Garrapatas: Huésped peligroso
Las garrapatas son artrópodos hematófagos, parásitos de diferentes especies de mamíferos (incluido el hombre), aves y reptiles, vectores de muchas enfermedades por su propiedad de que son huéspedes intermediarios de microorganismos patógenos (bacterias, virus, protozoos, helmintos), que transmiten durante su proceso de alimentación.
El hombre interacciona con las garrapatas de forma accidental, ya que no es el huésped preferido de ninguna especie de garrapata, pero pueden provocar parálisis neurotóxica mediante la inoculación de neurotoxinas, reacciones de hipersensibilidad, traumatismo local a nivel de piel y tejido subcutáneo, así como diferentes procesos infecciosos.
A diferencia de todos los insectos que presentan 3 pares de patas, estas presentan en su forma adulta 4 pares de patas (octópodas), respiración cutánea o por tráqueas, cuerpo único, con presencia o no de placa quitinosa denominada escudo, lo que determina la clasificación de garrapatas de cuerpo duro, que atacan a numerosos mamíferos y garrapatas de cuerpo blando que parasitan sobre todo aves.
Una vez que ubican al hospedador para fijarse, las garrapatas perforan la piel con sus dientes hasta desgarrar los vasos sanguíneos, provocando pequeñas hemorragias y alimentándose de la sangre. Al mismo tiempo inoculan en la saliva un amplio y variado conjunto de patógenos causantes de graves enfermedades, alguna de ellas letales.
Cuando la persona que es picada por una garrapata trata de quitársela manualmente queda dentro de la piel la falsa cabeza de ésta, determinando una respuesta alérgica con la formación de granuloma a cuerpo extraño.
Una vez detectada la garrapata se debe retirar lo antes posible, descartando métodos tradicionales como el uso de alcohol, aceite, vaselina, esmalte de uñas u otros productos, porque crean una especie de película alrededor de la garrapata que impide que respiren, lo que acelera la regurgitación de sangre.
Tampoco debe cortarse, quemarse y sobre todo, no se debe halar con los dedos aplastando su cuerpo, pues en este momento podría producirse la inoculación de fluidos infecciosos desde la garrapata hacia el cuerpo del hospedador.
La forma correcta de retirarla es usando unas pinzas, de punta estrecha, de preferencia curvadas, con la que sujetaremos la garrapata por su zona bucal, lo más cerca de la piel del hospedador, evitando aplastar el cuerpo.
A continuación realizar una tracción continua y lenta, progresiva, sin excesiva fuerza, nunca bruscamente, en perpendicular a la piel hasta conseguir su extracción.
Las garrapatas son responsables de dermatitis por reacción de hipersensibilidad, en la cual por la inoculación de la secreción salival y acción de enzimas digestivas determinan fuerte reacción localizada, la cual traduce una respuesta inflamatoria en torno al punto de la picada.
La ehrlichiosis es una infección bacteriana de la familia rickettsiae trasmitida por la picadura de una garrapata que ocasionan muchas enfermedades graves en todo el mundo, como la fiebre manchada de las montañas rocosas o fiebre maculosa, la fiebre botonosa mediterránea, el tifus.
También virosis como las fiebres hemorrágicas, encefalitis y meningoencefalitis por garrapatas; otras enfermedades bacterianas como la tularemia y la enfermedad de Lyme.
La enfermedad de Lyme, es un proceso multisistémico (órganos y sistemas afectados) causado por diferentes genoespecies de Borrelia burgdorfer, cuya principal manifestación clínica es una lesión cutánea temprana, el eritema crónico migratorio (ECM), que puede ir seguido, semanas o meses más tarde, de anomalías neurológicas, cardíacas o articulares.
El tratamiento depende de la fase en la que se diagnostique la infección y de los órganos y/o sistemas afectados.
Después de la picadura de una garrapata infectada pueden transcurrir hasta 14 días en comenzar a mostrar signos y síntomas de ehrlichiosis, tales como fiebre leve, dolor de cabeza, escalofríos, mialgias, nauseas, vómitos, fatiga, artralgias, erupción cutánea, motivo por el cual se debe consultar con su médico de confianza
Para protegerse y proteger a su familia debe usar repelente con dietiltoluamida o simplemente DEET, permetrina o picaridina; usar ropa protectora de colores claros, evitar zonas infestadas con garrapatas, así como inspeccionar el cuerpo y revisar las mascotas.
Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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