Palomas: ¿Un peligro para la salud?

Las palomas, tórtolas y formas afines, son una familia de aves del orden Columbiformes, que representan unas 322 especies y se distribuyen por todo el mundo, excepto la Antártida y el Ártico.

Generalmente se les abroga un significado simbólico de connotaciones positivas o benignas en la mayor parte de las culturas.

El libro del Génesis relata que el patriarca Noé dejó ir una paloma desde el arca después del Diluvio Universal para intentar encontrar tierra firme, y que aquella regresó con una rama de olivo en el pico.

De igual forma, el Nuevo Testamento narra que el Espíritu Santo descendió desde los cielos con apariencia de paloma sobre Jesucristo, en el momento en que este era bautizado.

Actualmente la representación de una paloma blanca con una rama de olivo en el pico, es un símbolo de paz y pureza en las sociedades occidentales.

Las palomas son aves dotadas de gran inteligencia al punto que superarían la prueba del espejo, por la cual cada individuo se reconocería a sí mismo; igualmente saben diferenciar a los seres humanos que les ayudan de los que las agreden, incluso son capaces de distinguir distintos grafos y llegar a tener algún entendimiento en la diferencia de tales grafos.

Aparte de tener un gran sentido de la orientación, es una de las aves que más rápido vuela pudiendo alcanzar los 56 km/h, además la visión de sus ojos se aproxima a los 340 grados, y tienen un enfoque dividido: la mitad superior ve a grandes distancias, y la inferior detalles de primeros planos, por eso mueven la cabeza de forma tan espasmódica y continua, como no pueden mover los ojos, desplazan la cabeza hacia delante cuando caminan para mantener la estabilidad y no perder el enfoque visual.

Estas aves son monógamas, con alta tasa reproductiva, donde habitualmente sus huevos son incubados por ambos sexos y cuyas crías al poco tiempo de estar listas para volar, abandonan el nido.

Las palomas son de los pocos animales que han logrado adaptarse al entorno urbano, pero en algunas localidades se han convertido en un problema, teniéndose que tomar medidas por las corrosivas deposiciones que deterioran gravemente patrimonios artísticos y arquitectónicos.

Estas aves utilizan usualmente el propio nido para depositar sus excrementos, y se calcula que cada una de ellas puede producir unos catorce kilos de materia fecal al año.

Más allá del deterioro a la infraestructura física, lo realmente preocupante son las enfermedades que transmiten las palomas a los seres humanos, patologías que pueden tener su origen en el contacto directo con ellas, sus plumas o con sus excrementos contaminados o su inhalación una vez secos en forma de polvillo, siendo las más frecuentes:

1. Histoplasmosis: Causada por la inhalación de las esporas de un hongo (Histoplasma capsulatum) presente a menudo en los excrementos de estas aves y murciélagos. Enfermedad respiratoria que se manifiesta con daño pulmonar acompañado de escalofríos, fiebre, tos, disnea, mialgias y dolor en el pecho. La enfermedad no se transmite de persona a personas.

2. Criptococosis: Es la más frecuente, de ahí que sea conocida como la enfermedad de las palomas; infección micotica causada por la inhalación de un hongo (Cryptoccoccus neoformans) que se encuentra presente en los excrementos de ellas. Los síntomas que produce son los de la neumonía, meningitis, compromiso de la piel, los huesos y órganos. De no ser tratada oportunamente, puede dejar secuelas importantes o resultar letal.

3. Psitacosis: La psitacosis, conocida como “fiebre del loro” es una enfermedad que transmiten las palomas, propia de los loros, periquitos y otras aves domésticas. La vía de contagio es principalmente aérea. La Chlamydia psittaci es la bacteria responsable de transmitir esta infección a los humanos.

No solo las deposiciones contaminadas originan esta patología, sino también las secreciones nasales, tejidos y plumas.

Las bacterias presentes en los excrementos de las aves se dispersan en el aire y pueden ser inhaladas por las personas. Los síntomas que produce la psitacosis son fatiga, dolor de cabeza, erupciones y escalofríos. En los casos más graves puede ocasionar neumonía.

Las zonas donde existe una elevada población de aves son las de mayor riesgo, de ahí la necesidad de controlar su densidad en áreas urbanas. Una manera de prevenir las enfermedades transmitidas por las palomas es limpiando las zonas donde hay presencia de heces con abundantes agua, evitando así la exposición al polvillo.

Se debe evitar en lo posible, la cría de palomas en zonas urbanas y en aquellos es primordial realizar la limpieza adecuada de los sitios para impedir la diseminación en las heces. Para el propietario de un pájaro, la prevención comprende la higiene, el saneamiento y la consulta periódica al veterinario.

Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com

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