Opinión

La Gran Jugada: Amar con el fútbol de salón

Hay algo, que ayuda a que la atracción sea de común acuerdo, de entendimiento, de hacer que mediante los sentidos haya la posibilidad de aceptar que el abrazo invisible del amor lo hizo.
domingo, 06 marzo 2022

Las situaciones del diario acontecer de las personas no se dan producto de la suerte, o de la casualidad. Aun cuando algunos lo han pensado de esa manera, es respetable esa posición, y quizás tendrán bien fundamentada su posición en cuanto a lo que expresan de las distintas maneras posibles.

Quien suscribe el presente espacio es un convencido, de que las cosas se dan por causalidad, por esa situación que hace que las personas tengan acciones, que aun cuando pareciera que las mismas sean con un propósito, las mismas si lo tienen porque es una situación que se vincula de alguna manera, que lo hace sentir como si fuera con sentido mágico, pero no es de esa manera.

Hay algo, que ayuda a que la atracción sea de común acuerdo, de entendimiento, de hacer que mediante los sentidos haya la posibilidad de aceptar que el abrazo invisible del amor lo hizo.

De lo antes expresado puede departir la guayanesa Carmen Torres Azocar, hermana de Luis Antonio Azocar padre del fútbol de salón guayanés, y esposa de Roberto Salinas Louro padre del fútbol de salón venezolano.

En la década de los años ochenta del pasado siglo XX, cuando se sentaron las bases de promoción del fútbol de salón federado en Ciudad Guayana, era normal observar a Carmen Torres Azocar en las reuniones, que se realizaron con ocasión de organizar los campeonatos al lado de su hermano, como una de sus asistentes, quien ayudaba en hacer listas de clubes, de fichas, de entrega de calendarios, y cualquier otra actividad, que fuera necesaria en favor del fútbol de salón.

Hasta que hubo la presencia de Roberto Salinas en Guayana, y eso conllevó a que por treinta y dos años Carmen cambiara de escenario y de ciudad, pero manteniéndose en el fútbol, ya que, se convirtió en la cónyuge de Roberto Salinas.

Lo que algunos llaman como el “golpe de estado al fútbol de salón” en los inicios del presente siglo, la protagonista del presente espacio también fue defensora activa de la disciplina en aquel entonces al lado de Roberto Salinas.

Aún recuerdo, que ante una llamada telefónica Carmen expresó para este servidor: -…tenemos dos días tratando de hablar contigo. A lo que respondí –Yo no soy la autoridad del futbolito en el estado. –Eso lo sabemos, pero estamos buscando a la gente del futbolito- Fue la respuesta enfática de Carmen, quien trabajó de manera permanente al lado de su esposo Roberto Salinas en favor del futbol de salón venezolano, ese futsal que se tituló campeón del mundo en México 1997, y además desde lo individual sus jugadores también resaltaron.

Carmen Torres Azocar decidió constituir su hogar familiar con el Roberto Salinas, y de ello formaron sus tres hijas para el bien de la sociedad, y ahora con nietos, quienes fueron la adoración de Roberto.

Las más de tres décadas al lado del padre del fútbol de salón en Venezuela la mantuvieron en la actividad deportiva, pero sobremanera en el deporte de mayor práctica.

La protagonista de hoy ha demostrado que es posible hacer las distintas actividades familiares, de igual manera estar al lado de un gran hombre cuya actividad la enalteció a ella también.

Les recuerdo que estamos en el mes de la celebración del día de la mujer, por lo cual envío fuertes y firmes abrazos para todas las mujeres, sin ustedes el mundo no sería posible.

Amigas y amigos de este su espacio predilecto, muchas gracias por la lectura al presente espacio.

Para contactos lo pueden hacer por @joseceden o por Facebook / José E Cedeño Gonzalez (El hijo mayor de Otilia Gonzalez).

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