Opinión

Semana en domingo

Estas elecciones primarias de la oposición pueden marcar un hito en la lucha por lograr un cambio del gobierno en Venezuela.
domingo, 12 marzo 2023

Las primarias y el CNE
Vuelvo con el tema esta semana, porque hice varios contactos para tratar de entender cómo puede ser que la oposición necesite del CNE para realizar las elecciones primarias en las escogerá su candidato unitario para las próximas elecciones presidenciales. Mi primera pregunta: ¿Es que la oposición no puede realizar esas primarias sin el CNE? La respuesta fue que sí se puede, pero es mucho más fácil utilizando la plataforma y la data del CNE. Otro dirigente me explica que en todo caso se trata de utilizar las máquinas, las redes de transmisión de datos y los centros de votación del CNE, pero todo ello manejado y controlado por los técnicos de la oposición. Esta semana comenzaron las reuniones de la Comisión de Primarias con los técnicos del CNE de las que debe salir la decisión final. Pero al margen de esa decisión, hay elementos más determinantes en este tema, porque tanto Maduro como Jorge Rodríguez, han hablado de la posibilidad de cambios en la directiva del CNE, por lo que no tendría sentido que la oposición haga un acuerdo con una directiva que podría ser cambiada en los próximos meses. Y además, el llamado G3, es decir AD (la de Ramos Allup), Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, siguen maniobrando tras bambalinas para que la oposición elija su candidato por consenso y no en primarias. Ese candidato en todo caso no podría ser Guaidó, puesto que ese grupo G3 fue el que lo destituyó como presidente interino y estableció una especie de gobierno parlamentario, con la Asamblea opositora elegida en 2015. Sin embargo, el G3 tiene poder solo para negociar por arriba, porque la gran mayoría de la oposición no milita en algún partido y menos aún si en las primarias votan quienes están en el exterior. Tal como lo están mostrando las encuestas, el G3 no tiene un candidato que le asegure el triunfo en las primarias, aún si fuera Manuel Rosales, y por eso sigue insistiendo en el consenso para escoger el candidato que enfrente a Maduro. EL TEMA DE LOS INHABILITADOS. Este pasado 25 de febrero, la Dirección Nacional de Primero Justicia escogió por unanimidad a Henrique Capriles como su candidato en las primarias de la oposición. Esa escogencia fue hecha a sabiendas de que en abril de 2017 fue inhabilitado por la Contraloría por un lapso de 15 años, es decir hasta 2032, por lo que es obligado pensar que tendría que pasar algo para que Capriles pueda ser candidato presidencial de la oposición en caso de que gane las primarias. La mayoría de los analistas cree que la clave puede estar en las negociaciones con Maduro, incluyendo México, en las que una de las exigencias sería una amnistía general, y uno de los beneficiados sería Capriles. Igual pasa con Guaidó, que en 2019 fue inhabilitado por 15 años. César Pérez Vivas en mayo de 2015 fue inhabilitado por 7 años. Por supuesto ya los cumplió, y no tendría problemas para ser candidato presidencial, aunque las encuestas le dan muy poca posibilidad de ganar las primarias. Lo de María Corina Machado es como para coger palco, porque Diosdado Cabello reveló en su programa de TV que Primero Justicia le había pedido al gobierno que la inhabilitara. Dijo que ese es un problema que tiene que resolver la oposición y que no les pidan a ellos que lo resuelva. María Corina ya fue inhabilitada por 12 meses en julio de 2015, sanción que por supuesto hace años que cumplió. Pero la pregunta que tenemos que hacernos es ¿Por qué inscribir en las primarias a un dirigente inhabilitado, corriendo el riesgo que después el CNE rechace su inscripción? ¿No suena eso como una burla al electorado? LAS ENCUESTAS. Las mediciones que las encuestadoras hacen semana a semana, señalan que la que más crece es María Corina Machado. Hace tres semanas, cuando lanzó su candidatura, el Conde estaba por delante de ella, según lo afirmado en ese momento por Luis Vicente León, de Datanálisis. Pero poco a poco Machado ha ido mejorando sus números y en este momento varias encuestadoras los igualan, muy parejos ambos con Manuel Rosales, el gobernador del Zulia que aún no ha dicho si finalmente va a competir en las primarias. En cuarto lugar está Capriles y muy lejos todos los demás nombres que han sido asomados. Sin embargo, la tendencia de crecimiento sostenido de Machado parece señalar que en las próximas semanas se podría consolidar como la candidata con mayor opción para ganar las primarias. Pero habrá que esperar la decisión de Rosales, cuyo lanzamiento formal pudiera alterar las tendencias actuales en las encuestas. Incluso dirigentes de su partido hablan de que un apoyo masivo nacional pudiera determinar que Rosales obligue a analizar la posibilidad de hacerlo candidato unitario por consenso, eliminando la necesidad de primarias. Sin embargo, la militancia actual de los partidos del G3 está muy por debajo del número de opositores independientes, que son los que van a decidir en las primarias.

