Opinión

Semana en domingo

Muchos amigos, entre ellos economistas y expertos en materia industrial, me insisten en que me olvide de la posibilidad de recuperar la producción de aluminio en nuestro país.
domingo, 12 junio 2022

Petróleo venezolano para Europa
Varias agencias internacionales de información económica dan como un hecho que Pdvsa va a enviar petróleo a Europa, para suplir lo que esos países van a dejar de importar desde Rusia, como castigo por la invasión de Putin a Ucrania. A primera vista, luce como un excelente negocio para el gobierno de Maduro, porque las petroleras extranjeras harían las inversiones y el trabajo necesarios para el aumento de producción, que Pdvsa no ha podido hacer por falta de recursos. En principio serían las empresas Chevron, norteamericana que ya está en Venezuela, la española Repsol, y la italiana Eni, que también están en el país y a las que Pdvsa les debe dinero. De acuerdo con las primeras informaciones, Estados Unidos aprobaría exenciones a las sanciones contra el gobierno venezolano, para que las dos empresas europeas envíen petróleo a Europa, con la condición de que sea solo para el pago de deuda de Pdvsa. Siendo así, el petróleo venezolano solo sustituiría una pequeña parte de lo que Europa dejaría de comprarle a Rusia. Pero además está el impacto geopolítico que tendría una decisión de esta naturaleza, por parte del gobierno venezolano. Porque Maduro se ha estado apoyando en Putin, militar y económicamente, para contrarrestar el efecto de las sanciones de Estados Unidos y ahora, al enviar petróleo a Europa, en parte estaría facilitando la decisión de esos países, de suspender las importaciones de petróleo ruso. El otro elemento que hay que analizar es la posible reacción de Irán, que nos está suministrando crudos livianos para mejorar los crudos pesados de la Faja del Orinoco, y de esa manera poderlos exportar. Irán es aliado de Putin, y es probable que no vea de buena manera que sus livianos estén sirviendo para suplir lo que Europa dejó de comprarle a Rusia. Si Irán deja de enviarnos crudos livianos, probablemente no será difícil conseguirlos en otro lado, porque si Biden permite que Venezuela envíe petróleo a Europa, perfectamente podría permitir también que Chevron nos traiga lo necesario para alivianar los crudos de la Faja. En Europa no hay refinerías capaces de digerir crudos pesados o semipesados, por lo que el petróleo que les podríamos enviar tendría que ser liviano, lo que requeriría grandes importaciones de crudo para mejorar los pesados y extra pesados de la Faja. De todas maneras, según la agencia Bloomberg serían necesarios por lo menos dos años para que Venezuela comience a enviar crudo a Europa, una vez resueltos todos los obstáculos legales, técnicos y financieros. Esa es la opinión de expertos de Bloomberg, pero técnicos venezolanos creen que los primeros envíos, si se concreta el proyecto, podrían ser hechos a comienzos del año próximo.

Producir más costaría mucho dinero
La falta de inversiones en la industria petrolera por más de 20 años, ha provocado un deterioro de todas sus instalaciones, que necesita de cuantiosas inyecciones de recursos financieros para su recuperación y un eventual aumento de la producción. En su mejor momento, la industria petrolera venezolana produjo más de 3 millones y medio de barriles diarios, con una meta que en ese momento había sido establecida en 5 millones. A mediados del año pasado la producción bajó de medio millón de barriles, aunque a finales del último trimestre el gobierno anunció que la producción se estaba acercando al millón de barriles, y en enero de este año declaró que esa meta se había cumplido. Las cifras del gobierno contrastan con los informes de la Opep y otras agencias de monitoreo petrolero, según las cuales la producción real de nuestro país ronda los 750 mil barriles. Para aumentar la producción, Pdvsa tendría que realizar grandes inversiones, pero carece de los recursos necesarios, en gran parte debido a que el gobierno, tanto de Chávez como de Maduro, le impuso el pago de gastos sociales que nada tienen que ver con la explotación de petróleo, y que además provocaron un aumento importante de su deuda externa. Además, Pdvsa tiene puesta la camisa de fuerza de las leyes que le impiden otorgar concesiones a petroleras extranjeras, y que le limitan la posibilidad de negociar con ellas nuevos proyectos. Todos los socios de Pdvsa tienen que tener una participación accionaria minoritaria, lo que a su vez limita sus aportes para inversiones, a esa misma proporción accionaria. En muchos casos los socios minoritarios han tenido que cargar con el grueso de las inversiones que Pdvsa no puede hacer, lo que se constituye en deuda de nuestra petrolera con sus socios extranjeros, tal como ha ocurrido con Repsol Total y Eni. Según el experto petrolero José Toro Hardy, el país necesita invertir por lo menos 25.000 millones de dólares anuales, por un período de 8 años consecutivos, para llevar su producción petrolera al nivel de hace 20 años. Como Pdvsa no tiene posibilidad alguna de hacer esas inversiones, el único camino es una reforma de las leyes, para abrir nuestros yacimientos a petroleras extranjeras que tengan capacidad de hacer esas inversiones. Ese esquema ya existió antes pero fue desmontado por este gobierno, con las consecuencias que todos conocemos. Sin embargo, la posibilidad de que Venezuela reanude sus ventas de petróleo a Europa replantea la necesidad de un cambio de las leyes, para que petroleras extranjeras hagan las inversiones que Pdvsa no puede hacer, y se recupere la producción de petróleo y la economía de nuestro país.

