Opinión

Lenguaje inclusivo: ¿Necesidad social o cambio cultural?

Surge una interrogante :¿Cuál es la problemática actual del lenguaje español producto del uso del denominado “Lenguaje Inclusivo” por parte de diversos grupos o comunidades sociales a nivel mundial?
miércoles, 27 octubre 2021

Con estas líneas trataremos un tópico de mucha complejidad en los actuales momentos, como lo es el “Lenguaje Inclusivo”, incluyente o no sexista.

El propósito se reduce a la descripción no sólo de sus características vinculadas con el poder dentro del orden sociocultural de las comunidades al respecto, como de las incidencias y problemáticas de orden mundial por lo que consideré imperativo, en primer término, necesario definir claramente lo que es el Sexo y el Género y sus diferencias y orígenes taxonómicos de orden biológico y social.

En el artículo de opinión no me parcializo con tendencia alguna, por lo que no se hacen por tanto juicios o valoraciones sobre aspectos positivos o negativos que pueden generarse del uso del lenguaje inclusivo.

Sin lugar a dudas, históricamente la violencia hacia el sexo femenino es una incoherencia que deviene estrictamente de las inestabilidades históricas y estructurales surgidas entre hombres y mujeres, derivados casi siempre de estereotipos de género, así como la falta de equidad y discriminación que los mismos detentan.

Lógicamente, estas deficiencias de equidad contribuyen a un mayor peligro o riesgo para mujeres y niñas en cuanto a abusos, violencia y usufructo indebido, como consecuencia de, por ejemplo, la subordinación económica, la discrepancia en las oportunidades, la diferencia de salarios entre mujeres y hombres que ocupan un mismo cargo y el poder y acatamiento en las relaciones de pareja.

Previamente, he considerado como factor importante y obvio el hablar sobre lo que se define como sexo y género. Por lo tanto, en cuanto a la definición de sexo, (Sexo biológico). Este se refiere a las características biológicas y fisiológicas que definen al hombre y a la mujer y que nos etiquetan de sexo masculino o femenino. En síntesis, el sexo es “un conjunto de características biológicas de los seres humanos que nos define como mujer o como hombre…”

Y con respecto al género e identidad., éste tiene más alta complejidad en su significado que el sexo, puesto que envuelve roles y esperanzas que se presentan en la sociedad sobre comportamientos, tendencias y particularidades propias del sexo biológico establecido a un individuo. Así pues, el género es una construcción social., porque está estrechamente vinculado con el contexto en el que se desarrolla, la cultura en la que lo han formado o las ideas sociales que se adquieren familiarmente. En síntesis, la referencia es a personas de género binario.

Surge una interrogante :¿Cuál es la problemática actual del lenguaje español producto del uso del denominado “Lenguaje Inclusivo” por parte de diversos grupos o comunidades sociales a nivel mundial?

Según el lingüista Santiago Kalinowski (2019); “El lenguaje inclusivo es una intervención del discurso público que busca crear en el auditorio consciencia acerca de la persistencia de una injusticia social”, y asevera que “Es uno de los rasgos salientes de la configuración discursiva que rodea la lucha por la igualdad en la sociedad”, por lo que afirma que en conclusión el lenguaje inclusivo no es una permuta lingüística, debido a que no ocurre inconscientemente al ser tan sólo un “fenómeno retórico”, es un discurso. Ciertamente, hablar con lenguaje inclusivo es un hecho político, en favor de la evolución de la manera o modo de comunicarse, denominar a otros y nombrarse a uno mismo.

Por otro lado, palabras como Chicas, chicos, chiques, chic@s, chicxs. Con naturalidad unos las utilizan, algunos no lo hacen con soltura y les es difícil, pero desean usarlas, mientras que, aunque parezca insólito otros las objetan casi con repugnancia. Lo cierto es que lo que se denominó como “lenguaje inclusivo”, tanto en la forma escrita como en la hablada, demanda y deja con claridad según estas comunidades las diferencias y las discriminaciones de un cosmos que ha sido gobernado desde inicios de la humanidad en disposición binaria y exclusivamente por el hombre.

