Opinión

Semana en domingo

Por el antagonismo político, tampoco ha sido posible un acuerdo entre la oposición, es decir Guaidó, y el gobierno, para acceder al sistema internacional que permitiría recibir vacunas gratuitas.
domingo, 11 abril 2021

Notas de la pandemia
La primera prioridad del gobierno, para proteger a la población de los terribles efectos del Covid 19, tiene que ser la vacunación masiva de la población, lo antes posible. Venezuela es el único país suramericano que no lo está haciendo, y que todavía no ha logrado vacunar a la totalidad del personal de salud, que está en primera línea en las posibilidades de contagio. Por el antagonismo político, tampoco ha sido posible un acuerdo entre la oposición, es decir Guaidó, y el gobierno, para acceder al sistema internacional que permitiría recibir vacunas gratuitas, como aporte de algunos países ricos para las naciones pobres, entre las cuales desgraciadamente estamos incluidos, siendo un país con las mayores reservas petroleras del planeta. Chile por ejemplo ya ha vacunado a más del 70 por ciento de su población, y ahora está avanzando en la población de las zonas rurales más apartadas, como igualmente Colombia está en pleno proceso de vacunación masiva, incluyendo por cierto a los venezolanos que aún no han formalizado su permanencia.

Ahora el gobierno dice que va a producir aquí una vacuna cubana, que no tiene aprobación de ningún organismo internacional, mientras los contagios aumentan día a día. Hace dos meses estábamos en menos de 300 casos diarios, según la cuenta del gobierno, y ahora pasan de mil, lo que significa que hay que hacer un mayor esfuerzo para impedir el crecimiento exponencial de los contagios, sobre todo con clínicas y hospitales colapsados por el número de pacientes. En Caracas, una de las clínicas más reconocidas habilitó camas en su estacionamiento del sótano, para atender casos con síntomas leves, y otra instaló carpas en las afueras, con el mismo fin. Urge entonces que el gobierno inicie la vacunación masiva de la población, porque es la mejor manera de contener esta terrible enfermedad.

Vi por las redes que algunos infectólogos venezolanos están planteando la posibilidad de que hayamos desarrollado una cepa criolla del Covid 19, aunque dicen que eso todavía no ha sido confirmado. Espero que no ocurra nunca, porque ya tenemos bastante con el ingreso, por Guayana, de la nueva cepa brasileña, que según los expertos es más severa. Afortunadamente los científicos de los laboratorios que han desarrollado las mejores vacunas, dicen que protegen contra las tres cepas más conocidas, es decir la británica, la australiana y la brasileña. En lo personal prefiero la vacuna china, aunque provenga del país en el que comenzó todo esta vaina. Precisamente porque los chinos lograron controlar la expansión del virus, entre otras medidas vacunando en principio a más de 300 millones de personas en menos de seis meses.

Destacados sicólogos están evaluando el efecto de la prolongada cuarentena en la convivencia de las parejas, y del grupo familiar en general, que los somete a largos períodos de encierro, sin distracción y sin vías de escape para el estrés que se acumula en tan difícil situación. Por eso recomiendan ejercicios al aire libre, tomar sol aunque sea en las ventanas o balcones, juegos de mesa, y todo lo que signifique romper de alguna manera la rutina. La cocina es también una distracción, para quienes no están acostumbrados a hacerlo, como algunas otras actividades hogareñas. Todo ello destinado a distraer la mente, lo que reduce las fricciones entre la pareja o los demás integrantes del grupo familiar. Tengo un amigo que jamás había tenido nada que ver con cocina, y con el encierro ahora me dice que no se imaginó nunca que cocinar fuera tan divertido. Su esposa me dice que él cocina horrible, pero que se distrae y tiene mejor humor que antes.

Y dale con el “tras”
La palabra “tras”, es una preposición, que determina tiempo o lugar. En el primer caso, indica que un hecho sucede después de otro: “Tras el desastre del chavismo, vendrán tiempos mejores”. En el segundo caso, determina que una cosa está detrás de otra: “Tras la locomotora, están los vagones”. No indica causalidad, de manera que no está bien escribir “murió tras ser decapitado”, porque la muerte se produce en el momento de la decapitación. Es imposible que alguien pueda sobrevivir al ser decapitado, como para que se pueda decir que murió “tras” serle separada la cabeza del tronco. Es frecuente leer en las notas policiales que alguien murió “tras” recibir un balazo que le destrozó el cráneo, cuando en el mismo texto se reseña que la muerte fue instantánea. Ergo, no murió “tras” el balazo, sino “por” o “a causa” del balazo. El profesor Carlos Santiago González decía, en la escuela de Comunicación de la UCV, que el uso de “cabe destacar”, “cabe recordar” y similares, revela pobreza de lenguaje, atribuido según él, a que los jóvenes de ahora no leen, y si acaso lo hacen, es el resumen de la obra original que está en Internet.

