Opinión

Semana en domingo

No tiene nada de extraño que las agencias de inteligencia de los países de la Otan, hayan detectado que Rusia está exportando petróleo a través de India, Turquía o países amigos que fueron parte de la Unión Soviética.
domingo, 03 julio 2022

Los sindicatos
Al lado de dirigentes sindicales legítimos, que luchan en defensa de los derechos legales de los trabajadores, hay quienes buscan como sea el apoyo de los trabajadores, para beneficio personal. Son muchos los casos de quienes han ocupado cargos en los sindicatos y han amasado grandes fortunas. Se retiran en el momento preciso con la intención de desaparecer de la vista pública, y disfrutar de lo que le sacaron a las empresas a fuerza de chantaje, al grito de me dan tanto, o les paro esta vaina. Esto lo planteo, porque para rescatar las industrias básicas es indispensable resolver cuál va a ser el papel de los sindicatos en esa tarea. En particular, en el caso de Sidor, no hay posibilidad alguna de reactivar la producción, sin un acuerdo previo con sus sindicatos. De ese tema, es decir de la reactivación de Sidor, he escrito en numerosas oportunidades, y cuando me preguntan qué se debería hacer con sus sindicatos, siempre respondo que la pregunta no debería ser hacemos con esos sindicatos, sino qué van a hacer los sindicatos cuando se intente su recuperación. Porque si revisamos la historia sindical de Guayana, nos vamos a encontrar muchos casos en los que los sindicatos lo primero que dicen es que le den su vaina, para permitir el proyecto de recuperación. El que los trabajadores estén pelando, porque la empresa no produce, es secundario. Nadie piensa que lo primordial es que la empresa comience a producir, y a generar utilidades, para entonces exigir mejoras salariales. No. Aquí antes de meter el primer tornillo reparando una planta, lo primero que hay que hacer es bajarse de la mula, como se dice en buen criollo. Cuando los argentinos, los trabajadores ganaban bien y tenían todas las demás prestaciones, pero la paz laboral de esos años, tuvo por supuesto su otro costo. La pregunta entonces tiene que ser ¿Cuál va a ser el aporte inicial del sindicalismo de Sidor, para la reactivación de la empresa? ¿Estarán dispuestos los genuinos dirigentes sindicales de Sidor, a garantizar un período de paz laboral mientras se recupera la producción? ¿O van a tirar una huelga desde el principio? Si están ocurriendo paros y huelgas, con la planta parada, es seguro que va a ser peor cuando se intente reactivar la producción. Todo esto tendría que ser resuelto, antes de acometer cualquier proyecto de recuperación. Y esto vale para todas las industrias básicas que vayan a ser reactivadas, si es que finalmente eso va a ocurrir en algún momento.

El aporte del sindicalismo
No es lo mismo el gran esfuerzo que han aportado las masas de trabajadores por el desarrollo de Guayana, que lo que han hecho muchos sindicatos, como tales. Pongo como ejemplo lo que ha pasado en la industria de la construcción, con mafias sindicales que chantajean a los constructores, cobrando vacunas que en muchos casos pasan del 10 por ciento del proyecto. Para construir hay que pagar la cuota semanal en efectivo, y muchas veces en divisas. Igualmente, muchos industriales tuvieron que asignarle una cuota semanal a sus sindicaleros, para poder operar con tranquilidad sus plantas. Porque siempre he diferenciado entre sindicalistas y sindicaleros. En esta hora que vive Guayana, es importante que se pueda contar con el apoyo del sector sindical honesto, para que se pueda acometer la fenomenal tarea de reconstruir el proyecto industrial. Por supuesto que la tarea de los sindicatos es trabajar por un mejor salario y condiciones de trabajo, pero de igual manera, los sindicatos tienen que abrirle camino al futuro de las industrias, porque sin empresas no hay empleo. Es ver más allá de lo diario, para contribuir a la construcción del futuro. Y a propósito de la diferencia que señalo entre sindicalistas y sindicaleros, me parece aleccionadora una anécdota del sindicalista ya ausente, José Mollegas, siendo presidente de Fetrametal. Había una huelga en Ferrominera, presionando para obtener más beneficios en la discusión del contrato colectivo. Ya se habían acordado la mayoría de las cláusulas, pero algunos dirigentes del sindicato seguían agitando a los trabajadores, exigiendo cada vez más y más. Mollegas convocó a una asamblea en la sede de Sutrahierro, a la que asistió todo la prensa de Guayana. Yo estaba sentado muy cerca de la tribuna, y cuando él llegó, fue recibido con gritos llamando a seguir la huelga. En medio de ese clamor general, ensordecedor, Mollegas pidió silencio para poder intervenir. Ante la sorpresa de todos, incluyendo a la mayoría de los periodistas presentes, hizo una explicación clara de por qué había que firmar el contrato, con lo que ya se había logrado, y regresar al trabajo. Hubo algunos gritos de protesta, pero Mollegas, conociendo perfectamente a quienes estaban azuzando a los trabajadores para que siguieran en huelga, les dijo que él no estaba buscando votos para su reelección, que ya habían logrado mucho más beneficios de los que pensaron inicialmente y que exigir más era poner en peligro la estabilidad financiera de la empresa. Recuerdo perfectamente sus palabras finales: “De aquí salgo a firmar ese contrato, se acaba la huelga, y mañana todo el mundo a trabajar”. Para muchos conocedores del tema laboral, ese fue uno de los mejores contratos colectivos de la historia de Guayana.

