Semana en domingo
La reconstrucción nacional
Si hay un cambio de gobierno, el que venga tendrá por delante el formidable desafío que significa reconstruir el país, cuya economía está destrozada, comenzando por el petróleo que es nuestra única fuente de ingreso de divisas.
El aparato productivo es menos del 20 por ciento del que había hace 20 años y la inflación es la más alta del mundo y una de las más elevadas en la historia económica del planeta.
Un cambio de gobierno en lo inmediato no va a significar cambio alguno en la situación económica, por la gravedad de la crisis que vivimos.
El nuevo gobierno tendrá que comenzar por reorganizar todo lo que ha sido desorganizado, para luego iniciar la ardua tarea de reactivación económica.
Una de las ventajas es que frente a la grave crisis que vivimos, tengo la certeza más absoluta de que el pueblo venezolano se pondrá a trabajar con el mayor ahínco para volver a la normalidad productiva.
Esta lección tiene que servir para reivindicar el trabajo como la única vía estable para una vida mejor.
Nadie puede pretender que sea el gobierno el que te regale todo, incluyendo lo que te llevas a la boca.
Este experimento social fue un rotundo fracaso, entre otras cosas porque desestimuló el trabajo productivo.
Incluso Raúl Castro dijo en un congreso del Partido Comunista Cubano, que socialismo no es igualitarismo como para que el que no trabaja gane lo mismo que el que sí lo hace.
Expresó que cobrar y no trabajar, en la práctica es una explotación del hombre por el hombre, es decir, el flojo explota al que trabaja.
Lo que se ha estimulado en estos 20 años es la vagancia, con la proliferación de misiones que se devoran los recursos financieros del país, a cambio de una lealtad electoral o ideológica que garantice la permanencia en el poder.
Esta práctica acabó con la cultura del trabajo, y la Guayana de hoy es un reflejo fiel de esas consecuencias, como también lo son los miles de empresas puestas en manos de los trabajadores y que hoy están cerradas o improductivas.
¡Qué distinto habría sido si el chavismo, en lugar de despilfarrar los inmensos ingresos petroleros de varios años, los hubiera aplicado a desarrollar una poderosa economía, como lo hizo Lula da Silva en Brasil, sacando de la pobreza a 40 millones de brasileños!
Lo primero que hay que hacer para distribuir la riqueza, es tenerla. De lo contrario, lo que se reparte es pobreza. Tal cual.
Los colectivos
Cualquier acuerdo con el régimen, que permita instaurar un gobierno de transición, forzosamente tiene que incluir previamente el desarme de los colectivos integrados por venezolanos, así como el desarme y deportación de los mercenarios extranjeros traídos al país con la intención de darle al gobierno el apoyo que perdió en la calle.
La milicia nacional no fue creada para servirle al país sino a un proyecto ideológico, aunque la Constitución establece claramente que las Fuerzas Armadas no pueden tener ideología ni tomar partido en la política.
Pero si eso es ya de por sí inaceptable, mucho más lo es que hayan sido traídos al país miles de extranjeros, mediante el simple requisito de que compartan la ideología del régimen, tal como ha ocurrido con las decenas de miles de cubanos que hoy ocupan cargos en la administración pública, que es una actividad reservada solo a los venezolanos.
Si se llegara a un acuerdo para un gobierno de transición, como pudiera ser una ley de amnistía para ciertos cuadros del chavismo, el requisito previo tiene que ser el desmontaje de todo ese entramado de colectivos armados, tanto de nacionales como de extranjeros.
Si eso no se hace, el escenario no puede ser otro que violencia armada, porque el nuevo gobierno tendría que someter esos grupos por la fuerza, con las consecuencias que son fáciles de imaginar.
Ya cité anteriormente que nuestro suelo pudiera ser escenario para una extensión del conflicto de Estados Unidos contra Irán, porque aquí hay militantes iraníes, pero también hay sirios partidarios del régimen de Al Assad, enemigos de los norteamericanos.
