Opinión

Semana en domingo

Tratándose de un Parque Nacional, en Canaima no debería existir un campamento vacacional, como tampoco una pista de aterrizaje.
domingo, 13 febrero 2022

Notas de la pandemia
España acaba de eliminar la obligación de usar mascarillas en espacios abiertos, incluyendo los patios de recreo de las escuelas y otros centros educativos, y en Cataluña eliminaron las limitaciones de aforo en sitios de esparcimiento como bares, discotecas y teatros. Igual medida, están adoptando otros gobiernos de Europa, y ya lo habían hecho en naciones de Asia y Oceanía. Todo parece indicar entonces que avanza rápidamente la normalización de actividades, tras el confinamiento y las otras medidas de protección adoptadas para reducir el contagio durante la pandemia del Covid 19. No es que el Covid haya desaparecido, o que eso vaya a ocurrir pronto, pero la cifra de nuevos contagios se ha reducido hasta ser similar a los casos de gripe y otras virosis, y sus síntomas son menos graves, lo que igualmente ha reducido el número de muertos a causa de esta pandemia. Sin embargo, algunos científicos están advirtiendo que sería imprudente eliminar del todo la protección personal contra el coronavirus, porque todavía es una amenaza para la humanidad, ya que en muchos países aún no se ha producido lo que llaman “inmunidad de rebaño” y la gran movilidad mundial hace que cualquier nueva cepa del virus que aparezca en un país, en pocos días se esparce al resto del planeta, afectando a quienes no tienen inmunidad específica contra ese tipo de virus, incluso si ya han pasado la enfermedad.

Mientras tanto, aquí en nuestro país pronto vienen las fiestas masivas de carnaval y semana santa, que siempre significan grandes movilizaciones y concentraciones de personas en sitios determinados, lo que podría aumentar los contagios. Aunque esas aglomeraciones humanas generalmente son en sitios abiertos, como playas y procesiones en las calles, las aglomeraciones multitudinarias ponen a la gente a respirar cada uno pegado al lado del otro, y si no se usan mascarillas, aumenta mucho el riesgo de contagio. Lo prudente entonces sería mantener el uso de mascarillas en las procesiones religiosas, sobre todo dentro de las iglesias. En el caso de las playas, hay la creencia de que no hay posibilidad de contagio porque se trata de sitios abiertos, pero en algunas de ellas hay tanta gente aglomerada sin mascarilla, que igual hay riesgo de contraer la enfermedad. Y aquí es difícil eliminar del todo ese riesgo de contagio, porque nadie va a usar mascarilla metido en el mar, en piscina o en un río. Y en las playas la gente se aglomera de tal manera que no dejan espacio para poder caminar. Imagino que el gobierno dispondrá las medidas pertinentes, de manera que estas próximas vacaciones no se conviertan en un aumento del número de nuevos contagios diarios.

