Macladis Narváez, el alma tras un campeón

Hace unos días, en una tarde de suave brisa, entre el murmullo del tráfico, los saludos de la gente y el susurro de las hojas al pasar, tuve la oportunidad de conversar con la señora Macladis Narváez de Maita. El encuentro comenzó con un gesto sencillo pero lleno de afecto. Ella, al saludarme, me dijo con una sonrisa tranquila “usted es el hijo mayor de Otilia González”, a lo que respondí afirmativamente, y de inmediato ripostó con cariño: “me le da saludos”. Desde ese primer instante, su risa cálida y su manera pausada de hablar transmitían cercanía y entusiasmo. La charla inició con comentarios ligeros, pero pronto se convirtió en un recorrido lleno de historias de deporte, esfuerzo y amor familiar que atrapaba y emocionaba. Cerca de nosotros, su nieto Ricardito escuchaba atento, y en ocasiones esbozaba una sonrisa que iluminaba el ambiente.
Macladis es la madre de Ricardo “Dica” Maita, uno de los salonistas más destacados de Venezuela. Ella, en primer lugar, aclaró que en su familia a Ricardo Maita se le conoce como “Rica”. Luego de ello, al recordar las primeras competencias de su hijo, sus ojos brillaban y su voz se llenaba de alegría al narrar goles, jugadas memorables, entrenamientos agotadores y aplausos en cada escenario. Se percibía claramente cómo lo acompañaba en cada paso, bajo sol o lluvia, celebrando cada logro con la misma intensidad que cualquier campeonato. Su entrega silenciosa pero constante demuestra que detrás de un atleta destacado siempre hay un respaldo familiar firme y lleno de cariño. Cada historia que contaba estaba impregnada de emoción, y ver a Ricardito sonreír en algunos momentos reforzaba esa conexión familiar que trascendía generaciones.
A medida que la conversación avanzaba, Macladis dejaba ver su profundo conocimiento de los deportes y su capacidad para analizarlos más allá de los resultados, sus gestos acompañaban cada relato, sus manos dibujaban jugadas en el aire, cejas levantadas ante recuerdos emocionantes y risas suaves. Cada detalle mostraba a una mujer apasionada, no solo madre, sino estudiosa del deporte y defensora del esfuerzo humano que se requiere para alcanzar la excelencia. La pasión que transmitía hacía que cualquier tema, desde la técnica de un pase hasta la estrategia de un accionar, cobrara vida en la conversación, contagiando entusiasmo a quien la escuchaba y despertando la curiosidad de Ricardito, que seguía atentamente cada historia con ojos brillantes.
El momento más conmovedor llegó cuando Macladis desplegó su abultada hemeroteca, con cuidado casi reverente, acomodaba sobre la mesa los recortes de periódicos, mientras sus manos temblaban levemente de emoción al tocar cada título y fotografía. Era como si cada página guardara un pedazo de historia viva, goles, torneos, aplausos y recuerdos que contaban no solo la carrera de su hijo, sino también los años de apoyo incondicional y amor que ella le había brindado. Ricardito se inclinaba ligeramente, curioso, siguiendo con la mirada cada detalle, sonriendo ante las anécdotas que su abuela relataba. El crujir del papel, su voz cálida y los gestos delicados de Macladis transformaban el espacio en un escenario donde el pasado deportivo y familiar se entrelazaban en perfecta armonía.
Quedó claro que Macladis Narváez es mucho más que una madre o seguidora del fútbol de salón, ella es un ejemplo de entrega, pasión y amor incondicional por los de ella. Su historia nos recuerda que detrás de cada triunfo deportivo hay sacrificios, acompañamiento constante y emociones compartidas. La tarde con ella no fue solo una conversación, sino un viaje por la vida y la pasión de quienes construyen logros desde la cercanía, con gestos silenciosos y corazones llenos de orgullo. Al marcharme, el eco de sus palabras, la risa de Ricardito y el brillo en los ojos de Macladis permanecían en el aire, dejando la certeza de que historias como la suya inspiran y enseñan más que cualquier resultado en la cancha. Amigas lectoras, amigos lectores, muchas gracias por su tiempo para con este espacio. Hasta la próxima, con el favor de Dios. Para contactos @Joseceden o Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).