Opinión

Semana en domingo

Varios gobiernos están ofreciendo ayuda, cuando muere el sostén de familia por Covid 19, por lo menos mientras dura la pandemia. Eso debería ser analizado por el gobierno de Maduro, porque muchas familias quedan prácticamente en la indigencia, cuando muere el cabeza de familia.
domingo, 13 junio 2021

Notas de la pandemia
Fueron a “Mundo de Sonrisas”, pero lo que menos recibieron fue trato amable. Fue el sábado 5 de junio, a las seis de la mañana. Un gran amigo había sido citado ese día, para recibir la vacuna en ese sitio. Cuando llegó, ya había algunas personas haciendo cola en la acera. Pero al poco rato salió un vigilante, y con mal talante los increpa: ¿Qué hacen ustedes aquí? Cuando le dicen que recibieron mensajes convocándolos a ese sitio para ser vacunados ese día, les grita ¡Aquí no hay vacunas! La gente protesta, alegando que fueron citados. Sale una mujer que estaba dentro del local y les dice que si fueron citados, el “sistema” está loco, porque allí no se vacuna los sábados, y que además no tienen vacunas. Ante las protestas de los ciudadanos, el vigilante y la mujer, (que se niega a decir si es enfermera, médico, aseadora, cocinera, vigilante, secretaria o gerente) les gritan que desalojen la acera y que, si se no lo hacen, llamarán a la Guardia Nacional para que los saquen de allí. Ya sobre las 8 de la mañana, los ciudadanos piden que salga algún responsable a explicarles cuál es el procedimiento que deben seguir, cuando son citados para vacunarse, pero no los vacunan. No logran nada, salvo la reiteración de las amenazas con la fuerza pública para “meterlos presos a todos”. Frustrados, todos regresan a sus hogares, a reiniciar los intentos para lograr registrarse de nuevo en el sistema, y ver si finalmente los vacunen. ¿Costará mucho tratar a los ciudadanos, si no con amabilidad o cariño, por lo menos con respeto? ¿Qué delito estaban cometiendo, parados en una acera frente al local al que fueron citados para ser vacunados, como para ser amenazados con meterlos presos, por reclamar atención?

El gobierno le echa la culpa al sistema Covax de que no hayan llegado las vacunas, alegando que ya pagó todo lo que debía. Pero desde la OPS dicen que todavía deben 10 millones de dólares y ahora el gobierno acusa a Estados Unidos de haber bloqueado esos reales. Uno no sabe a quién creerle, pero mientras tanto sigue creciendo el número de contagios diarios, y de muertos por Covid 19. Si el problema son 10 millones de dólares, que los pague Guaidó, de los reales que le fueron congelados al gobierno, para que los venezolanos reciban su vacuna, sin depender de su es chavista, opositor, o si está o no inscrito en el sistema patria o recibe su bolsita Clap. Es increíble que se esté hablando de un diálogo por la crisis política, y no se haya llegado a un acuerdo para las vacunas, cuando lo que está en peligro es la salud y la vida de los venezolanos. Definitivamente estamos en medio de una locura, en donde el sentido común no existe. La prioridad de cada uno es la lucha por el poder, y los venezolanos que se jodan.

Hace pocos meses estaban cobrando hasta 2.000 dólares por un concentrador de oxígeno de 5 litros, aprovechando la desesperación de una familia con alguno de sus integrantes enfermos con el coronavirus. Esta semana, en las redes hay ofertas de hasta 900 dólares, con garantía de 3 meses y delivery a las principales ciudades. Era un atraco a mano armada, pero mucha gente los compró a ese precio, por la desesperación de tener un enfermo grave, con problemas respiratorios por daño en los pulmones.

Varios gobiernos están ofreciendo ayuda, cuando muere el sostén de familia por Covid 19, por lo menos mientras dura la pandemia. Eso debería ser analizado por el gobierno de Maduro, porque muchas familias quedan prácticamente en la indigencia, cuando muere el cabeza de familia, que muchas veces es el único ingreso. En medio de la pandemia, no hay mucho que puedan hacer para mantenerse.