Las primarias son la clave
Estas elecciones primarias de la oposición pueden marcar un hito en la lucha por lograr un cambio del gobierno en Venezuela. No se trata solo de escoger al candidato unitario de la oposición en las presidenciales del año que viene, sino que será un medidor de las reales posibilidades de derrotar con votos a Maduro y abrir el camino a la recuperación del país, en todos los sentidos. Porque la participación de la población opositora en estas primarias, puede servir de referencia para determinar cuál pudiera ser la votación en las presidenciales. Algunos analistas dicen que una cosa no tiene que ver con la otra, porque en las presidenciales muchos opositores votarían por cualquiera que haya ganado las primarias, sin haber votado en ellas. Pero otros dicen que una participación masiva en las primarias le estaría diciendo al gobierno, y al resto del mundo, que la oposición tiene real posibilidad de ganar las elecciones presidenciales y sobre todo que el gobierno de Maduro las puede perder. Por eso las primarias tienen que mover a la gran población opositora, en el país y en el exterior. Una votación escasa y sin entusiasmo en las primarias le transmitiría al país opositor el mensaje de que aquí todo está perdido, y eso desalentaría el voto contra el gobierno en las próximas elecciones presidenciales. Y además una gran movilización nacional en las primarias serviría de preparación para lo que será una de las campañas electorales más cruciales en estos últimos años.

CUATRO
Uno. Mi gran amigo Oscar Dam acaba de ser distinguido con su incorporación como miembro de número de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat. Un reconocimiento muy merecido a su gran capacidad profesional y a su formación académica en la Universidad Central de Venezuela y sus especializaciones en el exterior, entre ellas en la Universidad de Londres. Uno de los mejores expertos del país en metalurgia y minería.

Dos. Sicólogos amigos me están diciendo que creen que se pudiera estar exacerbando el malestar ciudadano a propósito de las deficiencias con los servicios públicos, con la finalidad de preparar un escenario propicio para que el gobierno nacional intervenga poniéndole orden a algunas situaciones y quede como el salvador de la patria, lo que movería a votar a los chavistas descontentos, y hasta algún opositor que considere que el gobierno le quitó de encima algún problema que tenía con los servicios públicos. Me dicen que hay laboratorios dedicados de manera exclusiva a diseñar estrategias avanzadas de manejo de los pueblos, llevando las necesidades al extremo, de manera que la población termine agradeciendo cualquier alivio, por insignificante que sea. Dicen que Lenín le enseñaba a su gente cómo manejar a los pueblos, arrancándole las plumas a una gallina viva, que luego de unas horas se le acercaba, sumisa, a comer de los granos que le ofrecía la misma mano que la había desplumado. Es una estrategia para mover el centro de decisión del ser humano, del cerebro al estómago, y que por lo visto tuvo éxito con una parte de la población venezolana y por eso estamos como estamos.

Tres. Voy a intentar, por todos los medios posibles, que Guayana no olvide a los personajes que actuaron creando el escenario propicio para que Chávez accediera al poder, aunque ahora quieren aparecer como los primeros en quebrar lanzas contra el chavismo. Aquí no podemos olvidar a quien usó las libertades democráticas para enriquecerse de manera grosera, por cualquier medio, y ahora quiere aparecer como víctima del chavismo por su “lucha” contra el régimen. ¡Mosca con eso!, porque yo tengo la memoria fresquita, lista para recordárselo a quienes lo olvidaron y a contárselo a los chamos que no lo vivieron en esta Guayana tan querida y ahora tan maltratada.

Cuatro. Lo de la posible recuperación del complejo industrial básico de Guayana es algo que no figura en las prioridades del gobierno, porque ya ni siquiera hablan de eso. Hasta hace unos años, por lo menos se realizaron decenas de asambleas y seminarios, en los que se presentaban proyectos, que son tantos que deben llenar un buen espacio en la CVG. Ahora ni siquiera eso, aparte de que será difícil que alguien proponga algo que no haya sido propuesto antes. Y es una lástima, porque sigo insistiendo en que aquí lo tenemos todo para reactivar la producción industrial básica, salvo el capital que forzosamente hay que buscar en el extranjero. Todo tiene que comenzar con la terminación de la central hidroeléctrica Caruachi que podría aportar ella sola con sus más de 2.000 megavatios, toda la energía para las industrias básicas nuevas, y la parte de producción que se pueda mantener de las ya existentes. Habría que buscar un inversionista para que aporte los recursos financieros que hacen falta para terminar Caruachi, que la opere durante un lapso determinado para que recupere su inversión y la utilidad, y que le venda esa energía a las industrias básicas a un precio razonable. Al final del lapso acordado, la central pasaría a propiedad del Estado venezolano. Eso ha sido hecho en muchos países del mundo, con centrales hidráulicas y térmicas, y es por cierto el mismo negocio que habían acordado China y Guyana para la central hídrica de las cataratas de Amaina, en el Esequibo.

cheogomez@gmail.com

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