“Ni con el pétalo de una rosa” (¿Efecto boomerang: Personas menstruantes?)
En primer término, en la medida que pasan los tiempos y cómo ocurren los acontecimientos a través de la historia de la humanidad quiero hacerme eco del gran Gabriel García Márquez cuando con una frase llena de verdad nos dice que: “En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces”.
Así, las constantes y vigorosas luchas de la mujer por sus derechos las llevaron a celebrar el “Día Internacional de la Mujer” (8 de Marzo). Pero, coexisten muchas argumentaciones en los disímiles orígenes de esa fecha, de allí que hay versiones varias que no hacen fácil conocer la data fiel de ese origen.
Por ejemplo, se dice la motivación única está en el día 8 de Marzo de 1917 en Rusia, en protesta por la falta de alimentos, que míticamente generaron la revolución de “Octubre” ese mismo año. Otra referencia fue el trágico incendio inducido por los dueños de una industria textil de Nueva York, en el que murieron más de cien trabajadoras.
Diversos historiadores niegan esta fecha y rivalizan y aceptan el origen ruso de esa conmemoración.
Algunos expertos sitúan este suceso el 8 de Marzo de 1857, otros, el 25 de Marzo de 1911. Y, algo para recordar es que: “Se sostiene que el origen para celebrar un Día Internacional de la Mujer Trabajadora se basa en la propuesta que Clara Zetkin (1857-1933), una de las precursoras del feminismo, que presentó en la ‘II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas’ celebrada en Copenhague en agosto de 1910, pero basada en la celebración del ‘Women´s Day’ que las socialistas norteamericanas festejaban desde 1908 para reivindicar el voto femenino”.
Ahora, vayamos sobre el título de este artículo, la frase completa archiconocida: “A las mujeres no se las toca ni con el pétalo de una rosa”, es quizás una pretensión que pudiera caer en linderos de lo cursi pero que va mucho más allá, tanto de lo lacónico como de su consecuencia y profundidad interpretativa en cuanto a las relaciones sociales y humanas desde épocas culturales pretéritas, las presentes y por supuesto futuras.
Y es que pareciese que dicha máxima se ha transformado, más bien “trastocado” en una especie de boomerang, un arma que después de ser lanzada, si no impacta en el objetivo, retorna con igual fuerza y violencia a su lugar de inicio debido a su silueta aerodinámica y estilo característico de lanzamiento.
Lo anterior, lo realzo debido a que, en lugar de lograrse un mejor trato hacia las mujeres, de reconocerse la valía de ellas en las sociedades del mundo, léase bien “del mundo”, se entendiese más bien un llamado a todo lo contrario.
Si antes, evocando el pasado, se tomaba seria y sanamente ese pensamiento, ahora observamos y pensamos con mucha tristeza que más bien existe cada vez más un incremento inmoderado de la violencia, tanto física como espiritualmente contra las mujeres. Sin olvidar, que, como todos los síndromes de la preocupación social, la violencia contra las mujeres en la práctica responde a variadas causas.
Para muestra dos botones:
a) Violencia de género: muertes de mujeres en España 2003-2022 (Rosa Fernández, 2 mayo 2022): “Cada año, decenas de mujeres en España pierden la vida a manos de sus parejas o exparejas. Muchas de ellas, son a veces incluso víctimas menores de edad. Si bien es cierto que, especialmente en la última década, tanto el Gobierno como el movimiento feminista han llevado a cabo constantes campañas de concienciación social, todo ello parece no ser suficiente para erradicar definitivamente esta lacra social”.
b) Y en América Latina (Statista Research Department, 18 febrero 2022): “Honduras fue el país latinoamericano con la tasa más alta de feminicidios en 2020. En ese año, se estimó que alrededor de cinco mujeres fueron asesinadas a causa de su género por cada 100.000 habitantes femeninos en este país centroamericano. Colombia registró una de las tasas de feminicidio más bajas, con 0,7 víctimas por cada 100.000 mujeres”.
Por eso, me pregunto e invito a otros hacerlo, vía tres interrogantes: ¿Será que es tan sólo la consecuencia trivial de borrar de la memoria la moraleja (“A las mujeres no se las toca ni…………” ), ¿Que en tiempos pasados parecía que sí funcionaba? O, ¿Será que ocurre todo lo contrario: que en estos tiempos las mujeres aguantan las secuelas de una lectura fiel, exacta, literal de esta antigua frase?.
En otras palabras, que “no serán tocadas ni por el pétalo de una rosa”, pero ¿sí podrán ser palpadas con algo más fuerte y pesado que el pétalo de una rosa?. Por lo tanto, de ser así entonces nos causa gran sorpresa y perplejidad y nos impulsa a recordar la frase célebre de Don Quijote de La Mancha: “Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras”
El presente artículo nace como una reflexión más acerca de un hecho con características insólitas que todavía abruma a la ciudadanía a nivel internacional, más específicamente en América Latina.
Pareciese que no basta con la situación política de gran inseguridad que atormenta a numerosos países de este hemisferio en donde existe un asedio evidente y de incremento de regímenes dictatoriales y de extrema izquierda.
