La Gran Jugada: Salud mental en los deportistas infantiles
En la práctica deportiva de los atletas infantiles, la competencia y el rendimiento son fundamentales, pero hay algo que se está pasando por alto y en algunas veces sin supervisión o control de manera alguna.
Se trata de la salud mental de estos deportistas. Nos encontramos en un momento en que las presiones sobre los atletas están aumentando a un ritmo realmente alarmante.
Entrenamientos exigentes, expectativas desmedidas y la constante comparación con otros deportistas generan un ambiente que no siempre favorece al bienestar emocional de los infantes que hacen la práctica deportiva.
Como sociedad, estamos fallando al no darle la debida atención a este aspecto esencial del desarrollo de los deportistas infantiles.
Los niños que practican deportes de manera competitiva se enfrentan a desafíos que van más allá de los físicos.
La constante presión por ganar, la necesidad de cumplir con metas establecidas por entrenadores, padres o incluso ellos mismos de acuerdo a la correspondiente sugerencia, puede generarles niveles elevados de estrés, ansiedad y una inseguridad constante que le afecte en el presente y en el futuro.
Muchos de ellos no están preparados para lidiar con la carga emocional, que conlleva el competir a niveles tan altos y es nuestra responsabilidad reflexionar sobre cómo estamos contribuyendo a dicha problemática.
La salud mental no solo debe ser una prioridad en los adultos, sino también en los niños, donde es fundamental tener presente el desarrollo integral como personas.
Sin embargo, en el ámbito deportivo infantil, rara vez se habla de ella. Nos encontramos con un modelo que premia el éxito y la victoria, pero que a menudo ignora las señales de alerta que podrían indicar que un niño está sufriendo emocionalmente.
Las largas horas de entrenamiento, el miedo al fracaso, la comparación constante y la expectativa de ser siempre el mejor son factores que afectan la autoestima y el bienestar emocional de los jóvenes deportistas.
Es hora de cuestionarnos: ¿qué estamos haciendo mal? ¿Estamos fomentando realmente el amor por el deporte o estamos convirtiendo a los niños en simples instrumentos de logro?
En muchos casos, la presión ejercida por los padres y entrenadores sobre los pequeños atletas puede llegar a ser perjudicial. La creencia errónea de que el éxito deportivo es la clave de la felicidad y el futuro profesional está llevando a muchos niños a abandonar la actividad que una vez amaron, o incluso a desarrollar trastornos como la ansiedad, la depresión y el agotamiento emocional.
A medida que la conversación sobre la salud mental en los deportistas de élite ha ganado visibilidad, debemos recordar que los que están en su fase de desarrollo, son igualmente vulnerables. Los niños necesitan crecer en un entorno que valore tanto su bienestar emocional como sus logros deportivos.
Necesitan sentir que el deporte es una actividad para disfrutar, para aprender lecciones valiosas, no solo para ganar trofeos.
Es fundamental que los entrenadores, padres y organizaciones deportivas adopten un enfoque más consciente y empático hacia los jóvenes deportistas.
Promover una cultura deportiva en la que se valoren el esfuerzo, la cooperación y el desarrollo personal, y no solo los resultados, puede marcar la diferencia.
Asimismo, la inclusión de profesionales de la salud mental en los equipos de apoyo es un paso crucial para ayudar a los niños a lidiar con el estrés, la ansiedad y la presión.
Brindarles herramientas para gestionar sus emociones y enseñarlos a ver el deporte como una vía de crecimiento integral, y no solo como una carrera hacia el éxito, debería ser una prioridad.
Es imperativo que cambiemos nuestra visión del deporte infantil. Los niños deben ser primero niños, y el deporte debe ser una parte de su vida que los ayude a crecer, no a sufrir.
La salud mental es una parte fundamental de su desarrollo y, como sociedad, debemos estar dispuestos a hacer los ajustes necesarios para asegurarnos de que los jóvenes deportistas estén recibiendo el apoyo que necesitan, tanto en el campo como fuera de él.
Solo entonces podremos decir que el deporte está cumpliendo con su propósito, en cuál es el desarrollo integral de los niños como personas sanas.
Amigas y amigos que siguen el presente espacio no encontramos en la próxima oportunidad con el favor de Dios.
Para contacto @Joseceden o por Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).
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