Semana en domingo

Notas de la pandemia
El gobierno debería autorizar de una vez que se puedan traer al país las vacunas producidas por laboratorios privados internacionales, y que quienes puedan pagarlas se las pongan, para reforzar la protección de las vacunas rusa y china. Es más, creo que el gobierno debería destinar recursos para fabricar aquí la píldora de Pfizer, y distribuirla de manera gratuita para toda la población. Esas vacunas producidas por los mejores laboratorios del mundo, tienen un precio entre 40 y 60 dólares, lo que limitaría la posibilidad de que mucha gente las pueda pagar, sobre todo porque se necesitan dos y hasta tres dosis para lograr el máximo de inmunidad frente al coronavirus. Si una parte de la población puede pagar las vacunas de esos laboratorios privados, eso permitiría que haya más vacunas rusa y china para el resto de la población.

Cuando me puse la segunda dosis de la vacuna china, los sanitaristas me dijeron que necesitaría una tercera dosis de refuerzo entre febrero y marzo, a menos que para esa fecha haya alguna otra vacuna mejor. Además, tengo la primera dosis de la vacuna rusa, que interrumpí porque se demoró mucho en llegar la segunda, y luego de cuatro meses los médicos me recomendaron que me pusiera la vacuna china de Sinopharm. Mucha gente hizo lo mismo que yo, y ahora tienen media protección de la rusa y las dos dosis de la vacuna china. Especialistas chinos están pidiendo a su gobierno, que autorice una tercera dosis de refuerzo a toda la población, ante un rebrote del virus que todavía es pequeño, para evitar que pueda ocurrir una nueva ola de contagios masivos. Pero otros especialistas, chinos y de otros países, plantean que ahora debería esperarse a que se produzca lo que llaman “inmunidad de rebaño”, cuando cada persona desarrolle por sí misma anticuerpos frente al Covid 19, sin necesidad de más vacunas. Según lo que entendí, de las varias explicaciones que me han dado acerca de este tema, la vacuna “entrena” al organismo para que en caso de contagio, identifique de inmediato al virus invasor, y desarrolle los anticuerpos para destruirlo. No sé si lo entendí y lo expliqué bien, pero por lo menos hice el intento.

Tengo amigos que se han aplicado un calendario de vacunación, solo lunes y martes, de manera que las 72 horas de abstinencia alcohólica, no caigan entre viernes y domingo, para poder disfrutar del fin de semana sin limitación. Otros me han dicho que solo respetan la “ley seca” durante dos días. Pero los médicos dicen que lo de las 72 horas sin ingerir bebidas alcohólicas debe cumplirse, por la posibilidad de alguna reacción producida por la vacuna, y porque según dicen otros especialistas, el alcohol reduce el efecto positivo de la dosis. Un médico amigo, que se echa sus palitos los fines de semana, me dice que “Si te pones la vacuna, y al cumplirse las 72 horas te metes una rasca abraza poceta, es probable que anules el trabajo que la vacuna tiene que hacer en el organismo. No he visto estudios precisos al respecto, pero una ingesta masiva de alcohol reduce la inmunidad del organismo. Por eso se recomienda no ingerir alcohol mientras dure un tratamiento de antibióticos”.

El voto
Uno de los elementos más valiosos de la democracia es la libertad de expresión, que tiene como uno de sus mejores elementos la posibilidad de elegir el gobierno, mediante el voto de cada ciudadano. Sin voto libre, no hay democracia. El gobierno legítimo es el que nace del voto mayoritario del pueblo, ya sea nacional, estadal, o municipal. En Europa, en muchas ciudades se vota más por el gobierno municipal que por el nacional, en el entendido de que las alcaldías tienen más relación directa con la vida de los ciudadanos y sus problemas cotidianos. Pero si es legítimo votar, también lo es no votar, porque en este caso también se trata del ejercicio de la libertad de decidir si se vota o no. Mucha gente prefiere votar por alguno de los candidatos que tienen verdadera opción de ganar, en cuyo caso el voto decide. Eso generalmente provoca una polarización entre dos candidatos, aunque en algunos casos se puede dar la situación de que tres candidatos estén parejos en las encuestas. Los expertos electorales dicen que, en la polarización entre dos candidatos, los que voten por alguna otra opción pierden el voto, y que en este caso es votar, pero no elegir. El que no vote para elegir al alcalde, no tendrá derecho legítimo a quejarse después, por alguno de los problemas que tenga la ciudad.

