Opinión

Semana en domingo

Estados Unidos invadió Irak, alegando falsamente que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva, que por supuesto jamás aparecieron, simplemente porque no existieron.
domingo, 06 marzo 2022

Chantaje nuclear
Ya lo había afirmado Edward Murphy Jr: “Si puede ocurrir, ocurrirá”, y Putin lo acaba de confirmar. Tarde o temprano, iba a chantajear al mundo, amenazando con una guerra nuclear si no lo dejan hacer lo que le venga en gana. Pero no se trata de una guerra cualquiera, porque si se desata la locura, sería la última que pueda cometer la raza humana. Hay por lo menos diez veces más de las bombas atómicas necesarias para destruir cualquier vestigio de vida en el planeta Tierra, y se necesitarían miles de años para que desaparezca la radiactividad y puedan existir las condiciones para que renazca algún tipo de vida. Pero lo que tenemos que preguntarnos ahora es ¿Vamos a poder vivir con esa amenaza de Putin, si no se le permite invadir al país que se le antoje? Porque ayer fue Crimea, hoy es el resto de Ucrania y mañana puede ser cualquier país fronterizo entre Rusia y Europa. Pero a Putin le puede salir el tiro por la culata, porque puso en alerta su arsenal nuclear, pero él no es el único que lo tiene y también le puede llover fuego desde el cielo. Creo que ya quedó claro que los países libres no le van a aceptar ese chantaje y que tenía que llegar el momento de pararle el trote a quien se cree que puede poner al mundo de rodillas. ¡Échale bolas, pues, porque desatado el infierno, puede que nos vayamos, pero tú y los tuyos también se van conmigo!

Cuentos para no creerlos
Estados Unidos invadió Irak, alegando falsamente que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva, que por supuesto jamás aparecieron, simplemente porque no existieron. Ahora, nueve días después que las tropas rusas invaden Ucrania, Putin alega que lo hizo porque Estados Unidos había instalado un laboratorio de guerra biológica en ese país vecino. Según lo dicho por el canciller ruso Lavrov, ese supuesto laboratorio sería una amenaza para la seguridad de su país, y por eso invadieron Ucrania. Lo que extraña es que nunca antes hubieron hecho una denuncia de ese supuesto laboratorio, y que en todo caso sea una justificación para invadir todo un país de casi 44 millones de habitantes. Porque si Rusia tenía la certeza de la existencia y ubicación de ese laboratorio de armas biológicas, tiene armas perfectamente capaces de destruirlo, sin necesidad de invadir y ocupar militarmente todo el país. Aún siendo cierto que en Ucrania existe un laboratorio de armas biológicas, eso no justifica la invasión. Habría bastado que Putin amenazara con invadir Ucrania, si no destruyen el laboratorio, y si eso hubiera sido así, Estados Unidos y Europa habrían exigido a Zelensky que lo destruyera. Cuando hizo el anuncio de la existencia de ese supuesto laboratorio de armas biológicas en Ucrania, el canciller ruso Sergei Lavrov mostró un lenguaje corporal que indicó que estaba muy incómodo, e incluso tenía preparadas por escrito algunas respuestas a las preguntas de los periodistas, también preparadas previamente. Me quedó la impresión de que se trató de algo que tuvo que decir, pero en lo que no estaba de acuerdo.

La guerra de Putin y el petróleo
La invasión de las tropas de Putin a Ucrania, en un primer momento elevó los precios del barril de petróleo por encima de 100 dólares, pero según los especialistas, pasado ese efecto de primer momento, debería bajar lentamente. El barril Brent alcanzó 114 dólares el miércoles, pero en la jornada del jueves bajo a poco más de 112, con síntomas de que podría bajar más la semana próxima, a menos que se agrave aún más la guerra de Putin en Ucrania. Los expertos restan importancia a que salgan del mercado las exportaciones de Rusia, tanto de petróleo como de gas, porque eso lo pueden suplir sin problema otros países productores, y una vez estabilizado el mercado, los precios en teoría deberían volver a niveles parecidos a los que había antes de la invasión. Sin embargo, señalan que una variable importante pudiera ser que aumente mucho el riesgo de navegación de los tanqueros petroleros en algunas regiones del mundo lo que provocaría aumentos en los precios, imposible de estimar.

CUATRO
Uno. Ciertos elementos pudieran estar indicando que China va a abandonar su neutralidad en la invasión de Putin a Ucrania. El gobierno chino ordenó a sus bancos estatales revisar el riesgo financiero provocado por ese conflicto, y congeló los trámites para nuevos financiamientos a Rusia. Pero otros analistas están señalando que aumentó la posibilidad de que China decida invadir Taiwan y anexárselo, porque siempre ha sostenido que esa isla le pertenece. En contrario, otros expertos internacionalistas dicen que lo que menos necesita China en este momento es meterse en una guerra, cuando su economía está floreciente gracias a sus buenas relaciones con Occidente, que no le perdonaría una aventura como la de Putin.

Dos. Un salario mínimo integral mensual equivalente a 40 dólares, aunque sea pagado en petros, todavía es muy poco frente al alto costo de la vida en Venezuela, pero es un avance. Debería ser de por lo menos 100 dólares. Por aquí por los alrededores, es decir Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Chile, el salario mínimo ronda un promedio de 400 dólares. En Estados Unidos, el promedio de salario es de 10 dólares la hora, lo que significa que un trabajador gana en 4 horas lo que aquí se gana en un mes. Y lo peor es que la izquierda mundial, incluyendo la de aquí, se pregona como la mejor defensora de los derechos de los trabajadores. Los trabajadores del gobierno, que se autocalifica de socialista, son los que menos ganan.

Tres. Me sorprendió la partida de Enrique Castells, del que sabía que tenía problemas de salud, pero no al punto de agravarse tan rápido. Muchos no le creyeron a Urbano Romero, su mejor amigo en Guayana, cuando con gran dolor dijo que se estaba muriendo. Excelente persona, y el mejor técnico de aluminio de Venezuela y uno de los más destacados en el mundo. Dejó su nombre grabado con letras de oro en la historia del desarrollo industrial de Guayana, y de manera particular en el sector aluminio. Sé que no lo van a hacer, por razones políticas, pero algún lugar de Venalum debería llevar el nombre de Enrique, como homenaje al que lo llevó a ser lo que acertadamente se llamó “La Gran Planta”.

Cuatro. No creo que en este momento Putin esté valorando mucho el apoyo que le pueda prestar Venezuela, cuando por primera vez en décadas, en Naciones Unidas hubo casi unanimidad en condenar su invasión a Ucrania. Es como recibir una llamada absolutamente inoportuna, y verse obligado a responder ¡Coño pana, te agradezco tu llamada, pero hablamos luego que salga de este peo!

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