Ahora, como si fuera poco, se agrega un malestar más, que según diferentes publicaciones determinan que en Chile el gobierno de Gabriel Boric. El último 9 de mayo, la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó el proyecto que busca garantizar los derechos de las personas menstruantes, sancionó un proyecto de ley que pasa de un extremo a otro al cambiar el vocablo “mujer” por “persona menstruante”.
Todo ello ha generado una gran polémica tanto a lo interior de ese país como a lo externo de él.
Sin embargo, posteriormente han surgido aclaratorias tales como que el “Proyecto de Ley de Personas Menstruantes” fue aprobado solamente en la Cámara de Diputadas y Diputados chilena, por lo que todavía falta ser aprobado en el Senado para que se convierta en ley.
Al mismo tiempo ha surgido otra explicación acerca de que la palabra solo fue transformada en el Proyecto ya que no solo las mujeres lo hacen, sino que también se incluye a las personas “transgéneros” y “no binarias”.
Solamente hemos de ofrecer el beneficio de la duda ante el hecho de que no se trató de un cambio de palabras sino de incluir a otras identidades de género en el proyecto.
Se plantearon interrogantes y hasta aseveraciones, la mayoría casi que como forma de protesta, otras debido a una adecuada y pertinente información por parte del gobierno y las demás que evidenciaban algún tipo de ignorancia ante las consecuencias legales y biológicas de ese “cambio” de vocablo en el precitado Proyecto por parte de la Comunidad, no sólo a nivel de Chile sino también a nivel de otros países.
Entre otras, se tienen:
– “La menstruación humanamente solo se da en las mujeres y en los animales en las hembras y es así de real como el sol que sale todos los días”.
– “¿Dicen que usar la palabra exacta Mujer generaría problemas con la ley de género, porque no solo las mujeres menstrúan, entonces podrían explicar que otro Ser menstrúa que no sea una Mujer ?”
– “Pues digan mujeres y personas menstruantes. No veo porque tiene que ser excluida la palabra mujer para incluir otra. Eso no es inclusión . Somos mujeres nos sentimos mujeres. Eso no es inclusivo es querer desaparecernos usen el cerebro. Mujeres chilenas no se dejen”
– “Considerar que existimos muchas mujeres que usamos métodos anticonceptivos para no menstruar, por lo tanto, no sería persona menstruante, entiendo la lógica con el concepto mujer no se incluyen a otras identidades de género, pero “persona menstruante” es excluyente y eso no es lo que quiere este gobierno”
-“¿Y qué sucede cuando pasan los años y ya no menstrua…cuando llega la menopausia…deja de ser mujer?”
– “Existe un proyecto de ley que busca reformar el código sanitario para facilitar el acceso a productos asociados a la menstruación. También que existan mayores controles de calidad para esos productos. Como existen personas trans que menstrúan porque nacieron con sexo femenino, pero en realidad se identifican como hombres….al decir en la ley “mujeres” esas personas no se sentirían identificadas….por eso, para esa ley en particular se reemplaza la palabra con el fin de incluir personas trans y no binarias Además que si en este proyecto de ley dijera “mujeres” generaría problemas con la ley de identidad de género porque no sólo quienes se identifican como mujeres menstrúan.”
Y así numerosas intervenciones generadas ante este hecho que tiene muchísima injerencia sobre la Mujer en cuanto a sus derechos y dignidad como ser humano. Lo cierto es que se convirtió en un escándalo de proporciones inconmensurables que indudablemente responde a todo un proceso que, a nivel mundial históricamente, no es otra cosa que una respuesta ante el maltrato y la violencia que la mujer ha recibido en las sociedades.
Lo importante además lo es también la solidaridad manifiesta ante cualquier intención de exclusión, cierta o no, para con las mujeres, será enfrentada por la sociedad sin posiciones timoratas y llenas de vigor y valentía como género en todos los continentes, aun estando alejadas por límites y fronteras originarias, con diversidades raciales, lingüísticas, culturales, económicas y políticas estarán unidas en la lucha en procura de igualdad, justicia, paz y desarrollo social.
De lo antes mencionado cabe una reflexión en cuanto a cómo es de delicada la mala aplicación de estrategias y tácticas en las leyes y políticas públicas por parte de los gobiernos y sus incidencias políticas y sociales que pueden causar un efecto boomerang en contra de la sociedad y el mismo protagonista emisor, sobre todo en un tema de tan alta delicadeza como lo es la ideología de género, en este caso presumible de tratar de sustituir o cambiar la expresión “Mujer” por la de “personas menstruantes”.
Colofón
Vayan estas frases como moralejas calificantes:
“Calificar a la violencia de género como un ‘asunto de mujeres’ es parte del problema. Da a una enorme cantidad de hombres la excusa perfecta para no prestar atención”.
(Jackson Katz, activista estadounidense).
“Existen pocas armas en el mundo tan poderosas como una niña con un libro en la mano”.
(Malala Yousafzai, Pakistán. Premio Nobel de la Paz en 2014).
“La extensión de los derechos de la mujer es el principio básico de todo progreso social”
(Charles Fourier, escritor francés)
Calgary, Canadá, 30 de mayo 2022
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