Opinión

Semana en domingo

Por diversos motivos el barril de petróleo sigue a precios tan elevados que está poniendo el peligro las economías mundiales, justo cuando estaban comenzando a recuperarse de los efectos nocivos de la pandemia.
domingo, 17 julio 2022

Sin electricidad no hay futuro
Como me lo dice gente de la vieja Edelca, sin electricidad no hay posibilidad alguna ni siquiera de pensar en la recuperación de la economía de Guayana. Según los datos que manejan estos excelentes técnicos, ya fuera de la empresa, prácticamente toda la generación del sistema hidroeléctrico del Bajo Caroní, está siendo exportado al resto del país. Eso La capacidad de generación de las turbinas de Guri, Caruachi y Macagua, es suficiente para aportar el 50 por ciento del consumo del país, y para abastecer de energía a la totalidad de las industrias básicas, el plantel industrial privado y el consumo doméstico de Guayana, y a eso habría que agregar los más de 2.000 megavatios que aportará la central Tocoma, cuando algún día una sea terminada. Pero en este momento, esa capacidad total de generación está muy mermada, básicamente por falta de inversión para mantenimiento mayor y reposición de las turbinas y generadores que ya llegaron al término de sus años de actividad. Corpoelec no revela con precisión cuánto se está generando en el sistema hidroeléctrico del Bajo Caroní, pero técnicos independientes están estimando que esas centrales están alrededor de 8.000 megavatios, que están siendo transportados al resto del país, una vez cubierto el consumo doméstico y comercial de Guayana, en donde las industrias básicas y privadas están casi totalmente paradas. Eso significa que para reactivar el aparato industrial de Guayana, lo primero que habría que hacer es recuperar la capacidad de generación de las centrales hidroeléctricas, y terminar Tocoma. De esa manera, Guayana podría disponer de toda la energía eléctrica que necesita para sus industrias, y seguir alimentando al sistema interconectado nacional, como lo ha hecho hasta ahora. No hay cifras oficiales acerca de cuánta sería la inversión necesaria para llevar al máximo la generación de las centrales hidroeléctricas, pero técnicos del tema consideran que se trata de por lo menos 4.000 millones de dólares, sin incluir la inversión pata terminar Tocoma. Sin embargo, otros expertos opinan que para Guayana lo mejor sería priorizar la conclusión de los trabajos de construcción de Tocoma, para destinar toda su generación al consumo industrial, comercial y doméstico de la región, y seguir exportando al resto del país la generación de las otras tres centrales. A eso agregan que posteriormente sería necesario ir recuperando gradualmente las tres centrales existentes, de manera de tener un margen de excedente disponible en caso de falla en alguna de los generadores, tanto para Guayana como para el resto del país.

Petróleo Vs. desarrollo
Por diversos motivos el barril de petróleo sigue a precios tan elevados que está poniendo el peligro las economías mundiales, justo cuando estaban comenzando a recuperarse de los efectos nocivos de la pandemia. Y además pasó, como dicen, que ya éramos muchos y parió la abuela. Porque a todos los factores que ya existían, ahora se suma el impacto negativo de la invasión de Putin a Ucrania, lo que disparó los precios de numerosos comóditis, incluyendo varios alimentos como cereales y azúcar, que se cotizan en Bolsa. Por todo ello, destacados economistas internacionales están advirtiendo del serio peligro de una recesión mundial, cuyos inicios avizoran para finales de este año o en todo caso para el primer trimestre del año próximo. Algunos expertos, más aventurados, están hablando de “tormenta perfecta” en la economía mundial, provocada según ellos, aparte de los elementos previos, por el efecto boomerang de las sanciones que Occidente le impuso a Rusia. Aducen que esas sanciones podrán provocar el desastre económico-financiero de Rusia, pero también podrían provocar daños colaterales en la economía mundial, cuando ya estaba dando señales de debilidad. Uno de los elementos que esgrimen en este sentido, es el índice histórico de la inflación en Estados Unidos, y la debilidad del euro, que lo ha llevado a una paridad 1 a 1 con el dólar, impactando duramente el costo en Europa de las importaciones tanto de Estados Unidos, como de Asia. En la práctica, un producto norteamericano que a los europeos antes les costaba 0,75 euros, ahora les cuesta uno. En el caso de Asia, el efecto para la economía europea es peor, porque los precios de sus productos están fijados en dólares, que cuestan más, pero adicionalmente se dispararon los costos de flete y seguro, como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Para remate, muchos países están reduciendo las importaciones desde China, que tiene productos baratos, para importar desde otros países que tienen precios más elevados. Eso reduce el consumo mundial y como consecuencia comienzan a manifestarse los primeros síntomas de retroceso de las principales economía, y por eso los economistas advierten del peligro de una nueva recesión mundial. Históricamente, el precio del petróleo ha sido quizás el elemento más importante para determinar el grado de desarrollo de las principales economías del mundo. En esta oportunidad es peor, porque cuando las naciones desarrolladas estaban comenzando a dar los pasos necesarios para la recuperación post pandemia, el barril de petróleo sube a más de 100 dólares y la gasolina marca precios históricos en Asia, Europa y Estados Unidos, arrastrando consigo todo el andamiaje de la economía mundial. Un barril sobre 100 dólares beneficia de momento a los países productores de petróleo, pero si hay una recesión mundial, el consumo de petróleo caerá en picada y el desastre económico perjudicará a todos. Desde otro ángulo, estos elevados precios del crudo estimulan al máximo los esfuerzos por desarrollar fuentes alternas de generación eléctrica, provocando una creciente reducción en el consumo de combustibles fósiles. Como bien lo dice el refrán: para los países petroleros, estos precios pueden terminar siendo pan para hoy y hambre para mañana.

