Opinión

Semana en domingo

Para un país como el nuestro, en el que el mayor ingreso es por la exportación de petróleo, las consecuencias de una recesión mundial serían catastróficas, sobre todo porque buena parte de la población subsiste gracias a los subsidios del gobierno.
domingo, 16 octubre 2022

Amenaza a la economía mundial
Técnicos del Fondo Monetario Internacional acaban de presentar un informe de prospección, en el que advierten de la alta probabilidad de una recesión económica mundial el año próximo, provocada por el enfriamiento del crecimiento de China, los problemas energéticos de Europa, la invasión de Ucrania, y otros factores internos en algunos países, cuando todavía estaban saliendo del efecto de la pandemia. En este aspecto y previa aclaratoria de que no soy economista, sino un simple observador y comentarista de estos temas, pienso que llegará un momento en el que ocurrirá una especie de big bang de la economía mundial. Porque esto no puede seguir tal como está, en donde los capitales producto de la renta financiera crecen más que el producto del trabajo. El dinero electrónico producto de los intereses y ganancias exorbitantes de las inversiones fluye a una velocidad pasmosa, mientras el dinero producto del trabajo es proporcionalmente cada vez menor. Las grandes fortunas actuales en su mayoría han sido acumuladas en transacciones financieras, y cada vez es mayor el número de seres humanos que viven de la renta de sus inversiones, sin mover una paja. Eso se puede observar en la migración humana desde los campos hacia las ciudades o sus periferias. Cada vez es menor el número de seres humanos que se dedican al trabajo manual, pero al mismo tiempo, crece exponencialmente la cantidad de dinero que circula en cada país. ¿De dónde sale ese dinero, y producto de qué es? Si no hubiera alguna solución de continuidad, las tendencias actuales determinan que llegará un momento en el que sea mayor el número de seres humanos viviendo de la renta de sus inversiones, o de las pensiones y subsidios de los gobiernos, que los que trabajan. De manera que en mi opinión esta situación tiene que cambiar, y hay dos maneras de que ello ocurra. La sana sería que se adoptaran medidas para ponerle límite a las ganancias financieras y a la especulación de los grandes capitales, así como remunerar mejor el trabajo. La otra es que ocurra una mega recesión mundial, que en pocas horas desaparezca todos los grandes capitales, y de esa crisis nazca una nueva economía, más razonable y justa. En una crisis financiera global, un campesino que tenga un saco de papas, tendrá más poder de compra que un capitalista con un camión de billetes sin valor alguno. Tras la segunda guerra mundial, en muchos hogares salía más barato quemar billetes para calentarse en invierno, que comprar una bombona de gas. Y a la par del aspecto económico está el impacto social de una recesión, con las protestas y agitación que provocaría el malestar en la población, por las carestías en el suministro de los productos de consumo, así como en la prestación de los servicios públicos. Es una situación que hay que tratar de que no ocurra, tomando las medidas oportunas. La pregunta es: ¿Los organismos mundiales o los gobiernos están adoptando las medidas necesarias para impedir que ocurra una gran recesión mundial?

Recesión y petróleo
Para un país como el nuestro, en el que el mayor ingreso es por la exportación de petróleo, las consecuencias de una recesión mundial serían catastróficas, sobre todo porque buena parte de la población subsiste gracias a los subsidios del gobierno. Si una recesión mundial desploma el consumo de petróleo, las primeras víctimas serán los países que producen los crudos más pesados, porque los pocos consumidores preferirán crudos más livianos y más fáciles de refinar. También se paralizarían las inversiones en la industria petrolera, porque nadie va a arriesgar capitales para extraer crudos que luego nadie compraría. Los países petroleros tendrían que competir por los escasos clientes, bajando los precios hasta niveles que algunos expertos sitúan en torno a 20 dólares, lo que está por debajo de los costos de extracción de algunos países. En el caso nuestro, los costos de extracción y alivianado de los crudos extra pesados de la Faja del Orinoco están por encima de ese nivel, lo que haría muy difícil su explotación, que en el mejor de los casos solo sería para abastecer las refinerías nacionales y el consumo interno de combustible, mientras se pueda. Como dicen en España: esto no pinta nada bien.

Precios internacionales (TM US$)
Oro onza (1.695) 1.649
Aluminio (2.347) 2.359
Premium AL + (420) 463
Aleación AL (1.760) 1.760
Chatarra AL (1.656) 1.683
Alúmina (320) 320
Hierro (95,62) 95,40
Acero chatarra (363) 353
Acero USA (735) 707
Acero China (588) 545
Cabillas (682) 662

Mercados petroleros (barril, US$)
Vzla. (80,03) 80,03
Opep (92,29) 95,11
WTI (92,64) 86,34
Brent (97,92) 92,04
Gasolina (273) 262
Gasoil (200) 193

CUATRO
Uno. Por estos tiempos, el abandono total de la responsabilidad que tienen los organismos oficiales en la prestación de los servicios públicos, hace que cuando los prestan, hagan de ello un acontecimiento extraordinario. Lo que debería ser práctica diaria, se convierte así en una fiesta, precisamente por excepcional. No veo motivo alguno de alharaca porque finalmente se hayan decidido a recoger la basura y cortar el monte que invade las calles y avenidas. Bien que lo hagan, pero sin tanto alboroto y alborozo.

Dos. Miles de millones de seres humanos se protegieron de los letales efectos del Covid 19 gracias a las vacunas, creadas en tiempo récord por los mejores científicos de la humanidad. Es inevitable, según los expertos, que tengan algún efecto adverso en algunos seres humanos, aunque se trata de un pequeño porcentaje de los millones de vacunados. Pero eso no significa que las vacunas sean las causantes de esos efectos, sino la condición previa de cada vacunado. De la misma manera hay vacunas contra otros virus, que existen desde hace añales, y que también tienen el riesgo de provocar reacciones adversas, sin que haya ningún escándalo por ello como ocurre ahora con estas críticas contra las del Covid 19.

Tres. La causa del desastre en la carretera hacia Brasil no son solo las lluvias, sino la falta de mantenimiento durante varios años previos. Porque las lluvias no se pueden evitar, pero sí se pueden prever sus efectos nocivos. Y además, hace años que se venía alertando del creciente deterioro de esa vía sin que desde la gobernación hicieran algo para repararla y evitar su destrucción total en algunos tramos, tal como finalmente ocurrió. Y peor, porque la gobernación tiene tres plantas de asfalto, que deberían servir para tener las mejores carreteras del país.

Cuatro. Un amigo, inteligente y gran jodedor, me comenta que a este ritmo, cuando llegue el 24 de diciembre vamos a estar cansados de tanta navidad. Según él, con una navidad tan prolongada se necesitaría mucho más dinero que en años anteriores para poderla disfrutar bien, que no lo hay, y si ya había que estirar el dinero en la navidad normal, que generalmente comenzaba a mediados de noviembre o comienzos de diciembre, ahora con una navidad de tres meses no hay quien aguante. Y yo digo que aparte de los adornos que está poniendo el gobierno, y algunas tiendas que han decorado sus vitrinas con motivos navideños, no veo que la gente esté metida de lleno en el ambiente de navidad.

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