Los bosques de pinos
Da dolor, por lo que pudo haber sido y no fue, el aspecto que ofrecen hoy los otrora florecientes y densos bosques de Pino Caribe, sembrados en las sabanas del sur de Monagas y Anzoátegui, en una cifra superior al medio millón de hectáreas. Todo un complejo proyecto industrial, desde la materia prima nacida de la tierra, hasta los productos finales utilitarios, partió de la siembra de estos bosques sembrados, lo que implicó la inversión de cuantiosos recursos financieros y técnicos, más el esfuerzo de miles de hombres. Hace más de medio siglo que nació este gigantesco proyecto, producto de la iniciativa del ingeniero forestal J.J. Cabrera Malo. De ese bosque debió haber surgido toda una cadena de explotación maderera, con decenas de aserraderos en el entorno de los bosques y en el resto del país, así como industrias procesadoras de la resina de los árboles, así como una planta de pulpa para papel periódico, capaz de abastecer el consumo del país y exportar el excedente. Un proyecto industrial que se pudo financiar a sí mismo, ecológicamente sustentable y que además consumía poca energía, y que pudo haber sido una importante fuente de empleo, en las depauperadas condiciones económicas de las poblaciones situadas en la región de los bosques. Varias empresas extranjeras hicieron ofertas para financiar y desarrollar proyectos industriales a partir de los pinos, pero ninguna fue aceptada. Hoy, lo único que se hace es explotar los árboles que van quedando y que llegará un momento que se terminarán, si no se retoma la siembra anual, para reponer los árboles que se talaron. Todavía estamos a tiempo de rescatar ese gran proyecto forestal.

CUATRO
Uno. El dólar sigue su ascenso imparable, pero mientras los productos mantienen su precio en dólares, para quienes solo tienen bolívares, resultan impagables. El país está dividido entre quienes de alguna manera tienen cierto ingreso en dólares, aunque sean remesas familiares desde el exterior, y quienes reciben un salario en bolívares, que no les alcanza para nada. Tenemos un país, con dos economías. La brecha llamada “brecha social”, es cada vez más grande. Un proyecto político que se vendió como el mejor para el pueblo, ha devenido en una mayor y creciente injusticia social.

Dos. Se entiende que las autoridades ni la población, tienen experiencia en el manejo de una pandemia como esta, pero las medidas que se vayan a tomar tienen que ser decididas mediante una mínima reflexión acerca de las consecuencias que puedan provocar. En cada estado debería haber una especie de comité de crisis por la pandemia, con gente que sea capaz de analizar cada medida, antes de ser impuesta, como se dice, a los coñazos. Nadie es infalible, por lo que eso no debería ser manejado por una sola persona que, humano al fin, puede cometer errores, que la mayoría de las veces termina pagando la población.

Tres. Lo de Brasil es increíble, teniendo las cifras más elevadas de contagios y muertes del mundo, a causa del Covid 19. Cerraron las playas, pero abrieron los bares. Sin ser experto, cualquiera sabe que un local cerrado provoca más contagios que una playa, pero en Brasil la lógica está al revés, aunque esta semana pasaron de 4 mil muertos diarios. Igual de loco está el presidente de México, que esta semana dijo que siente que su organismo tiene sus defensas bien y que por eso no necesita vacunarse. Con razón entre ambos países los muertos suman más de medio millón. El problema es que las locuras de los que están arriba, las pagan los que están abajo, porque mucha gente de poca preparación les cree todo lo que dicen.

Cuatro. Crece a grandes pasos la lista de conocidos y amigos que parten víctimas del coronavirus, aquí en Ciudad Guayana y en otras ciudades. Poco a poco, la muerte se ha ido acercando a cada uno de nosotros, hasta hacerse algo cotidiano. Nunca, por lo menos en mi generación, habíamos tenido la muerte como algo tan cercano y diario, salvo lo que aportaba la inseguridad frente a la delincuencia. Pero esto es algo que desborda la imaginación y nos ha grabado con letras de fuego lo que es una pandemia como la del Covid 19. Van a pasar años hasta que podamos restañar las profundas heridas que está causando esta enfermedad, en cada persona y en el alma colectiva.

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