Opinión

¿Metodología o metrología de la investigación?

En oportunidades, circunstancialmente, cuando salimos a la calle y de pronto nos cae un “chaparrón de agua”, un aguacero, y nos damos cuenta de que no llevábamos el bendito artilugio, entonces no nos queda otra, que decir exclamativamente:¡Cuánto quisiera tener un paraguas!.
miércoles, 19 octubre 2022

Pienso que este artículo tendrá sus dolientes y sus fanáticos: los razonables y los irreflexivos en materia de metodología de la investigación. Tuve que hacerlo, el evitarlo sería un peso para mi conciencia. Por cierto, que estamos hablando de una cátedra esencial para enseñar.

Siempre hago comparaciones de la Metodología de la Investigación Científica con otras cosas o acciones de la vida real, quizás trivialmente, pero entendible. Claro, cuando se hace bien. Esa cátedra la comparo, por ejemplo, con un paraguas.

En oportunidades, circunstancialmente, cuando salimos a la calle y de pronto nos cae un “chaparrón de agua”, un aguacero, y nos damos cuenta de que no llevábamos el bendito artilugio, entonces no nos queda otra, que decir exclamativamente:¡Cuánto quisiera tener un paraguas!.

Lo mismo, ocurre cuando vamos a desarrollar una tesis de grado y no conocemos nada de metodología de la investigación, entonces la frase sería: ¡Cuánto quisiera saber algo sobre metodología de la investigación!.

En ese orden de ideas, cuando se cae en el simplismo o estupidez de hacer de una investigación en Ingeniería, Medicina, Derecho, Educación u otra cualquier disciplina científica, en otra que al final se convierta en un estudio de Normas APA o de una normativa copia de otras copias, que lamentablemente coexisten en muchas universidades nacionales o internacionales, públicas y privadas.

El caso es, que con mucha preocupación y hasta tristeza pareciese que muchos profesores “metodólogos” (entre comillas porque no existen como profesionales), los vemos transitar y extasiarse ante sus alumnos y sacar de su bolsillo o cartera (las damas), un centímetro de costurera o de albañil y/o una regla para empezar a “medir” si la sangría de los párrafos tiene “X” centímetros o espacios, si el interlineado es o no es, que si el tipo de letra según “Y” debe ser…, y otros “etcéteras” más que se les ocurra.

Pero, lo más sedicioso y grave del asunto es que le digan al estudiante, lapidariamente, casi como si fuese algo catastrófico: “¡Oiga mijo(a), ese trabajo NO SIRVE PARA NADA!, ¡Es hecho a la vagancia!”.

Por cierto, que esa última expresión a mi modo de ver es casi ininteligible. Con el agravante de emitir “opiniones” sin ser profesionales formados en la disciplina en que fungen como jurados. Eso es una inmoralidad. Esas situaciones deben ser denunciadas por los mismos estudiantes afectados.

Además de la existencia constante de desacuerdos entre los mismos docentes y hasta jurados con la normativa impositiva de la institución educacional, hace que esa situación de inconsistencia en los contenidos logra que los estudiantes se sientan más desorientados que nunca.

Ello, obliga a preguntarse: ¿Y el fondo del asunto, por qué no se toma en cuenta?, ¿Será qué hay falencias del profesor en cuanto al desconocimiento sobre la materia, acción premeditada o en último caso por omisión?, ¿Quiere decir, y lo quiero aseverar, que ¡las investigaciones, por ejemplo, en Derecho se convierten en deteriorados trabajos sobre Metodología y nada más!, ¡Lamento decirles que eso no es enseñar a investigar!

Quiero dejar bien claro que no estoy en contra de la aplicación de las Normas de forma en un trabajo de investigación. Pero de allí a que se caiga en “orgasmos metodológicos” que desvirtúen un trabajo científico hay mucho trecho.

Y, cómo me decía mi abuela: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”, refrán popular referido paradójicamente acerca de que lo prometido no concierne con las acciones o camino que las personas deben alcanzar o consumar según su objetivo u ofrecimiento.

Ante esa situación, me dispuse a descubrir, a investigar, si existía la palabra “Metrología”. Y, aprendí que sí, la RAE me lo confirmó así : “Rama de la ciencia que determina los patrones de medida y ordena los sistemas de verificación de su correcta aplicación”.

Y me pregunté: ¿será que este tipo de docentes (porque no son todos), se formó en “Metrología”?

Nunca, a partir de conocer esa ciencia, me imaginé que eran fieles forjadores y concurrentes discípulos de esa disciplina. Lo que sí creo es que hay mucho “mito” en lo que se quiere transmitir, más no enseñar en esa área.

Mitos que en general pudieran caer en el plano de la mitomanía, cuando se tratan de explicar asuntos, tareas, situaciones de vida, utilizando lo primero que se viene a la mente para explicar algo que no es cierto o real.

Maxime, cuando en jurados de evaluación de Tesis nos encontramos con una auténtica “Torre de Babel”, porque dicho jurado está integrado por profesionales de diferentes ciencias o disciplinas científicas, hasta el punto en que la totalidad no sea del área a evaluar.

Y aquí, se me ocurre citar al distinguido y muy conocido especialista en cuestiones de investigación científica, un investigador. A mi amigo Fidias G. Arias, quien en su obra “Mitos y errores en la elaboración de Tesis & Proyectos de investigación”, tercera edición, Editorial Episteme, cuyo trabajo fue revisado y prologado por otro grande en ese contexto, Carlos Sabino.

