Semana en domingo

Notas de la pandemia
Aunque con este gobierno muchas cosas están de cabeza, el poder civil, en el ámbito civil, está por encima del militar. En cuestiones que atañen a lo cotidiano de la población, las decisiones son adoptadas por los órganos de la sociedad civil, es decir, alcaldía y gobernaciones. Si una de ellas, o entrambas, deciden que la hora hasta la que se puede circular por las vías públicas es a las 5 de la tarde, ninguna autoridad militar puede impedir la circulación a las 4. En todo caso, si las autoridades militares tienen razones por las que consideran que la circulación debe ser hasta las 4, deben exponerlas ante la autoridad municipal, o estadal, para entre todos adoptar la decisión final. Lo que no puede ocurrir es que uno diga que la circulación es hasta las 5 y el otro hasta las 4, porque ello confunde a la población y provoca detenciones injustas de quienes supuestamente están quebrantando las normas, circulando por la vía pública cuando aún no son las 5 de la tarde. En este caso, las autoridades militares son un apoyo de la alcaldía o la gobernación, solo para hacer cumplir las normas que ellas establezcan, no para decidirlas y mucho menos contrariarlas. Aunque la intención sea positiva, es decir, colaborar en acciones para reducir los contagios con el coronavirus, las autoridades deben ponerse de acuerdo previamente antes de establecer horarios, para que la población tenga claro hasta qué hora se puede circular por las vías públicas.

Nuestro país sigue a la zaga en Suramérica, en materia de vacunación masiva de la población. Sigue la guerra verbal entre Maduro y Guaidó acerca de quién puso la inicial para tener acceso al sistema Covax de vacunas gratuitas, mientras los contagios siguen por encima de mil cada día. Si se mantiene este ritmo de crecimiento de contagios, serían bastante más de 30.000 mensuales, y obviamente no hay capacidad hospitalaria para atenderlos como se debe. Por eso muchos venezolanos contagiados prefieren quedarse en sus casas, con el tratamiento que disponen los médicos, para ver si pueden superar la enfermedad. Urge la vacunación masiva, y Maduro y Guaidó deberían deponer posiciones políticas, para llegar a un acuerdo en beneficio de la población. Por lo menos en esto deberían anteponer el interés colectivo, por encima de sus posiciones personales, que tienen derecho a tenerlas, pero no en una cuestión tan importante como la vida de los venezolanos.

Médicos amigos me dicen que no le haga caso a las campañas contra algunas vacunas, porque todas las que han sido autorizadas por la OMS han pasado una serie de pruebas, y todas tienen mucho más beneficios que peligros. Me explican que no es posible que una vacuna tenga un efecto lineal, es decir parejo, en todo el universo de vacunados, porque cada organismo es distinto a otro. Por eso, me explican, ha habido casos de personas que han tenido reacciones adversas cuando son vacunados. Pero los resultados positivos, de todas las vacunas autorizadas por la OMS, son superiores al 95 por ciento. Según los expertos, cualquiera de estas vacunas tiene muchísimo menos riesgo que el que habría con el contagio del Covid 19, incluso para personas mayores de 70 u 80 años.

No me las han ofrecido, pero hay quienes están vendiendo vacunas, en un mercado que de ser cierto sería súper negro. Porque hay que ser bien rata para aprovecharse de esta tragedia mundial. Y hay que ser bien loco, o estar muy desesperado, para arriesgarse a ponerse una vacuna que no hay certeza de su origen, ni mucho menos si en realidad es verdadera y protege contra el coronavirus. Aquí el único que ha traído vacunas, por ahora, es el gobierno, por lo que, si alguien las está vendiendo, obviamente son robadas y es un delito.

Organización social
Me dicen que están aprobando una ley DES-COMUNAL, con la intención de establecer un modelo de organización social, en donde se crearía una especie de comité político en cada cuadra, como en Cuba. La sociedad humana ha ido creando formas de organizarse, en función de su propio bienestar, individual y colectivo, con un perfecto equilibrio entre libertad y leyes. Hay libertad, pero dentro del ámbito demarcado por las leyes. Hasta donde entiendo eso de organización comunal, es un modelo, cuya prioridad es el control político de la población. Cada comuna tendrá registrados a todos los habitantes de su ámbito, perfectamente encuadrados entre quienes están con el “proceso” y quienes no lo están, todo tras el camuflaje de darle al pueblo más libertad para decidir su forma de vida, entre otras cosas la gestión de los servicios públicos. Yo me pregunto, ¿cuál será la diferencia entre un eventual reclamo futuro de una junta comunal, y el reclamo que ahora hacen las juntas de vecinos? En este momento hay sectores que pasan meses sin agua, aunque sus dirigentes vecinales hacen reclamos diarios, sin lograr solución. Con un sistema comunal, ¿significaría que eso incluye reparar o reponer las bombas que tienen 30 años funcionando y que ya no tienen remedio, o van a reponer los tendidos eléctricos, o van a comprar camiones para recoger la basura que inunda nuestras ciudades? Eso sería como una junta de vecinos, pero en donde todos los integrantes se vigilan unos a otros, y todos tienen que estar a favor del gobierno, o por lo menos decirlo. No he visto el texto de esa ley DES-COMUNAL, pero abogados amigos me dicen que se parece mucho al sistema existente en Cuba y que ni siquiera en China comunista hay algo parecido. Habrá que leer todo el texto del proyecto de ley, pero en principio no me gusta para nada.

