Opinión

Mis adultos mayores: Ansiedad en adultez mayor

Dentro de las manifestaciones clínicas se encuentran los síntomas de ansiedad como irritabilidad, preocupación, inquietud, disminución de la concentración, entre otros.
viernes, 26 enero 2024

Hola, espero todos estén muy bien. Les traigo un artículo bien interesante.

Les cuento que luego que reviso varios enlaces, trabajos, tesis, artículos de opinión y algunos textos en línea, extraigo la información más relevante, tratando de que sea lo más sencilla posible, y menos “pesada”. Mi interés es aprender.

Resguardo los derechos de autor, por cualquier eventualidad y por respeto a los que han escrito antes.

Hoy les traigo un artículo que me llama la atención. Se denomina: “Las personas mayores con ansiedad no suelen recibir ayuda. He aquí por qué”. La autoría es de Kaiser Health News, Judith Graham. (2023).

Refiere el material a estudiar que la ansiedad es frecuente. Según un capítulo de un libro publicado en 2020, del que son autores Andreescu y un colega, hasta el 15 % de las personas mayores de 65 años que viven fuera de residencias de ancianos u otros centros padecen un trastorno de ansiedad diagnosticable.

Dentro de las manifestaciones clínicas se encuentran los síntomas de ansiedad como irritabilidad, preocupación, inquietud, disminución de la concentración, cambios en el sueño, fatiga, conductas de evitación, que pueden ser angustiosos, pero no justifican un diagnóstico.

Los adultos mayores tienden a mostrarse más ansiosos ante cuestiones como la enfermedad, la pérdida de familiares y amigos, la jubilación y el deterioro cognitivo, señalaron los expertos. Solo una pequeña parte desarrolla ansiedad después de cumplir los 65 años.

La ansiedad puede ser difícil de identificar en los adultos mayores, puesto que la tendencia es que minimicen los síntomas, pensando “así es envejecer” en lugar de “este es un problema sobre el que debería hacer algo”, dijo Andreescu.

Los adultos mayores son más propensos a manifestar quejas “somáticas”, síntomas físicos como mareos, fatiga, dolores de cabeza, dolor torácico, falta de aire y problemas gastrointestinales, que pueden ser difíciles de distinguir de afecciones médicas subyacentes, según Gretchen Brenes, profesora de Gerontología y Medicina Geriátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest.

Del mismo modo, señala la publicación que el Dr. Jordan Karp, catedrático de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona, en Tucson, que algunos tipos de ansiedad o conductas ansiosas, en particular, el acaparamiento y el miedo a las caídas, son mucho más comunes en los adultos mayores, pero los cuestionarios destinados a identificar la ansiedad no suelen preguntar por estas cuestiones.

Cuando las personas mayores expresan sus preocupaciones, los profesionales médicos suelen descartarlas por considerarlas normales, dados los retos del envejecimiento, afirma el Dr. Eric Lenze, jefe de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Saint Louis .

Se recomienda como estrategia que se realicen preguntas sencillas, que pueden ayudar a determinar si un adulto mayor necesita ser evaluado por ansiedad: ¿tiene preocupaciones recurrentes difíciles de controlar? ¿Tiene problemas para dormir? ¿Se siente más irritable, estresado o nervioso? ¿Tiene problemas de concentración o de pensamiento? ¿Evita hacer cosas que normalmente le gusta hacer porque está sumido en sus preocupaciones?

Expresan lo siguiente: “Reconocemos que muchos ancianos sufren trastornos mentales como la ansiedad”, y “pedimos urgentemente más investigación”, dijo Lori Pbert, jefa asociada de la división de Medicina Preventiva y Conductual de la Facultad de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts y antiguo miembro del grupo de trabajo que colaboró en las recomendaciones sobre la ansiedad.

En un editorial reciente de la revista académica JAMA Psychiatry, Andreescu y Lavretsky señalaron que solo un tercio de los ancianos con trastorno de ansiedad generalizada (preocupación intensa y persistente por asuntos cotidianos) recibe tratamiento.

La psicoterapia, en particular la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a las personas a abordar los pensamientos negativos persistentes, suele considerarse la primera línea de tratamiento de la ansiedad en los adultos mayores.

Se recomienda la terapia de relajación, que puede incluir ejercicios de respiración profunda, masajes o musicoterapia, yoga y relajación muscular progresiva.
Esto es preocupante, señalaron, si se tiene en cuenta la relación entre la ansiedad y los accidentes cerebro vasculares, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad coronaria, las enfermedades autoinmunes y los trastornos neurodegenerativos, como la demencia.

Se hace necesario investigar de manera urgente y constante los trastornos mentales asociados a la adultez mayor.

Esta columna es una forma de expresar mi aporte de incorporarme a la investigación.

Psicóloga y abogado Maria Quiroz.

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Correo electrónico mariaequirozr@gmail.com

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