Semana en domingo
Peor que lo peor
Para muchos compatriotas es incomprensible la caída en las expectativas creadas con Guaidó, en la mayoría de la población. Se intentan todas las explicaciones para un hecho innegable, aunque cueste reconocerlo. No me la echo de analista, pero me atrevo a adelantar una hipótesis, producto de lo que escucho a diario en la calle. Para muchos opositores, lo peor era Maduro en la presidencia, hasta que llegaron los apagones y la falta de agua durante más de una semana. El desastre fue tal que Maduro dejó de ser lo peor que pudiera pasar en el país, para quedar en el segundo lugar tras la falta de electricidad y agua. Antes de esos eventos, pensábamos que el país no podía estar peor y que ya habíamos tocado fondo. Después de ellos tuvimos que aceptar que el fondo está mucho más abajo de lo que pensábamos. Creo que en esos días de crisis que puso a prueba la capacidad de aguante de los venezolanos, Guaidó pasó a un segundo plano. Esa crisis le hizo el favor más grande al gobierno de Maduro y por eso muchos llegaron a pensar que había sido una falla eléctrica y de electricidad, montada a propósito. No hay duda alguna que la vida en las ciudades no es posible sin electricidad y agua que llegue por las tuberías. Muchas residencias pagan cisternas, pero solo en unas pocas oportunidades porque a 300 dólares no hay quien aguante varias semanas sin el suministro. Hubo pánico colectivo por la posibilidad de una falta total de alimentos. En mi opinión esta crisis demostró que sí puede haber algo peor que Maduro, y el efecto impactó las expectativas que se habían creado cuando Guaidó asumió como presidente interino. Tiene que seguir adelante con su hoja de ruta para un cambio de gobierno, pero es evidente que algo ha bajado el índice porcentual de quienes esperaban que la salida de Maduro era inmediata. Para el gobierno nada ha mejorado, porque la presión internacional es tremenda y va a llegar un momento que será inaguantable. La necesidad de dólares es tal que el gobierno volvió a poner la paridad de Dicom por encima del mercado paralelo, algo que parecía imposible hasta hace algunos meses. Podrán haber bajado las expectativas acerca de la salida inmediata de Maduro, pero en mi opinión el gobierno sigue contra la pared.
Primero de Mayo
Lo presentan como un punto de inflexión en la lucha por lograr una transición, tal como ya ha ocurrido en varias oportunidades anteriores. Para mí, es un error poner fechas a algo tan complicado. Si se pone una fecha y no se logra el objetivo, eso queda como un nuevo fracaso de la oposición y crece el desánimo y la desesperanza. Hay que avanzar, pero sin plazo fijo.
¿Contratos colectivos?
No me lo van a creer, pero me cuentan que algunos dirigentes sindicales están preparando acciones para reclamar el pago de algunos beneficios contractuales, con las plantas cerradas y mientras es el gobierno central el que está pagando los sueldos, a fondo perdido y sin esperanzas de reiniciar la producción. Ya me habían contado en estos días que algunas nóminas estaban incluyendo bono nocturno y horas extras, tal como si las industrias estuvieran produciendo. Me negué a creerlo, pero un amigo sindicalista me dijo que eso era perfectamente legal y que los sueldos de muchos trabajadores lo incluyen como un derecho adquirido. En otras palabras, el sobre tiene que incluir un cierto número de horas nocturnas, aunque el trabajador esté durmiendo todos los días en su casa, o duerma plácidamente durante la noche en su sitio de trabajo. Pensé que en materia sindical ya lo había visto todo, pero al parecer me falta mucho por ver.
Economía dolarizada
Ya ni siquiera hace falta que el gobierno decrete formalmente la dolarización de la economía, porque en la práctica eso está funcionando en todos los aspectos del comercio diario. Lo primero que se dolarizó fueron los precios, aunque se pague el equivalente en bolívares al cambio libre. Pero ahora muchos productos se están negociando directamente en dólares, sobre todo medicinas y alimentos al por mayor. Es frecuente ver en las redes las ofertas de pacas de harina de trigo y de maíz, con pago en dólares, así como medicinas de alto costo. Hasta hace poco el pago más frecuente era por transferencia en el exterior, pero ahora se paga aquí y en efectivo. El negocio inmobiliario también está dolarizado, tanto para el alquiler como para la compra-venta. Lo único que falta es que los bancos abran cuentas en dólares con las que se puedan hacer transferencias en el país. La dolarización fue decretada por la población y ya haría bien el gobierno en formalizarla. En Ecuador pasó exactamente lo mismo y al gobierno no le quedó otra opción que hacerla legal. Esta dolarización, en cierta forma ha sido una especie de barrera de contención para la inflación, que estaba en cifras siderales. Cierto que el dólar ha subido, pero no en la misma proporción que la inflación. Es una lástima que el país no cuente con los dólares necesarios para dolarizar su economía, lo que estabilizaría el poder adquisitivo de la población y frenaría los elevados índices inflacionarios, tal como ha pasado en todos los países que lo han podido hacer. Eso no tiene nada que ver con lo ideológico, porque si a Maduro no le gusta el dólar, igual podría “yuanizar, rublorizar, rupizar o eurizar” nuestra economía, lo que en la práctica equivaldría a dolarizarla.
Cuatro
Uno: La entrada en vigencia de las sanciones norteamericanas contra Irán este próximo jueves, impulsó los precios del petróleo. El ministerio de petróleo informó que el barril venezolano tuvo un precio promedio esta semana de 67,91 dólares, con un incremento de 98 centavos respecto del cierre del viernes anterior. También mejoraron ligeramente los marcadores Opep, West Texas y Brent. Según la Opep, la producción venezolana bajó a 732.000 barriles diarios en marzo, aunque Pdvsa asegura que está en un millón.
Dos: Los multimillonarios rusos siguen ocupando espacio en Europa. Esta semana Mihail Fridman lanzó una agresiva oferta de compra de las acciones de la cadena española de supermercados Día, de la que ya tiene el 29 por ciento de las acciones. Día está en problemas por una deuda de 900 millones de euros y Fridman promete invertir 500 millones para rescatarla. Las acciones valían 3 euros pero cayeron a 0,59 y el ruso quiere coger mando bajito como se dice en criollo, ofreciendo pagarlas a 0,67. “O me venden, o quiebran y lo pierden todo”.
Tres: Finalmente se nos fue el gran amigo Alfredo Stelling Cróquer, con quien compartí casi cuatro décadas de amistad desde que llegue a Guayana en el año 80. Luchó como un titán durante dos años contra la enfermedad que al final lo venció. Victoria, su compañera de toda la vida, también está con problemas de salud, que gracias a Dios le impiden comprender todo el drama que sufrió Alfredo. Y cuando me estoy reponiendo de ese golpe, se va también el amigo Jesús Berroterán. Una semana para el olvido.
Cuatro: No mejoran las posibilidades inmediatas para iniciar la explotación a gran escala de los grandes yacimientos de mineral aurífero del sur de Guayana, mientras no se logre controlar los grupos armados irregulares que actúan en esas zonas mineras. En algunos aspectos, esos grupos han impuesto una especie de cogobierno, que abiertamente “otorga” permisos de explotación, exigiendo el pago de tributos que son de la competencia exclusiva del gobierno venezolano. Otros grupos exigen que se les venda el producto de la explotación de los yacimientos, pagando precios por debajo de la cotización del oro minero.
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