Sin entrar en detalles de lo que representan y hacen, podemos señalar que actualmente, entre los grupos que apoyan y practican vigorosamente el lenguaje inclusivo, como ya lo mencionamos, está la corriente feminista, los miembros del LGBTIQ+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Intersexo, Queer y otros más), los Teóricos Qqueer, y políticos de uno y otro bando.

La disputa sobre la aprobación o no del lenguaje inclusivo tendría que iniciarse desde el análisis del por qué diversos sectores, cada vez más vastos, discurren que es una necesidad la representatividad en todos los espacios y esencialmente en uno tan significativo como lo es el lenguaje, que conlleve a que exista una formidable petición de un cambio profundo y fundamental en el idioma porque debe reconocerse un cambio similar en la ideología social, conforme a las actuales épocas históricas y en específico como evidencia de la disputa de las mujeres, la juventud y diversidad sexual.

La Real Academia Española (RAE), dice que el lenguaje inclusivo es un “conjunto de estrategias” para evitar el uso del genérico masculino.

Mientras para Giménez Paula. (2018), una de las composturas que ella redime es que no es obligatorio cambiar el lenguaje debido a que cambiará solo en el instante en el que la cultura también cambie. Al respecto señala:

… hay tres posturas principales en relación a este tema: primero, que, así como la cultura cambia, también lo hace nuestra manera de comunicarnos, entonces no hace falta cambiar el idioma porque cambiará cuando la cultura también lo haga. Segundo, que la historia la escribe quien gana, así que hay que empezar a visibilizar una sociedad con más apertura sexual y diversidad. Y, por último, el idioma no es machista o feminista; lo es sólo en la manera de utilizarlo..

Así entonces, un posicionamiento importante de la RAE, cuando en el en 2012, consideró rechazar el lenguaje inclusivo fundamentando que ciertos de estos léxicos, por ejemplo “los niños y las niñas”, eran “artificiosos innecesarios desde el punto de vista lingüístico”. Igualmente, explican que “es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto”. Así entonces, si en un grupo de estudiantes, aun cuando la mayoría de ellos/as sean mujeres, es equivocado decir “los alumnos y las alumnas” y, por lo tanto, se debe expresar “los alumnos”.

Para el eminente profesor y lingüista Alexis Márquez Rodríguez (2013), quien alertó y señaló que no quería caer en una acción de especulación política, primero porque se referiría a un aspecto de la Constitución de Venezuela (1999), y en segundo término por estar relacionada su crítica constructiva a un error de orden lingüístico, sintáctico, de redacción, que quizás sin intención, lejos de diferenciar lo concerniente al género, en síntesis al valor de la mujer como persona con igualdad de derechos que el hombre ante las leyes, sólo logra no atenuar esa discriminación al hacer uso abusivo de la concordancia, es decir, se cae en determinar el “genero del género”, al respecto, ha señalado que :

Uno aprecia la buena intención de enmendar las injusticias cometidas contra la mujer a través de la historia, pero, me parece, la mala redacción y la ignorancia no conducen a la igualdad de derechos entre los sexos. Nada costaba consultar con los expertos, así como los consultaron para todos los demás asuntos, como en el caso de la cultura. Cosas del apuro con que se quiso aprobar. La premura pareciera ser un rasgo cultural venezolano, forma parte de la identidad nacional.. Las discriminaciones no son insuperables, aunque sí radicales.

Todavía hay gente que se resiste al desdoblamiento como “señoras y señores”, “amigos y amigas”, que es lo que más se usa. Un ejemplo claro y evidente acerca de ese exceso o redundancias lingüísticas se puede apreciar lo que señala el Capítulo II De la nacionalidad y de la ciudadanía, Sección Segunda: De la Ciudadanía, en el Artículo 41 de la Constitución venezolana, que reza así:

Sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidente o Presidenta y Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional, magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Procurador o Procuradora General de la República, Contralor o Contralora General de la República, Fiscal o Fiscala General de la República, Defensor o Defensora del Pueblo, Ministros o Ministras de los despachos relacionados con la seguridad de la Nación, finanzas, energía y minas, educación; Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de los Estados y Municipios fronterizos y aquellos contemplados en la ley orgánica de la Fuerza Armada Nacional.