La siderúrgica
Muchos amigos, entre ellos economistas y expertos en materia industrial, me insisten en que me olvide de la posibilidad de recuperar la producción de aluminio en nuestro país, porque habría que hacer grandes inversiones, que no se recuperarían sino en muchos años. Uno de los argumentos más frecuentes es que la industria del aluminio es muy dependiente de la disponibilidad de energía eléctrica, que en el caso de Guayana a su vez depende del comportamiento del río Caroní y de los factores climáticos. Yo entiendo argumentos en el caso de la industria del aluminio, pero lo que no puedo comprender es por qué no se decide la recuperación de la industria siderúrgica, que si se quiere tiene una relación más estrecha con el desarrollo del país. En las escuelas de economía, el acero se considera un referente para determinar el grado de desarrollo o retroceso de la economía de un país. En otras palabras, para los maestros de la economía no puede haber desarrollo sin acero. El consumo de electricidad para producir una tonelada de acero es mínimo frente a los 15.000 kilovatios que consume cada tonelada de aluminio. ¿Y qué falta en Guayana para que Sidor recupere su producción, aunque sea a dos o tres millones de toneladas anuales? Cuando la siderúrgica necesitó inversiones y el país no tenía capacidad para hacerlas, se buscó un socio extranjero, Techint, y el problema se resolvió. ¿Cuál es el problema para traer un socio inversionista, sea de Turquía, India, China o donde al gobierno le guste, para reactivar a Sidor? ¿O es que la idea es mantenerla cerrada, y yo no lo he entendido?

CUATRO
Uno. Según Guyana, el escrito de objeción preliminar a la admisión de la demanda unilateral de Guyana contra Venezuela, presentado por nuestra Cancillería ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, es solo un intento por demorar la decisión de ese tribunal, “en un proceso legal que está bien avanzado”. El documento argumenta que en virtud del Acuerdo de Ginebra, suscrito por ambos países, las negociaciones directas entre ambos países es la vía idónea para resolver el diferendo. En anteriores escritos, la Cancillería plantea que no le reconoce jurisdicción a La Haya para decidir en este diferendo limítrofe, aunque ese alto tribunal de todas maneras admitió la demanda de Guyana contra Venezuela, reclamando la soberanía en el Esequibo.

Dos. En estos días hablaba con un gran amigo, que en el pasado hizo importantes inversiones y negocios en el área industrial de Guayana. Le digo que el gobierno está abriendo la posibilidad de inversiones, con algunas medidas ya puestas en práctica y el anuncio de otras en las próximas semanas. Pero me responde que por ahora no hará nuevos negocios, aunque el gobierno mejore las libertades económicas. ¿Cuál es el problema?, le pregunto. Me dice que las medidas favorables del gobierno no van a resolver el problema que significa la libertad absoluta de los sindicatos, para parar una industria cuando les dé la gana, por el motivo que sea, o sin motivo alguno. “Este gobierno no va a enfrentar a esos sindicatos, y menos cuando muchos sindicalistas se han colocado bajo el paraguas de una falsa afinidad con el chavismo”. Me recuerda que en una oportunidad pagó por una cierta cantidad de metal, pero luego un sindicato bloqueó el muelle para impedir el embarque. Hizo la denuncia ante las autoridades, sin lograr respuesta alguna. Al final tuvo que pagar vacuna para que le permitieran embarcar lo que había comprado. “Cualquier posibilidad de desarrollo futuro de Guayana, está condicionada a un cambio en la manera en la que han actuado la mayoría de los sindicatos, sobre todo en las áreas del aluminio, el acero, y la construcción”.

Tres. Recibí varios comentarios, acerca de la propuesta de cambiarle el nombre al Territorio Esequibo, por Estado Manuel Piar. La mayoría lo considera positivo, pero al mismo tiempo plantean que habría que esperar que se resuelva el diferendo con Guyana. Un lector me dice que es como “contar los pollos antes de nacer”. Otro pide que lo llamemos “Guayana Esequiba”, como era antes. Yo creo que Territorio Esequibo, o Guayana Esequiba, son nombres que ya están sembrados en nuestra cultura. Se necesitarían años para que la mayoría de la población use el nuevo nombre, y habría que cambiar todo lo que ha sido impreso como Territorio Esequibo. No va a ser fácil cambiarle el nombre, por mucho que Piar lo merezca.

Cuatro. Con la partida de Héctor Álvarez, se nos fue otro excelente técnico del aluminio. Como tal fue vicepresidente de operaciones de Venalum, con Enrique Castells como presidente. Con su partida pierdo mi más confiable fuente de consulta, y un gran amigo, desde los años en que ambos residíamos en Los Raudales. En lo personal, un gran luchador que pudo sobreponerse a un problema de salud hace más de una década, para regalarnos todos estos años de amistad y conocimiento de la maravillosa industria del aluminio. Un abrazo sincero a Anita y a sus hijos.

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