La economía de Guayana
En varias oportunidades he oído decir que fue un fracaso no haber desarrollado una industria privada, aguas abajo de las industrias básicas, que le agregara valor a sus productos primarios, y que si eso se hubiera logrado, en este momento la economía de Guayana estaría mejor. Pero el problema es que esa cadena de transformación dependería de la producción de las industrias básicas, y actualmente eso no existe, salvo la producción marginal de Venalum. De manera que, si hubiéramos logrado instalar muchas plantas para agregarle valor a los metales primarios, hoy estarían paradas por falta de materia prima, u obligadas a importar para poder operar. La economía de Guayana nació, creció, y sigue atada umbilicalmente a las industrias básicas. El proyecto industrial ferro siderúrgico y del aluminio, sepultó el posible aprovechamiento de otras áreas, como la agricultura, ganadería, oro, así como la explotación de otros minerales. Guayana no se abrió a otras alternativas distintas de las industrias básicas y estamos pagando las consecuencias. Los archivos de la CVG están llenos de proyectos que se quedaron en el papel, muchos de ellos planteados por transnacionales y personas que estaban dispuestos a aportar sus propios recursos para financiarlos. Pero se trata de un error que se puede corregir, porque aún hay tiempo y las ventajas comparativas de Guayana siguen intactas, dentro y fuera del hierro, acero y aluminio. El desarrollo futuro de Guayana debe comenzar con una revisión total de su proyecto inicial, para replantearlo, con el objetivo de diversificar de su economía, de manera que no dependa exclusivamente de las industrias que hoy conocemos como básicas, que se hundieron, arrastrando con ellas a la economía de la región.

CUATRO
Uno. En varias oportunidades, en la realización de convenciones nacionales de AD, hubo una que otra pelea a empujones y puñetazos, sin que las cosas llegaran a mayores consecuencias. En uno de esos episodios, Gonzalo Barrios, siendo presidente de ese partido, restó importancia a estos incidentes, llamándolos jocosamente como “trompadas estatutarias”. En esta oportunidad, a propósito de la cachetada que le dieron a De Grazia, la jefa de la delegación de observadores electorales de Europa, le restó importancia al atajaperros, diciendo que eso pasa en todos los países del mundo en medio de un proceso electoral. Nada del otro mundo, y mucho menos entre nosotros, que como se dice tenemos la sangre caliente, como buenos latinos.

Dos. Con humildad y mucha satisfacción, voy a recibir el reconocimiento que me otorga la Asociación de Industriales Metalúrgicos y Mineros de Venezuela, la AIMM, en Caracas, este próximo 7 de diciembre. Muy agradecido a su directiva nacional. Ya tengo 40 años escribiendo de temas de industria en Guayana, pero ya lo hacía antes en Ultimas Noticias. Un tema que me apasiona y sobre todo cuando se trata de defender la tesis de que el proyecto de Guayana industrial tiene mucho futuro. Llegué a Guri en el año 80, como subjefe de información en ese proyecto, y en el 84 pasé a redactar temas de economía e industrias en Correo del Caroní. Desde octubre de ese año, mantengo mis columnas semanales, que hoy escribo en estas páginas de PRIMICIA, de la mano de mis entrañables amigos Yamal Mustafá y Amina Escalona.

Tres. Oigo por allí que el ambiente para esta Navidad dependería de lo que pase en las elecciones de hoy. A eso digo que una cosa no tiene que ver con la otra. Gane quien gane, tenemos que festejar la navidad lo mejor que se pueda desde el punto de vista económico, pero con el espíritu de siempre. Es la oportunidad de darle un descansito al espíritu, tan golpeado en estos últimos tiempos. Con la crisis política y económica que sufrimos, más la pandemia, es vital que podamos tener una taima en navidad. Sé que para muchas familias es difícil, pero hay que hacer un esfuerzo para llevar una brisita fresca al alma, a propósito de navidad y año nuevo.

Cuatro. Definitivamente, las zonas mineras auríferas del sur de Guayana son otro país. No hay escasez de gasolina, la gente circula sin tapabocas porque según lo que dicen, allá los casos de Covid son muy pocos; el dólar es la moneda usual de pago, porque los billetes en bolívares prácticamente no existen, ni del viejo ni del nuevo cono monetario. Según las versiones que llegan desde allá abajo, las bandas armadas cobran sus vacunas, pero al mismo tiempo mantienen a raya a los otros delincuentes. Me cuentan que hasta las prostitutas tienen que pagar vacuna, en dinero o en especie, para que las dejen practicar su oficio. Otro mundo, como para una obra literaria de la talla de Canaima, del maestro Gallegos.

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