Como puede observarse, la duplicación del nombre “clasificador” hace visible a la mujer en cuanto a diferencia de género como pretenden sus defensores, pero no siempre para bien, aparecen esas aclaratorias cual etiquetas que lejos de incluir logran excluir. Y resulta al final, insoportablemente repetitivo y tedioso. Más de 15 “dobletes” de palabras sin ningún uso o utilidad en la redacción. Quedando bien claro que la víctima no es la mujer, sino la concordancia. Es evidente, que este tipo de “duplicados” tuvo una respuesta negativa por parte de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), debido a que se debe considerar lo denominado como “economía lingüística”, por lo que es totalmente redundante esta forma de expresarse, tanto verbal como escrita.

Reflexionando un poco sobre el uso del calificativo “inclusivo”, no deben dejarse a un lado algunas situaciones negativas, detestables, que afectan el uso del lenguaje inclusivo y que lamentablemente atienden a las conductas o naturaleza del ser humano, en especial aquellas vinculadas con el ejercicio del poder, verbigracia, el poder del Estado, más bien en el ejercicio del gobierno. Lo anterior conlleva a unas interrogantes:

¿La Constitución y las leyes cumplen a cabalidad con lo estipulado en materia de lenguaje inclusivo en ellas o en algunos casos son desvirtuados los derechos establecidos en sus normas aplicándolas contrariamente a su significado e interpretación?

¿En Venezuela se respeta el lenguaje inclusivo como derecho humano? O ¿es más bien utilizado a discreción y con intenciones distintas y non santas?

Las respuestas a las interrogantes anteriores pueden ser objeto de un ejercicio ciudadano de acuerdo con las experiencias de cada uno de nosotros ante hechos de dominio público que en el día a día se presentan en nuestro país.

Mientras tanto, ante esta problemática planteada por el lenguaje inclusivo, la opinión popular “hace de sus anchas” haciendo uso de la creatividad, ironía y humor popular cuando jocosamente presenta estos vocablos con cierto sarcasmo:
“Economista y Economisto”; “Periodista y Periodisto”, “Títulos y Títulas”; “Cadete y Cadeta”.; “Libro y Libra” ; “Vaca y Vaco”; “Caballo y Caballa”; “Pianista y Pianisto”.

A manera de conclusión, y parafraseando a Santiago Kalinowski, llegó un momento en que las personas requirieron exponer qué ocurría, y se dio el caso de alguien, un hombre que cosía ropa y entonces sólo se conocía la “costurera”, pues entonces se precisaba nombrar el masculino ya que eso no sonaba como femenino, todo ello derivado de lo histórico social que tuvo ese papel o rol, entonces eso llevó a que los hablantes oyeran o escucharan masculino en un caso y femenino en el otro por lo que requirieron establecer la discrepancia y/o diferencia de esta situación nueva. Por tanto, es parte de una necesidad social, según así lo expone Kalinowski.

Por otro lado, el lenguaje inclusivo atiende al cambio cultural, porque las lenguas se transforman, no son estáticas al transcurrir del tiempo y las metamorfosis culturales, por lo que se hacen parte activa. Según las tendencias y movimientos que se conocen y se ven en actividad a nivel planetario se puede considerar que se está en un momento histórico actualmente, sobre todo en materia de los distintos roles de género cada vez más en proceso de disipación, en procura de un estado de igualdad entre mujeres y hombres, donde el protagonismo sea de cooperación y solidaridad.

“La violencia contra la mujer tiene un alcance mundial y se presenta en todas las sociedades y culturas, afectando a la mujer sin importar su raza, etnia, origen social, riqueza, nacionalidad o condición.” (Kofi Annan)

“Las lenguas, como las religiones, viven de las herejías”. (Miguel De Unamuno)

Calgary, Canadá, 22 octubre 2021

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