Opinión

Hipocondría: ¿Trastornos reales o imaginarios?

Los síntomas que el paciente percibe suelen ser sensaciones corporales normales, percepción aumentada del funcionamiento fisiológico o reactivos a su estado emocional.
sábado, 23 enero 2021

El trastorno de ansiedad por enfermedad, también denominado, hipocondría o hipocondriasis, es un trastorno mental donde la persona presenta una preocupación constante, excesiva y obsesiva por la propia salud, así como miedo a padecer, o la convicción de tener una enfermedad grave que se deriva a partir de la interpretación personal errónea, no delirante, de alguna sensación corporal, síntoma u otro signo que aparezca en el cuerpo; además de tendencia a exagerar los sufrimientos.

La interpretación catastrófica, por parte del individuo, de los signos corporales más insignificantes es el mecanismo que desencadena la hipocondría.

Puede ocurrir, por ejemplo, con pequeñas heridas o leves hematomas, con la tos, lunares, incluso con los latidos del corazón o eventuales movimientos involuntarios.

Los síntomas que el paciente percibe suelen ser sensaciones corporales normales, percepción aumentada del funcionamiento fisiológico o reactivos a su estado emocional.

Aunado a esta forma primaria de hipocondría, con mucha frecuencia, el paciente presenta rasgos y características de otras patologías psiquiátricas como la ansiedad, la depresión, las somatizaciones, los trastornos obsesivo-compulsivos, entre otros.

El hipocondríaco medita constantemente sobre sus síntomas, reales o imaginarios, y llega a percatarse de signos funcionales que habitualmente escapan a la conciencia (la intensidad de los latidos cardíacos, respiración, las funciones digestivas), además de poder describir su cuadro clínico con una sutileza y precisión notoria, y aclara repetidas veces el alcance de cada uno de sus síntomas físicos.

La persona hipocondríaca se somete, constantemente, a un autoanálisis minucioso y preocupado, incluso obsesivo, de las funciones fisiológicas básicas (se toma el pulso, la temperatura, el número de respiraciones por minuto y la tensión arterial varias veces al día), y piensa en ellas como una fuente de segura enfermedad biológica.

La sintomatología más generalmente hipocondríaca es la sugestiva, que experimenta acompañada de una especial alteración negativa del estado de ánimo, sumamente desagradable, y que le hace colocarse en una actitud fóbica frente a sus molestias, de las que siempre cree que son el comienzo de enfermedades graves.

El hipocondríaco se siente muy incomprendido, nadie es capaz de detectar su enfermedad. Como piensa, naturalmente que necesita que encuentren su enfermedad para poder solucionarla, no solamente se angustia, sino que lógicamente se deprime creyendo que lo que le pasa no tiene solución.

En la hipocondría, el malestar es significativo y afecta la vida laboral, social u otras áreas importantes de la vida del individuo.

Finalmente, el hipocondríaco acaba renunciando a casi todo para consagrarse a cuidar su enfermedad imaginaria.

El paciente puede encontrar un alivio momentáneo y transitorio ante resultados médicos normales, pero rápidamente continúa su peregrinar de consulta en consulta buscando un diagnóstico médico que confirme sus temores.

Aunque el médico le asegure que no presenta enfermedad alguna, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo durante un momento, pero su preocupación por lo general regresa.

Hay que considerar que la duración de la sintomatología sea significativa, al menos 6 meses, antes de diagnosticar dicha enfermedad.

Una vez realizada la evaluación médica del paciente y descartado el origen físico de la misma, es prioritario transmitirle que su malestar no deriva de una enfermedad física, sino de un trastorno somatomorfo, que produce dolor real y tiene como única causa la psicológica, además que estos dolores aumentan los pensamientos negativos sobre su salud, ubicando al paciente en un círculo vicioso.

Se recomienda, en caso se detecten los primeros síntomas de trastorno hipocondríaco, consultar con su médico de confianza, quien podrá remitirlo al equipo de salud mental (Psiquiatra y Psicólogo), para que en forma conjunta combinar la terapia.

Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com

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