La Gran Jugada: La mejor convivencia posible

Los centros de formación deben ser lugares del mejor referente que se puedan tener.

Cuando el presente autor indica los centros de formación, es de aclarar que entre los mismos están los académicos, culturales, deportivos entre otros, ellos por señalarlos en sentido general.

En dichos espacios existe una persona, que por su condición de director en cuanto a las actividades que se imparten, se consideran con todo el poder posible con la idea de imponer y disponer de todo aquello que se le ocurre, y no solo dentro de las cuatro paredes o rayas que circunscribe los lugares de desempeño, sino que eso tiene ámbitos más amplios y cuya vinculación con lo que se desempeña es bien amplia y sostenida.

Tal es la situación de imposición, que quienes dirigen aplican la violencia. En el entendido que la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2002 realizó una de las definiciones más completas sobre lo que es violencia.

Dicha organización, hace saber que la violencia es posible aplicarla desde la acción u omisión, con efectos físicos y psicológicos difíciles de sanar.

Lo antes expresado es posible observarlo a diario en centros educativos, en el contexto cultural, y en algunas organizaciones deportivas, en esos lugares siempre hay quienes hacen la posibilidad de justificar dichos tratos hacia quienes deberían ser tratados de la manera más tenue, ya que los resultados son mejores cuando se realizan las instrucciones en el marco de los mejores entendimientos.

De no hacer la posibilidad de corregir esas situaciones que confunden a los dirigidos en determinados espacios, se seguirán imbuidos en la violencia docente, que es aquella que ejercen quienes dirigen en los distintos ámbitos antes señalados, y pudieran estar sus acciones enmarcadas en algún delito.

La situación es más peligrosa de lo que muchos puedan imaginarse, y por tanto se hace necesario que se ordenen espacios de formación, se exija la correspondiente formación para que no se siga maltratando al futuro de la sociedad.

Algunos se proponen construir a una sociedad más justa, pero otros quieren construir campeones a cuesta de que en el futuro dichos campeones no hagan más que mendingar en los distintos órdenes. Estamos obligados a dar lo mejor de sí, pero para ello se debe tener la mejor preparación.

En una carta que el libertador Simón Bolívar escribió al General Salom, el 15 de enero 1824, manifestó lo siguiente: “La impunidad de los delitos hacen que estos se cometan con más frecuencia, y al fin llega el caso de que el castigo no basta para reprimirlos”.

Es prudente no llegar a tener que hacer la posibilidad de castigar, ya que cualquier castigo sería insuficiente para el daño que se hace al prójimo aplicando violencia en los espacios de enseñanza-aprendizaje.

Amigas y amigos, muchas gracias por la lectura será hasta una próxima oportunidad con el favor de Dios. Para contactos lo pueden hacer por @Joseceden o por Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).

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