No se trata solo de la posibilidad, para mí remota, de la presencia de tropas norteamericanas en Venezuela, sino que haya un nuevo gobierno y esos militantes se nieguen a aceptar que haya llegado al poder con apoyo de Estados Unidos.
Ya en oportunidades anteriores hemos visto como la izquierda ha utilizado la figura de las “brigadas internacionales”, como las que actuaron en la guerra civil española, e igualmente en Centroamérica, Cuba y Colombia, en donde muchos extranjeros se enrolaron en las filas de las Farc y el ELN.
El gobierno se desgañita gritando contra lo que considera una injerencia de gobiernos extranjeros en nuestros asuntos internos, pero al mismo tiempo se trae miles de extranjeros para que intervengan abiertamente en nuestra administración pública y actividad política.
¿Quién tiene mayor injerencia, el gobierno de otro país que habla sobre nuestra situación, o el militante extranjero armado que es traído para actuar contra el pueblo venezolano?
Petróleo
La complicada situación política actual ha enredado más el negocio de nuestro petróleo porque las únicas exportaciones que estábamos cobrando de contado eran los envíos a Estados Unidos y ahora ese país decidió que el presidente de Venezuela es Guaidó.
Eso significa que cualquier envío de crudo a Estados Unidos en teoría se lo pagarían a quien diga Guaidó y que la directiva y propiedad de Citgo quedan en manos del presidente de la AN.
Con esta decisión es obvio que Pdvsa tendría que desviar hacia otros destinos el crudo que le mandaba a Citgo y otros clientes norteamericanos, pero en todo caso el negocio se complica porque además Trump ya tenía bloqueadas las transacciones financieras venezolanas y son muy pocos los bancos internacionales que se van a arriesgar a mover dinero hacia o desde Pdvsa violando las sanciones norteamericanas.
Con la decisión de China de no tomar partido en la crisis política venezolana, a Pdvsa solo le queda Rusia como potencial destino de lo que exportaba a USA, porque no creo que los bancos turcos, muy relacionados con los bancos norteamericanos, vayan a restearse con Maduro en este momento.
Eso sí, en los mercados petroleros del mundo hay muchos especuladores, capaces de comprarle petróleo barato al que sea, sin tomar en cuenta sanciones o el origen del crudo.
Ya lo hizo Irán, que siguió vendiendo hasta un millón de barriles diarios en plenas sanciones de Estados Unidos.
Uno
Mucha gente está sorprendida porque nuestra Constitución no contempla de manera expresa una situación como la actual, inédita también en muchos países.
Sin embargo, varios constitucionalistas insisten en que aunque no expresa directamente el desconocimiento de unas elecciones, lo que es evidente es que si no hubo elecciones, hay falta absoluta de presidente desde el 10 de enero.
¿Las hubo, o no las hubo?
Dos
La apertura a la ayuda humanitaria que anunció Guaidó la tenía que haber hecho Maduro hace tiempo.
Cómo se ve que no saben lo que es tener un familiar enfermo y no encontrar la medicina, ni pagándola en dólares.
Hablan de un barco hospital, pero si es norteamericano ¿Cómo se le garantiza la seguridad en algún muelle venezolano? ¿O estarán pensando en los SEALs para resguardarlo?
Tres
La juramentación de Guaidó provocó la recuperación de los papeles de deuda venezolana en los mercados financieros internacionales.
No fue muy importante, pero es un indicio de que los inversionistas tienen la esperanza de que nuestra economía se recupere con un cambio de gobierno.
Cuatro
En estas últimas horas crece el rumor de que altos dirigentes chavistas están presionando para una salida negociada, que permita que el movimiento creado por Chávez pueda sobrevivir como partido político, aunque Maduro tenga que abandonar el poder.
Es arriesgado asomar nombres, pero les digo que entre los que presionan para un acuerdo de transición hay gente de muy alto nivel en el gobierno y en Psuv.
Quienes me conocen desde hace años saben que no hablo paja.