Opinión

Preservar la vida

Siguiendo este ejemplo, la Iglesia promueve cuarenta días para centrar nuestras existencias una vez más en Dios, queriendo y promoviendo lo que él quiere y promueve.
jueves, 18 febrero 2021

Cuaresma 2021
La Biblia testifica que Jesús pasó cuarenta días en el desierto, acrisolando el modo como asumiría la tarea que Dios puso en sus manos, y que Él gustosamente aceptó: desde la misericordia divina y desde el servicio incondicional a los más necesitados y descartados por los sistemas de todos los tiempos.

Siguiendo este ejemplo, la Iglesia promueve cuarenta días para centrar nuestras existencias una vez más en Dios, queriendo y promoviendo lo que él quiere y promueve.

Desde que se estableció, la cuaresma se distingue por unas prácticas que se pueden realizar en cualquier momento del año, pero que cobran mayor preponderancia por estos tiempos: la oración, el ayuno y hacer la caridad.

Conversión
Las prácticas cuaresmales deben nacer del corazón, para que redunden en beneficio incluso en quien las cumple. Esto implica, en la mayoría de los casos, poner los medios de que disponemos para cambiar pensamientos, sentimientos y acciones, de manera que seamos más honestos con nuestra realidad, más coherentes.

La conversión supone “poner a dieta” algunos pensamientos, sentimientos y actitudes —sobre todo aquellos que nos deshumanizan a nosotros mismos y atropellan a los demás—, para “nutrir” otros pensamientos, sentimientos y actitudes acordes con el Evangelio, que es el punto de referencia para que entendamos a qué debemos convertirnos.

No destruir la vida
El diluvio y el arca de Noé son narraciones conocidas, que encierran una verdad revelada que incumbe a Dios. Es decir, que él ama de tal modo la vida que es capaz de establecer un pacto con los hombres de que la respetará, dejándonos el arcoíris como testimonio de su palabra.

Dios ama y respeta la vida en todas sus expresiones. He aquí un aspecto hacia el que tenemos cuarenta días para reflexionar de forma particular, de manera que adecuemos pensamientos, sentimientos y actitudes en beneficio de la propia vida, de la de los demás y de la creación. Si no lo hemos hecho hasta ahora, podemos convertirnos a este modo de concebir todo cuanto nos rodea.

Este mensaje podría tener un sabor a sarcasmo para no pocos paladares, dada la desgracia que atravesamos. Por seguir las imágenes de la historia de Noé, aun no tocamos tierra, las aguas se hallan a altas cuotas y no para de llover.

Todavía permanecemos encerrados en las cuatro paredes del arca, haciendo vida con semejantes y los pares de animales que comparten el mismo espacio. El alimento escasea, los servicios colapsan y el trabajo no es bien remunerado; la desesperación gana espacio en el corazón de los argonautas.

Al igual que en tiempos de Noé —y de Jesús—, estamos en los umbrales de un nuevo comienzo, donde no controlamos todo ni tenemos noticia de lo que nos espera a la vuelta de la esquina. Noé no desfalleció y echó a volar al ave, con la firme esperanza de que no volviera porque había hallado tierra firme. Jesús tampoco decayó en su ánimo, y lanzó a los cuatro vientos su mensaje, con el férreo deseo de que anidara en el corazón de sus oyentes.

Tenemos a mano un año más para convertirnos y creen en lo que dice y enseña el Evangelio.

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/Fcbp8XfRs1l7VdnHerR5lv

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia

error: