Pinocho y sus navidades embusteras
Qué de recuerdos gratos de la niñez nos traen los cuentos infantiles. Época de brillo portentoso de Walt Disney, con sus “comiquitas” del ratón Mickey, el pato Donald, Pluto, y pare Ud. de contar, que tanto nos alegraban la vida.
Surge una interrogante: ¿Cómo ese mundo de fantasías se articulaba tan fuertemente con los eslabones de las cadenas lúdicas de ADN con colores y sonidos armoniosos y placenteros propios de nuestra edad?.
Bajo ese paragua de fantasías, surgió otro personaje, representado en una marioneta de madera que cobra vida mientras el carpintero Geppetto estaba tallándola: “Pinocho” (El niño de madera).
La moraleja más importante que deja el cuento de Pinocho, entre otras, queda resumida en lograr que los niños no aprendan a mentir, pero no solamente ellos deben alejarse de la mentira.
En los adultos, no hay algo tan decepcionante, asqueroso e indignante que cuando una persona es descubierta en una mentira (por piadosa que sea). Falsear no sirve de nada y lo único que puede conseguirse es una continuación de problemas.
Los individuos mentirosos, hombres o mujeres, se convierten ante la sociedad en los conocidos y tan rechazados “Mitómanos”, cuya conducta patológica es reconocida por su indetenible predisposición a mentir o a exagerar o “cacarear” en todo momento y lugar.
En otras palabras, se transforman en pobres, tóxicos e írritos personajes burlones y también objeto de la sorna, y obviamente de dudosa credibilidad.
Que risa pero que infame es la nueva y ya sistemática mentira de los tiranos presidentes (nuevamente, con minúsculas), pareciese que les acosa un tipo de “pandemia de la mentira”, el sólo verlos ya se presume que traen una falacia, un embuste entre “peluca, cejas y bigotes”, verbigracia: “¡Ahora estamos muy bien, Venezuela ha cambiado! ; ¡Ahora sí !. ¡Ya tenemos el milagro económico!
Y nosotros pensamos:¡Sí Luis!.
Lamentablemente, nos azota una risa, enfermiza, casi que cataléptica quizás, debido a la pérdida momentánea de la sensibilidad y de la movilidad, postrados en un estado hipnótico consecuencia de un bombardeo constante, procaz y abusivo de falsedades e hipocresías económicas y sociales que se evidencian en un cabizbajo número: siete (7), encaramado sobre el pesebre viviente de los cerros y las calles vacías y llenas de basura de los barrios y urbanizaciones de nuestra Patria.
Sí, 7 $ de salario mensual.
Esa risa transformada en una mueca, en una contorsión de dolor, tristeza e incertidumbre ante la conducta reiterada e infame del régimen y de la actitud de “otros” (que todos sabemos quiénes son) y que a su sombra también gozan y disfrutan del suplicio y tormento que aflige al ciudadano de a pie ante la situación catastrófica en la cual se encuentra Venezuela en estas “navidades 2022”.
¿Navidades? Por eso, crece, se alarga inexorablemente la nariz rapaz y maloliente de este carismático Pinocho. Ya no tiene el más mínimo pudor. No le importa el pueblo venezolano.
Bueno, como diría el otro: “no se le pueden pedir peras al horno”.
Podemos calificar estos días de finales del 2022 como las “navidades súper devaluadas” (Así con minúsculas). Un botón sería la muestra, tal como la existencia de una pretérita Venezuela feliz, una época donde disfrutábamos sin temor alguno de un juego de beisbol en plena calle, sin el peligro de las drogas.
Las misas de aguinaldo y los patinadores en calles y plazas. En fin, un país sin la violencia que hoy tiene orígenes diversos, matizados por la política, la corrupción, la pobreza y el desgobierno y mala calidad de vida de los ciudadanos, todo ello producto de la ineficiencia, apatía y desvergonzada conducta de los gobiernos y hasta de los denominados (por ellos mismos), como “oposición”.
Situación trágica acrecentada profundamente que viene ocurriendo por más de dos décadas.
No se puede ocultar la tragedia actual de los venezolanos de cualquier edad. Según expertos economistas la economía venezolana recientemente, “entre el 30 de octubre y hoy la mañana 9 de diciembre, el bolívar ha caído en un 35 % contra el dólar.
Esto no lo aguanta nadie, el salario y la pensión mínima 7$, ¡Pulverizado!.
Ahora, estos días decembrinos sí realmente serán placenteros para los maestros venezolanos, pues sí podrán comprar los zapatos ofrecidos por el régimen: ¡un nuevo acto de humillación para los docentes!.
Por otro lado, haciendo un poquito más de comparación se puede señalar con mucha tristeza y desasosiego que países que no han tenido, tienen ni tendrán la riqueza natural de Venezuela, como lo son: Honduras (265$); El Salvador (304$); Paraguay (425$)o Guatemala (308$), en definitiva: “el salario mínimo venezolano es solo el 2 % del salario mínimo más bajo de Latinoamérica”.
Una paradoja decembrina: Venezuela, el país más rico del continente, destruido por el socialismo castro/chavista. Sin excusas, es de repetirse una vez más, millones de veces, que es una muestra de la destrucción de un país en donde solo un grupito de malhechores se han convertido en verdaderos “señores feudales” que se erigen en “emprendedores” de la basura proveniente del narcotráfico y la corruptela “gobiernera” conjugada con los cuestionados representantes “boliburgueses” de las egoístas organizaciones económicas y comerciales del país constituidas en “Cámaras de camaradas” (Buen calificativo, muy bien ganado por sus acciones y conductas anti venezolanas).
Por eso, el pueblo, de pie, debe accionar sus potenciales fuerzas de protestas: en el barrio, urbanizaciones, escuelas, universidades, mercados, hospitales, en el mismo Miraflores y dentro de las propias FAN, estas últimas (90 %) tan agraviadas en su dignidad como profesionales y como ciudadanos de esta Patria. Todos, con el verbo y las acciones encendidas, unidos.
“El hombre es libre en el momento en que desea serlo” (Voltaire)
“La libertad no consiste en hacer lo que nos gusta, sino en tener el derecho a hacer lo que debemos “(Papa Juan Pablo II)
¿Casualidad o causalidad? : “En otro país un gobernante inmoral y que maestro de escuela”: ¡Ahora, fuera del Magisterio y de todo! ; en Argentina, una representante presidencial de la mafia política. Ahora, con el mayor castigo para un político: condenada e inhabilitada perpetuamente; y, “En Venezuela, y que un obrero….”. (Califíquenlo, evalúenlo, como seres humanos tienen libertad para hacerlo): (…..).
Sin lugar a dudas, Carlo Collodi, quien sin mala intención hizo felices a los niños y los no tan niños del mundo con su “Pinocho”, sin querer, nos ha proporcionado a los venezolanos un desvirtuado e indigno Pinocho, de origen. no tan criollo.
Canción: “A un viejo cirujano llamaron con urgencia. Y con su vieja ciencia pronto lo remendó, Pero dijo a los otros muñecos internados: Todo esto será en vano, le falta el corazón”. ¡No tan Feliz Navidad: Pinocho!!!
Feliz Navidad VENEZOLANOS,. a pesar de todo.
Canadá,12 de Diciembre 2022
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