticamente Guaidó y Maduro puedan apartar sus diferencias diametrales, para actuar de manera conjunta frente a esta crisis sanitaria.
Porque si por ejemplo el Banco Mundial le otorgara un aporte financiero a nuestro país, ante una petición hecha de manera conjunta por ellos dos, eso de inmediato sería percibido como un éxito de Maduro y la oposición diría que le están dando “oxígeno” para mantenerse en el poder.
Y por cierto que, en mi opinión, la solicitud hecha al Fondo Monetario Internacional para que nos preste 5.000 millones de dólares debió ser hecha es ante el Banco Mundial, que es el que tiene un programa de asistencia en materia de salud, mientras que el FMI hace préstamos a sus miembros y hay que recordar que el gobierno se retiró hace años de ese organismo, echándoles pestes y diciendo que es un instrumento del imperialismo.
Frente a una amenaza tan letal como esta pandemia, cualquier elemento distinto de la atención a ella debería ser pospuesto, para priorizar los elementos que permitan superarla.
Cuatro
Uno. Muchos amigos me dicen que durante la cuarentena han hecho comidas que normalmente hacen muy poco y que con la angustia todos en la familia comen más en estos días.
Eso es exactamente contrario a lo que se debe hacer, porque no sabemos cuánto va a durar el aislamiento y tampoco cómo va a evolucionar el abastecimiento.
Lo recomendable es racionar lo que se tiene a un nivel mínimo razonable, sobre todo las proteínas.
Un pana, me dice que tiene alimentos para varias semanas ¡pero me quedé sin nada que tomar! Creo que todavía no está claro en lo que estamos enfrentando.
Dos. Varios científicos reconocidos internacionalmente están planteando la posibilidad de que el virus chino haya sido creado en un laboratorio, con un fin preciso, o que se haya expandido por error en medio de una investigación médica.
Han surgido varias hipótesis al respecto, entre ellas que la finalidad sea la de eliminar de la excesiva población mundial a los de mayor edad, para dejarla en niveles que sean menos nocivos para el medio natural.
Tres. Las líneas áreas más grandes del mundo, como Lufthansa, Delta, Europa Air, KLM, American Airlines y varias decenas más, son las primeras víctimas económicas de la pandemia del virus chino y van a necesitar por lo menos 200.000 millones de dólares para impedir su cierre definitivo.
Algunas están despidiendo a buena parte de su personal y le pagan la mitad del salario al resto.
Otras han logrado que el personal acepte una reducción temporal de personal, a cambio de que el gobierno les pague un bono de desempleo.
En pocas semanas el turismo mundial se desplomó a cero, provocando por lo menos 20 millones de desempleos según los primeros cálculos.
Cuatro. Es criminal que algunos pretendan aprovecharse de esta tragedia mundial, vendiendo productos indispensables a precios de hasta diez veces su precio normal.
Para el que haga esto tiene que haber un castigo ejemplar, porque el que a hierro mata no puede morir a sombrerazos.
Hace una semana, una caja de 25 unidades costaba un poco menos de 800.000 bolívares y por las redes están vendiendo esa misma caja hasta en 100 dólares.
Ya el gobierno las debería estar regalando, sobre todo en las áreas en donde hay casos confirmados del virus chino.
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