“Déjame que te cante, limeña”
Lo que pasó en muchas mesas de votación en Perú, no me extraña para nada porque es un sistema que ya conocemos desde hace décadas. Es sacar de las mesas a los miembros que no son del partido, para quedarse solos y elaborar las actas como mejor les conviene. En zonas pobres, basta un billete de cien dólares para lograr que algún miembro de mesa se sienta mal, o simplemente acepte irse a su casa. Así se pueden meter en la urna todos los votos de un mismo color, y si aparecen algunos votos de otro color, es para guardar las apariencias. Cien voticos aquí, otros cien por allá, y así se van sumando miles y miles, sobre todo en las áreas rurales. El mismo sistema, calcado al milímetro por los agentes llegados del extranjero, enviados precisamente para eso. Casi una franquicia, que se va repitiendo por el continente: Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, y varios intentos, afortunadamente fallidos, en Colombia, Paraguay y Honduras. En Perú mejoraron el sistema, con el refuerzo financiero de siempre. Cierto que no queda mucho dinero, pero algo se consigue para fines como ese. ¡Pobre Perú!

La economía
En medio de todas las crisis que estamos sufriendo por el pésimo gobierno, la pandemia, el desastre de Pdvsa y los ingresos del país, y las deficiencias crónicas de los servicios públicos, la economía ha tocado fondo, pero con la ventaja de que ya no se puede hundir más. Es una economía muy pequeña frente a lo que era hace 22 años, pero es capaz de sostenerse por sí misma, sin necesidad de los recursos del gobierno, que van por otro lado, sin nada que ver con lo que queda del aparato productivo. Es una economía privada, paralela a la economía del Estado, que hace tiempo no tiene recursos para inversión, porque lo poco que maneja lo destina al gasto, que tampoco es un motor para mover la economía. En otras palabras, los venezolanos se las han ingeniado para construir una economía privada, en todos los estratos sociales, que sobrevive con sus propios recursos. La mejor prueba de ello es que el salario mínimo no llega a 3 dólares mensuales, lo que significa que millones de venezolanos se han buscado la manera de tener otro ingreso, que le permita comprar lo necesario para sobrevivir. Si hay cierto poder de compra, la industria puede producir, aunque sea muy por debajo de su capacidad instalada. Ese empeño de los venezolanos le ha resuelto un problema al gobierno, empeñado en sostener una economía de Estado, sin recursos para ello. Cuando Chávez, el ingreso petrolero permitía la economía de Estado, pero ahora sin recursos, eso no es posible. El país no está peor, porque los venezolanos se han echado encima la titánica tarea de no sucumbir ante la absoluta incompetencia del Estado para mantener la economía.

CUATRO
Uno. Primicia se mudó de sede, pero sigue con el mismo impulso, por encima de todas las dificultades. Y aquí estaré todas las semanas, como siempre. Es solo un cambio físico, pero la voluntad se mantiene intacta para seguir adelante, con el apoyo de los miles y miles de seguidores del diario en Internet. Primicia está entre los primeros lugares en visitas diarias, en todo el país.

Dos. No entiendo cómo pueden estar pensando en reiniciar las clases de manera presencial, con escuelas que no tienen ni siquiera agua para que los alumnos se puedan lavar las manos con la frecuencia requerida, y mucho menos jabón. Tampoco creo que para septiembre se haya vacunado a la mayoría de la población escolar, a la que también habría que dotar de mascarillas, como a sus educadores. Está bien que se piense en ese reinicio de clases en los planteles, pero primero hay que crear las condiciones mínimas, para hacerlo con seguridad.

Tres. No hay mucho gasoil aquí arriba, pero allá abajo, en las minas, hay todo el que se necesite, siempre que haya dinero para pagar lo que cuesta. Los mineros siguen trabajando como si nada, aunque desde hace meses el Banco Central, ni los distintos ministerios del área minera y económica, informan de cuánto oro están sacando ni cuánto llega a las bóvedas del instituto emisor. Por las redes vi una foto aérea de zonas afectadas por la minería ilegal, dentro del Parque Canaima.

Cuatro. Con tantos problemas que nos afectan, ¿Qué necesidad tenemos de servirle de portaviones a los iraníes, en su enfrentamiento con Estados Unidos? ¿Qué problema vamos a resolver con eso? Porque si es verdad que esos dos buques de guerra iraníes vienen para nuestro país, no es precisamente a traernos vacunas contra el coronavirus. En todo caso, que atraquen en algún puerto cubano, que está más cerca de Estados Unidos.

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