El petróleo ruso
No tiene nada de extraño que las agencias de inteligencia de los países de la Otan, hayan detectado que Rusia está exportando petróleo a través de India, Turquía o países amigos que fueron parte de la Unión Soviética. Seguramente son volúmenes menores que los que exportaba antes de que Putin ordenara la invasión de Ucrania, pero sigue haciéndolo, y eso le suministra a Rusia los recursos con los cuales mantiene la fuerza militar desplegada en Ucrania. Ya no tiene todos los ingresos de sus exportaciones de petróleo y gas a Europa, pero algo le sigue entrando, debido a que las sanciones no lograron impedir del todo las ventas. Y digo que no tiene nada de extraño, porque Pdvsa igualmente pudo seguir exportando crudo, a pesar de las sanciones de Estados Unidos. La mayoría de las veces es trasegando crudo de buque a buque en alta mar, o vendiendo a través de terceros, pero en el caso de Rusia, mucho más fácil a través de los oleoductos y gasoductos que tiene hacia otros países, amigos y no tanto, pero que quieren tener ganancias aprovechando la oportunidad que les ofrece Putin, que necesita dinero sea como sea.

CUATRO
Uno. Recibí muy buenos comentarios de las declaraciones de Teolindo Yánez, en la entrevista que publiqué el domingo pasado. Se trata de uno de los mejores técnicos del país en siderometalurgia, hoy prestando asesoría internacional en esa materia. Teolindo es parte de un think tank, que se dedica a analizar la economía industrial del país, proponiendo proyectos para la solución de los problemas que la afectan.

Dos. Lo de una nueva ola de covid-19, no es cuento sino una lamentable realidad. Mucha gente creyó que la pandemia ya es historia, dejó de protegerse, y ahora los contagios están creciendo otra vez. Según lo que están diciendo los expertos, estas nuevas cepas son mucho más contagiosas que las anteriores, aunque afortunadamente menos virulentas. La mayoría de los nuevos contagiados pasa la enfermedad como una gripe más o menos fuertes. Pero los más vulnerables, de edad avanzada o con enfermedades previas, corren un alto riesgo. Hay que retomar, y muy en serio, las medidas de protección personal.

Tres. Es lamentable que en cada invierno se les inunden las casas a los habitantes de los barrios ribereños del Caroní en San Félix, y algunas veces hasta en los bajos de Castillito. Pero el verdadero problema ha sido la falta de respuesta oficial a esa situación, durante décadas. En primer término nunca se debió permitir que allí se construyeran viviendas, porque se trata de áreas que pertenecen al cauce del río. Pero ha habido numerosas crecientes del Caroní y el Orinoco, que han inundado las viviendas, la gente se muda donde puede por algunos días, y cuando las aguas bajan, regresan a ellas a esperar la próxima crecida. Ya es como un ritual anual, sin que los gobiernos, nacional, regional y municipal, hagan algo por resolver esa situación.

Cuatro. De verdad que agradezco sinceramente los mensajes de felicitación por el Dia del Periodista, pero debo decir que aparte de la satisfacción personal por hacer lo que me gusta, que es escribir, hay muy pocos motivos de celebración. Muchos colegas la están pasando muy mal, enjuiciados por haber expresado alguna idea, exiliados, o forzados a autocensura. Debo reconocer que no es mi caso, porque hasta el momento he podido expresarme con libertad. Pero en general, la profesión de los comunicadores sociales, y sobre todo los periodistas, tiene muy pocas posibilidades de empleo. Los muchachos se gradúan y de una vez tienen que comenzar a trabajar en otras actividades. Cientos de medios de comunicación han cerrado o han reducido su nómina al mínimo necesario. Las redes sociales poco a poco van sustituyendo a los medios, que además ya venían en retroceso por la falta de papel y menos inversión en publicidad. Y con el cambio climático y las políticas de protección del medio natural, va a ser cada vez más difícil poder talar árboles para hacer papel, a menos que inventen alguna manera de fabricarlo con algún material mineral que pueda ser reciclado. Por estos días, y para el futuro, creo que no la tenemos fácil.

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