Opinión

La Gran Jugada: La gota que no rebosó

También expresa la Real Academia Española (2020), que “Dicho de una materia líquida: Derramarse por encima de los bordes del recipiente que la contiene”.
domingo, 20 diciembre 2020

Expresa el adagio popular, “la gota que rebosó la copa”. Eso es alusión de cuando algo, o de manera particular un recipiente está lleno y colocarle algo más de líquido hace que el mismo se derrame.

También expresa la Real Academia Española (2020), que “Dicho de una materia líquida: Derramarse por encima de los bordes del recipiente que la contiene”.

Pero sucede amigas lectoras, amigos lectores, que no todas las gotas hacen la conjugación de rebosar, en ese sentido muchas personas están claras, y no objetan tal situación, sino que tratan de hacerle la interpretación correspondiente a fin de tener una mirada distinta de los acontecimientos.

Con relación a lo antes dicho, en el Marco del X Campeonato Mundial de Fútbol de Salón Masculino adultos, el 21 de marzo de 2011 a la 9:30 p.m., hora Colombia, en El Coliseo El Salitre, el escenario más importante de la Unidad Deportiva El Salitre, ubicada al occidente de la ciudad de Bogotá; en el juego por los cuartos de final entre la representación de Colombia, enfrentando al quinteto de Venezuela además del resultado final sucedieron situaciones que marcaron el desarrollo del juego realizado.

Es de destacar que durante el desarrollo dicho juego caía una gota de agua desde el techo del coliseo, que provocaba humedad de aproximadamente unos 50 centímetros en el tabloncillo de juego; dicha humedad hubo que secarla cada cierto tiempo.

Quienes convergen en el fútbol de salón tienen idea de lo que eso significa, y de lo que representa para los jugadores en competencia.

El juego nunca fue detenido para achicar o secar la humedad, tal situación se hacía cuando por alguna circunstancia producto de la acción del juego había que detener el mismo era cuando se procedía.

No podía hacerse de otra forma, y el espectáculo tenía que seguir con el riesgo presente, que representaba una especie de un adversario pasivo al cual se tuvo que evitar durante todo el encuentro.

Dicho lo expresado por quien suscribe la presente columna, tal situación merece varias lecturas entre las que están: la presencia de más de cinco mil personas como aficionados apoyando al quinteto de la hermana Colombia; además se trataba de la final adelantada frente al seleccionado que representó al gentilicio venezolano; no era para menos, un juego que no sólo se trataba de los cuartos de final.

Son situaciones, que con base al reglamento deben resolverse y en efecto se han resuelto; pero no se hace de manera literal, eso tienen una posibilidad de despejarlo de manera ontológica y que no afecte a quienes están en el ámbito de la competencia, sino que sea de beneficio al momento de colocar la balanza en función de conocer cuánto, y como ayuda la decisión final.

Lo cierto del caso amiga y amigo, que leen el presente espacio, es que es posible hacer la actividad sin colocar o poner tantos peros, lo que necesitamos son soluciones a las distintas eventualidades que existen, y así salir adelante en función de lo deseado.

No todas las gotas rebosan, sobremanera si es la que inicia el llenado.

Apreciadas personas que leen la columna muchas gracias por la atención y hasta la próxima oportunidad.

Para contactos @joseceden.

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