Señala entre otros casos (me gustaría mencionarlos todos, son muy valiosos y de un gran aporte como enseñanza y aprendizaje). El autor, expresa, por ejemplo, lo que significa el Mito: “se define el mito como un invento erróneo producto de una creencia falsa o infundada, que se transmite en una comunidad estudiantil y que lamentablemente se ve reflejado en la elaboración de tesis y proyectos de investigación” (p.19).

Más adelante, entra el Dr. Arias, sabiamente, en los distintos mitos que se tejen y se aplican cuando se trata de enseñar Metodología de la Investigación científica. Presentó un total de 10 mitos, (Por supuesto, a mi juicio, hay muchos más).

Los mencionaré en forma general, por razones obvias de espacio. Sin embargo, centraré mi atención en aquellos que menciona Arias, de los cuales he tenido la experiencia de haberlos contrastado y discutido con mis compañeros profesores de esa área, vivido y experimentado en mi larga data como profesor e investigador.

De verdad, la obra del Dr. Arias, Fidias es una contribución importante para la reflexión de los docentes de Metodología de la Investigación científica, sobre todo porque ellos tienen una alta responsabilidad en no caer en enseñanzas no cónsonas con lo que realmente se define como investigación científica.

Mito No. 1: “Se debe emplear un esquema obligatorio para la elaboración de la Tesis y Proyectos de investigación”. Falso. Es común observar como algunos jurados evaluadores penalizan o cuestionan la aprobación de una Tesis debido al esquema adoptado por el tesista”

Mito No. 2: “ No está permitida la utilización del verbo conocer en la redacción de objetivos de investigación”. Falso. Lo más probable es que existe desconocimiento y confusión por parte del docente en lo que es un objetivo instruccional y uno de investigación, por lo tanto, debe quedar claro comprender que un objetivo instruccional está referido al logro que un educando debe alcanzar como producto de un aprendizaje, mientras que en investigación se estaría hablando de una meta. Por ejemplo: el informe de una investigación con su resumen y conclusiones.

Mito No. 3 : “Las Tesis y Proyectos deben redactarse en tercera persona y mediante el uso del modo impersonal”. Falso. Aquí, Arias recomienda lo expuesto por Sabino Carlos (2006), a que es aceptado, en cualquiera de los siguientes casos a) Primera persona del plural (Nosotros);b) Forma reflexiva de la tercera persona (se, si, nos) c) Primera persona del singular es la menos utilizada en trabajos científicos.

Mito No. 6: “El problema de investigación siempre está referido a dificultades, inconvenientes o situaciones negativas y desfavorables”. Falso. Y, aquí Arias, Fidias, coincide con Bunge, citado por Sierra Bravo (2003):”Los problemas científicos no son primariamente problemas de acción, sino de conocimiento…” (p.136).

Mito No. 8 “Necesariamente debe formularse un solo objetivo General y varios objetivos específicos que se deriven de éste.”. Falso. Señala Arias que: “En primer lugar, es necesario aclarar que en una investigación puede plantearse más de un objetivo general”.(p.35) Y, además: “también resulta válido no establecer una división entre los objetivos generales y los específicos, sino más bien plantearse sencillamente objetivos de investigación, todo dependerá del grado de concreción y particularidad de los mismos”.

Mito No. 9: “ Cada sección de la Tesis debe tener una extensión determinada o un número pre establecido de páginas.” Negativo. “ el cuerpo de un trabajo ocupa mayor extensión con respecto a la parte introductoria y las conclusiones, resulta absurdo predeterminar el número de páginas que debe abarcar una sección de la tesis, ya que se afectaría la libertad y creatividad inherentes al proceso investigativo y de producción intelectual” (p.37).

En conclusión, es una verdadera calamidad que exista además de todos los factores que fueron mencionados como fallas en la enseñanza y evaluación de los trabajos y proyectos de investigación científica el hecho tan evidente de la inexistencia de acuerdos teórico-prácticos por parte de los profesores de metodología de la investigación.

A ello se suma en la actualidad, esa discusión de lo que es la investigación cuantitativa, la cualitativa y la mixta. Olvidando que esto es así porque, más allá de la ortodoxia ideológica, los dos métodos son científicos ambos presentan ventajas y limitaciones

Por último, la recomendación para mis compañero docentes de tan importante cátedra, es sin lugar a duda el reflexionar acerca de la actuación como profesor de metodología y no profesor de metrología de la investigación, dejen a un lado el “métrico” y la inmoralidad de asumir conocimientos que no se tienen.

Además de favorecerse como docentes formadores de investigación científica, reales, privilegiados como tales, se estaría haciendo una labor educativa cuyo propósito fundamental es el logro de un mejor aprendizaje para sus estudiantes.

Y, para las instituciones educativas, Universidades (que tampoco son todas), controlen, evalúen. Siguiendo la recomendación encomiable de conformar los grupos de jurados con docentes especializados en el área a evaluar o por lo menos la mayoría de sus integrantes.

Evítense las “Torres de Babel”, identifiquen y diferencien los “metrólogos” de los verdaderos docentes de metodología de la investigación. Estos últimos hacen falta. Los primeros hay que evadirlos, por el bien de los estudiantes y por la imagen misma de las instituciones educativas.

“La educación científica de los jóvenes es al menos tan importante, quizá incluso más, que la propia investigación”.
Glenn Theodore Seaborg

“Es verdad que en la ciencia no hay caminos reales; que la investigación se abre camino en la selva de los hechos, y que los científicos sobresalientes elaboran su propio estilo de pesquisas”
Mario Bunge

Calgary, Canadá, octubre 2022

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