Semana en domingo
¿Cambio mental en los venezolanos?
Hablo con mucha gente, pero sobre todo escucho lo que sienten, y producto de ello percibo que el malestar por la situación interna en la oposición está teniendo un efecto doble en la población que desea un cambio de gobierno: Por una parte, en lo puramente político, la gente no tiene muchas esperanzas de un cambio de gobierno en las próximas elecciones presidenciales, pero desde punto de vista personal veo que crece la idea de que lo más necesario es que el gobierno actual logre resolver algunos problemas y que ello permita una cierta mejoría en las condiciones de vida. Desde este punto de vista, pareciera que lo político va quedando en un segundo plano, precisamente porque muchos venezolanos creen que por lo menos a corto o mediano plazo no se va a poder lograr un cambio de este sistema de gobierno. Mucha gente con la que hablo de estos temas, con sentido analítico por mi parte, no lo expresa de manera directa, pero puedo entender perfectamente que en el fondo piensan que si no es posible sacar a Maduro, que por lo menos mejore las condiciones de vida de los venezolanos. Quizás por eso en estas últimas manifestaciones de calle, los reclamos fueron casi que exclusivamente en materia de salarios y deficiencias en algunos servicios públicos, pero no se vieron consignas como aquello de “Maduro vete ya” Etc. Destacados politólogos expresan que lo peor que le puede pasar al pueblo venezolano es que se resigne a vivir bajo un gobierno chavista per saecula saeculorum, abandonando la lucha por la restitución de una democracia plena. Eso puede ser verdad, pero es innegable que poco a poco la gente ha cambiado sus prioridades, centrándose más que nada en enfrentar de la mejor manera sus problemas cotidianos. No es que no quieran cambiar este sistema de gobierno, pero su prioridad actual es ver cómo logran sobrevivir en las circunstancias actuales. Y también es importante señalar que ya hay una población joven que solo ha conocido este sistema de gobierno y no tiene como referencia los gobiernos de la VI República. En conclusión, creo que se está imponiendo un sentido práctico en la manera como la gente entiende la política: “Quiero salir de este gobierno, pero mientras no cambie, voy a intentar vivir de la mejor manera posible”. Y de igual manera creo que esto tiene mucho que ver con la percepción, errada o no, de que el país está mejorando. El país sigue teniendo serios problemas, pero muchos venezolanos decidieron que tienen que seguir adelante con los proyectos que habían parado esperando por un cambio de gobierno. En otras palabras, la gente decidió seguir adelante con su vida, y por eso se animó un poco la economía, dando la impresión de que el país mejoró. No es cualquier cosa, por ejemplo, ver el nuevo estadio Monumental de Caracas lleno hasta la bandera, con 40.000 personas presenciando un partido de béisbol de la Serie del Caribe, pagando entradas a un promedio de 20 dólares, que es tres veces el salario mínimo. Eso no habría sido posible hace algunos años, lo que es evidencia innegable de que algo está pasando, más allá de las explicaciones, la mayoría de ellas sesgadas, que dan tanto los economistas del gobierno, como los de la oposición. Los oficialistas aseguran que la economía se está recuperando, mientras los de la oposición niegan los cambios, alegando que en todo caso se trata solo de algunas burbujas aisladas y que además serían temporales.
El reclamo del Esequibo
Los tiempos siguen corriendo en el Tribunal Internacional de La Haya, en la causa intentada por Guyana, al solicitarle que le otorgue plena posesión y soberanía sobre el Territorio Esequibo, desconociendo los derechos históricos de nuestro país. Poca es la información al respecto que sale de nuestra Cancillería, pero uno tiene que imaginar que no se van a quedar de brazos cruzados. La primera reacción por parte nuestra fue declarar que La Haya no tiene jurisdicción en este diferendo limítrofe, aunque según los expertos en derecho internacional, esa declaración por sí sola no impide que la causa siga adelante si los magistrados de ese alto tribunal se consideran competentes para conocer el caso. La otra declaración importante de nuestra Cancillería, es que Venezuela no acatará la decisión de ese tribunal, en caso de que sea contraria a sus intereses. Pero muchos internacionalistas dicen que ese desacato no serviría de mucho, porque la situación volvería al estado actual, es decir con Guyana teniendo la posesión del Esequibo y aprovechando plenamente sus recursos naturales, como ocurre ahora con la explotación de los yacimientos petrolíferos en la plataforma continental frente a las costas de ese territorio venezolano. En este aspecto me pregunto, ¿Y descartado como tiene que estar en uso de la fuerza, cuál sería la solución de ese diferendo? Para mí, la única vía pacífica es un acuerdo con Guyana, que inevitablemente pasa por un reparto equitativo de ese territorio. Creo que no queda otro camino.
CUATRO
Uno. Exxon sigue avanzando con nuevos negocios en Guyana. A través de su subsidiaria Esso Exploration and Production Guyana, está elaborando un proyecto para llevar gas hasta tierra, desde los pozos petroleros costa afuera en el bloque Stabroek, frente al Esequibo. Ese gas, para uso doméstico e industrial, sería llevado en buques cisterna hasta una planta situada en la costa oeste del río Demerara, en la región de Wales State. Exxon estima una inversión de alrededor de 200 millones de dólares en ese proyecto. En su informe de actividades anuales de 2022, ExxonMobil revela planes para llevar su extracción a 1,2 millones de barriles diarios, en esos yacimientos frente al Esequibo, para finales de esta década. En mi página BITACORA INDUSTRIAL de este próximo viernes voy a darle un vistazo al estatus actual de la Exxon en Guyana, y sobre todo en la extracción de nuestro petróleo frente a la costa del Esequibo.
Dos. Luce inminente una decisión judicial que declararía como ilegal el requisito previo de haber pagado las facturas de Fospuca para poder hacer las declaraciones de ingresos y el pago de impuestos municipales. La anulación de ese requisito fue pedido ante un juzgado superior en Anzoátegui, pero sin duda alguna va a ser el detonante para acciones judiciales en otros estados, incluyendo por supuesto a Bolívar. Es obvio que ese requisito no figura en ninguna ley u ordenanza municipal y que por tanto es arbitrario. Abogados amigos me dicen que eso pudiera generar acciones judiciales contra el patrimonio de Fospuca, por los daños que se le pueden haber ocasionado a empresas que no pudieron declarar sus ingresos, o pagar sus impuestos, debido a que no le habían pagado previamente a Fospuca, y fueron multadas como morosos por la municipalidad.
Tres. Estamos en verano y desde el sur del estado siguen reclamando los trabajos de reconstrucción de la troncal 10, dañada por la intensidad de los aguaceros de este pasado invierno. Piden que sea reconstrucción y no solo un bacheo, porque eso no resolvería los daños sufridos por la base de la carretera, que tiene que ser hecha de nuevo. Y hay que hacerlos completos antes de mayo cuando entre el invierno, porque de lo contrario el agua destruirá lo que no haya sido terminado.
Cuatro. No hay manera de lograr que aumente el turismo de extranjeros, si no se mejora la seguridad pública en nuestro país. Sobre todo en Margarita hay que hacer un esfuerzo especial, porque ella pudiera ser uno de los centros turísticos más importantes del Caribe. Hasta hace unos años, Margarita tenía uno de los índices más bajo en delincuencia y las autoridades deberían trabajar de nuevo hacia esa meta, para que aumente de manera importante el número de visitantes, sobre todo procedentes del exterior. Los margariteños se defienden diciendo que la mayoría de los delitos ahora son cometidos por “navegaos”, es decir, gente que llega desde tierra firme.
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