La fiesta en Canaima
Tratándose de un Parque Nacional, en Canaima no debería existir un campamento vacacional, como tampoco una pista de aterrizaje. Vaya usted a saber lo que se movió en su época, para que Henry Lord Boulton consiguiera esa licencia de turismo, y prácticamente la exclusividad de vuelos para su línea aérea Avensa. Ahora se arma un escándalo por una fiesta en Canaima, como si fuera la única. Lo distinto es que ahora las redes revelan a decenas de miles de personas, en pocas horas, lo que allí ha ocurrido durante décadas. Pero no es cierto que es la primera incursión humana en la cima del tepuy Kusari, o que esa gente rompió la tranquilidad sagrada que existe allí. Ex compañeros de trabajo en Edelca me dicen que en esa cima hay una estación hidro meteorológica hecha por esa empresa, hoy Corpoelec, que monitorea la cuenca del río Caroní, con celdas solares que alimentan las baterías, para poder enviar esa información a la central de Puerto Ordaz. Y hay una superficie de cemento para que puedan aterrizar allí los helicópteros, con el personal que le hace mantenimiento a esa estación. En las tomas que se muestran en las redes, aparece Osmel sentado precisamente al borde de esa placa de cemento. De manera que no es la primera vez que los seres humanos “rompen” la tranquilidad del Kusari. Lo que sí debería preocupar más, es la hipocresía en las políticas públicas de protección ambiental, porque mientras se dice que se van a investigar, como siempre “hasta las últimas consecuencias y caiga quien caiga”, esta fiesta en Canaima, en ese mismo parque nacional hay cientos de mineros extrayendo oro y diamantes, provocando un daño ambiental mucho mayor que el de una fiesta. Las huellas de ese desastre ecológico están a la vista, tal como las mostró Google, con fotografías tomadas desde gran altura, en donde se pueden apreciar los daños de la explotación minera en todo ese parque nacional. Es voltear para otro lado, porque en Los Roques, que también es parque nacional, en este mismo gobierno se han permitido grandes construcciones. Y Parece que algunas familias tienen derechos que a los demás mortales se les niegan. González Gorrondona, aquel del Banco Nacional de Descuento, hizo su mansión en el cerro El Avila, sobre la Cota Mil, y cuando se construyó la avenida que bordea esa montaña, hubo que hacer un puente exclusivo para que los carros pudieran pasar por debajo hacia esa residencia. Uno de los Cisneros prácticamente se adueñó de un islote en el archipiélago Los Roques, en donde construyó una mansión. Y hace pocos meses, desde el alto gobierno anunciaron la construcción masiva de viviendas populares, por encima de la cota de protección del cerro el Avila, en Caracas, aunque posteriormente como que cogieron mínimo y abandonaron tan descabellada idea. Los derrames petroleros son frecuentes en el Lago de Maracaibo, que poco a poco lo están contaminando y destruyendo, y nadie dice o hace algo, como tampoco pasa nada con la destrucción y contaminación en Morrocoy. Desde hace décadas, todos los presidentes extranjeros que vienen a nuestro país, son llevados a Canaima, lo que implica movilizaciones humanas y de equipos, que naturalmente tienen que perturbar la vida natural de ese parque. No pueden decir que son cosas de la Cuarta República, porque bastante difundida que fue la imagen de Fidel navegando en una curiara en la laguna de Canaima, cuando Chávez lo invitó para celebrarle allí su cumpleaños. Puede que haya sido un exceso esa fiesta de Carlos Oliveros en la cima del Kusari, pero si la Fiscalía va a investigarla como un daño ambiental, debería entonces hacerlo también con todos los otros casos, incluyendo los derrames petroleros de Pdvsa que son mucho más graves y dañinos que lo que pueden haber provocado varias personas haciendo pipí y pupú en la cima del Kusari, en Canaima. Y en cuanto al impacto que el turismo de “criollos” pueda tener sobre los indígenas de esa zona, hay que recordar que hay una empresa turística conformada por varias familias de la etnia pemón, que alquilan cabañas y curiaras, y que sirven de guías a los turistas, desde hace décadas.

CUATRO
Uno. Ese enfrentamiento entre Rusia y la Otan, por la posible inclusión de Ucrania en esa organización, puede terminar en una guerra mundial en la que probablemente se va a ver involucrado todo el planeta. Esto no es un problema entre Estados Unidos y Rusia, sino una seria amenaza para la especie humana. Porque cualquier loco puede lanzar una bomba nuclear, y a partir de allí es difícil detener la respuesta del país agredido. Para mí, fue un error haber amenazado con meter a Ucrania en la Otan, sin tomar en cuenta que Putin no se iba a quedar de brazos cruzados. Ese tipo es capaz de cualquier cosa.
Dos. Es obvio que el elevado precio del petróleo en este momento, constituye un elemento a favor de Maduro en el poder, pero de alguna manera eso es un alivio para la crisis financiera en la que estamos sumergidos todos. No estoy de acuerdo con algunos dirigentes opositores que prefieren que el precio del petróleo se desplome, para joder a Maduro, porque eso hace más precaria la situación de los más necesitados.
Tres. El gobierno dice que desmanteló las mafias que acaparaban la gasolina en el estado Bolívar, incluyendo la detención de militares, policías y civiles involucrados en ese negocio. Eso está bien, pero la gente se queja de que no ha mejorado la distribución de gasolina, porque las colas en las estaciones de servicio siguen igualitas. Si ya no se están llevando los camiones cisterna directo para las minas, tendría entonces que haber más gasolina en el norte del estado.
Cuatro. A propósito del traje verde que tenía Osmel en la cima del Kusari, que por cierto es precisamente el color que identifica a los ecologistas, se me ocurre preguntar: ¿Están siendo bien tratadas las aguas servidas de Puerto Ordaz, o están siendo echadas directamente al Caroní, aguas abajo de la represa Macagua? ¿Irá la Fiscalía a investigar eso como un delito ambiental?

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