Dólar pasajero
Altos funcionarios del gobierno dicen que la dolarización de nuestra economía es algo pasajero, y que pronto el bolívar sería “revalorizado”, como si eso fuera tan sencillo. Los economistas afirman que una moneda será tan sólida como la economía de ese país. De manera que para que el bolívar sea tan estable como el dólar, tendrían que recuperar la economía del país, que tiene más de 10 años en retroceso. Revalorizar el bolívar implicaría que el gobierno disponga de los recursos necesarios para reactivar el aparato productivo, porque aquí la banca privada carece de todo el dinero que se necesita para financiar eso. Según algunos economistas, se requieren unos 20.000 millones de dólares anuales, en por lo menos 3 años seguidos, para que la economía comience a parecerse a lo que era hace 20 años, sin incluir la inversión petrolera, que son palabras mayores. Revalorizar el bolívar, sin hacer inversión alguna, sería un verdadero milagro, y en todas las escuelas de la especialidad enseñan que en materia económica los milagros no existen. El llamado “milagro japonés”, tras la guerra, fue producto de mucho trabajo, disciplina colectiva, y cientos de miles de dólares de inversión. Durante 20 años la banca otorgó créditos con cero intereses, para estimular el desarrollo. Y mire que lo lograron. Por cierto, Occidente financió el desarrollo de Japón, a cambio de que aceptara no tener fuerzas armadas. Pero si esa fuera la condición, hipotéticamente en nuestro caso, creo que nos vamos a quedar como estamos.

CUATRO
Uno. Este problema de la basura en cada calle de la ciudad, podría convertirse en un peligro para la salud pública. Porque esos basureros son un criadero de ratas, y cuando estos asquerosos roedores abundan, aumentan son las enfermedades que transmiten. De igual manera, las ratas contaminan a los animales domésticos, con el consiguiente peligro para los seres humanos. Es un llamado de alerta para el alcalde, porque ya tenemos suficiente con la pandemia y hay que evitar cualquier otra amenaza a la salud colectiva.

Dos. Muchos de los alimentos que compramos han perdido calidad, a causa de la crisis que vivimos. Pero una de las cosas que echo de menos es un buen pan, y especialmente el pan campesino, gallego o concha dura. Lo que abunda es un pan que se desmigaja completo al partirlo, hecho solo con harina, levadura, agua y sal. Una lástima, sobre todo cuando disfrutamos de una buena salsa Boloña, y no tenemos un buen pan.

Tres. La economía china retrocedió 6,8 por ciento en el primer trimestre del año pasado, cuando la pandemia golpeó muy duro a ese país asiático. Pero los chinos lograron reponerse, y a un año de distancia, los economistas califican de espectacular el salto que ha dado, con un crecimiento del 18,3 por ciento este primer trimestre de 2021. Por supuesto que cualquier dígito de crecimiento es alto cuando se parte de cero, o de cifras negativas, pero de todas maneras es el mayor crecimiento de un trimestre, desde 1992 cuando China aceptó hacer públicos los registros de su desenvolvimiento económico.

Cuatro. La falta de gasoil va a tener sus consecuencias negativas en la producción de alimentos en los próximos meses, porque la fuerza agrícola del país en este momento tiene que preparar la tierra antes de la llegada del invierno, y no puede hacerlo por falta de ese combustible. Van a entrar las lluvias, y si antes no se ha sembrado, ya no será posible hacerlo. Un agricultor de El Palmar me dice que necesita por lo menos medio tambor de gasoil, es decir 100 litros diarios para sus dos tractores, y le dan 30 litros para cada uno, a la semana. “Creo que este año no voy a sembrar y tampoco voy a poder contratar gente, con las necesidades que está pasando la gente del pueblo”. La escasez de gasoil debería ser tratada como un problema de Estado, porque tiene una relación directa con la capacidad de producción de alimentos.

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