CUATRO
Uno. Excelente el foro sobre el futuro de Guayana, realizado por Analítica.com, con Jorge Roig, María Nuria de Césaris y Andrés Velásquez, bajo la moderación de Emilio Figueredo y Efraín Carrera. Al final se ratifica la convicción de que Guayana es el gran motor del desarrollo de Venezuela. Como vengo escribiendo desde hace tiempo: que el gobierno tome la decisión política para recuperar la economía de Guayana, que todo lo demás lo hacemos nosotros. Y como la famosa canción de Luis Miguel, “Si nos dejan”.

Dos. Tomás Socías, que presume de estar bien enterado de lo que piensa hacer el gobierno, asegura que viene una gran apertura económica, con asociaciones del sector público con el privado para grandes proyectos de infraestructura, petróleo, servicios públicos y producción. Adelanta que, sin mucha bulla, el gobierno irá devolviendo a sus legítimos dueños, algunas industrias expropiadas y la mayor apertura será en el sector petrolero, con la meta de llegar a dos millones de barriles diarios el año que viene.

Tres. El rebrote de coronavirus que hay en casi todo el mundo, está siendo llamado “Covid Light”, debido a que la mayoría de los afectados lo pasan como una simple gripe. Pero la realidad es que es mucho más contagioso que las cepas anteriores y tiene la característica, según los infectólogos, que llega directamente a los pulmones. Esa particularidad está matando a mucha gente, porque cuando se advierten los síntomas del contagio, ya el virus está en los pulmones, y si la persona no tiene un sistema inmune fuerte como para luchar contra el virus, el resultado puede ser fatal. Repito lo que están diciendo los expertos, que recomiendan que esta cepa no se tome a la ligera, aunque aparentemente sea menos agresiva que las anteriores.

Cuatro. En estos días, en una reunión entre amigos, se planteó una vez más el tema de cuántos habitantes tiene Ciudad Guayana. Siempre he sostenido que estamos en un millón, o muy cerca, porque a los 892 mil y pico del último censo, hay que sumar a quienes no se censan, ya se trate de venezolanos o extranjeros. Si como dicen los expertos, hay un 10 por ciento de la población venezolana que no se censa por diversas razones, ya eso le agregaría 89 mil más, para llegar a casi 979 mil. Y si a eso se le suma unos 50 mil guyaneses, que tampoco se censan, más otras nacionalidades, pasamos del millón. Pero hay quienes sostienen que el éxodo le ha restado por lo menos 100 mil habitantes, y otros dicen que son muchos más los que se han ido a otras ciudades del país, o al exterior, ante el colapso económico de la otrora pujante Ciudad Guayana. Las cuatro ciudades más pobladas son Caracas, Valencia, Maracaibo y Barquisimeto. Pero creo que somos no la sexta sino la quinta ciudad más poblada, porque según el último censo, Maracay tiene 907 mil habitantes, que en teoría son 15.000 personas más, pero nosotros con seguridad tenemos más de 50.000 extranjeros no censados. Y por allí cerquita viene creciendo Maturín, que con el empuje de ser una zona petrolera, ya tiene más de 890 mil habitantes.

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