Opinión

Pensamientos negativos

Sobre este tema sugieren tomarse unos minutos para reflexionar.
José Viznel ÁLVAREZ
lunes, 30 septiembre 2019

Los pensamientos positivos son como un tren que avanza seguro a través de serenas planicies, en cambio los pensamientos negativos son ese mismo tren pero bajando sin frenos por un desfiladero hacia un muro de concreto que emergerá sin aviso en alguna parte del camino. A veces se tiene la sensación de que los pensamientos son autónomos, o quizás es que la mente que los genera está fuera de nuestro control, por ejemplo comienzo a esbozar estas líneas aquejado de una virosis tremenda, y a pesar de saber que es algo pasajero mi mente discurre por situaciones nada simples, más bien catastróficas, incluso mortales. Empiezo a pensar que dejar de fumar y abandonar la vida sedentaria son decisiones impostergables, tanto como importante ha sido dejar de preocuparme por cosas que no puedo cambiar, sin embargo los pensamientos negativos son tenaces y mi mente se ocupa de decirme que mi condición actual, el dolor que siento en garganta, pulmón y huesos no se deben sólo a la virosis, y se empeña en convencerme de que puede ser algo peor. Entonces miro sobre el espaldar de la cama la caja de cigarrillos que compré justo antes de caer enfermo, una imagen tan nauseabunda que arrojé la cajetilla al fondo de una gaveta y me embarqué en el juramento de no volver a fumar nunca más y de empezar a ejercitarme.

Aunque realmente no puedo diferenciar el malestar de la virosis del que me producen los pensamientos negativos, sé que estos juegan un papel importante en este mal que pugna por desmigajarme de cuerpo entero, de hecho estoy comprobando en tiempo real lo que he leído acerca de que las emociones pueden desencadenar molestias físicas, como si cada cosa que nos ocurre se especializara en afectar una parte específica de la anatomía humana, por ejemplo que sentir dolor en el cuello constantemente podría indicar que no podemos ver desde diferentes perspectivas; que el dolor de cintura significa que estamos invadidos por el miedo; que el de la espalda alta está relacionado con el desamor, el de la media a la incapacidad para soltar el pasado, y el de la baja con el estrés financiero; que el dolor de rodillas tiene que ver con el orgullo, y así otros relacionados con diferentes partes del cuerpo, pero ninguno como el que me provoca esta virosis, que parece tener potencial para convertirme en mermelada de vecino.

Los autores sobre este tema sugieren tomarse unos minutos para reflexionar si en verdad vale la pena gastar energías en pensamientos negativos que son capaces de debilitarnos el sistema inmune, exponiendo nuestro cuerpo a contraer todo tipo de enfermedades o empeorando las que padecemos. Pero si como dije al principio, los pensamientos parecen tener vida propia, ¿cómo hacer para detenerlos y evitar que provoquen todo eso? Bueno, es una tarea personal que cada quien debe asumir con las mejores herramientas a su disposición.
En esta oportunidad bastaron pocos días para que los medicamentos abatieran la virosis hasta la recuperación definitiva, sin embargo, mediante una descarada falta de voluntad y en ejercicio del más vulgar masoquismo, le he dado otra oportunidad a la caja de cigarrillos que tiré al fondo de la gaveta, restituyéndola en todos sus poderes para inocular pensamientos negativos, donde más bien deberían coexistir la salud y el bienestar. viznel@hotmail.com.

 

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